Un vapor noct¨¢mbulo

Afirman los navegantes que existen pocas experiencias m¨¢s placenteras que la singladura nocturna, entre el negro del mar en el que flota la nave y la luz p¨¢lida de la luna que provoca sombras en las crestas l¨ªquidas.

Se trata de una pr¨¢ctica que estos d¨ªas est¨¢ al alcance de todos. El tradicional vapor Adriano, que realiza de manera regular la ruta entre El Puerto de Santa Mar¨ªa y C¨¢diz, ha organizado viajes nocturnos a trav¨¦s de la bah¨ªa gaditana, con salidas tres veces en semana.

El mero hecho de navegar en el vapor es, por si mismo, uno los principales atractivos tur¨ªsticos de la bah¨ªa. Se trata de una motonave de madera, de 26 metros de eslora, con capacidad para 200 pasajeros. Su silueta, ligada a la historia de la bah¨ªa de C¨¢diz, es objeto de atenci¨®n mundial. Recientemente la productora de documentales de la BBC ha completado la grabaci¨®n de un reportaje sobre su historia para la difusi¨®n en cadenas especializadas en viajes.

El vapor fue reconocido por la Junta en 1999 como Patrimonio Hist¨®rico y la concesi¨®n no es gratuita. La presencia de los vapores Adriano en las costas de C¨¢diz se remonta a 1929, a?o en el que arrib¨®, procedente del astillero de Fene, en A Coru?a, el primero de la saga. Su armador, el gallego Antonio Fern¨¢ndez, contrat¨® la construcci¨®n de un barco s¨®lido y estable que condujo hasta Andaluc¨ªa para participar como atracci¨®n en la Exposici¨®n Iberoamericana de Sevilla de ese a?o. Tras la muestra, encontr¨® en las tranquilas aguas de la bah¨ªa de C¨¢diz una posibilidad de negocio que se ha mantenido hasta nuestros d¨ªas.

A aquel primer vapor, que fue operativo hasta 1955, le han sucedido otras dos naves. La segunda estuvo en servicio hasta 1982 y desde entonces es el actual Adriano III el encargado de mantener la tradici¨®n.

El vapor atraviesa momentos dif¨ªciles. La entrada en servicio de la exitosa l¨ªnea de catamaranes abierta por la Junta de Andaluc¨ªa, con barcos m¨¢s r¨¢pidos y m¨¢s econ¨®micos, ha provocado el aumento del uso del medio marino por las miles de personas que diariamente se desplazan en la bah¨ªa y la competencia al veterano vapor, de iniciativa netamente privada, al que le cuesta rivalizar con la alternativa p¨²blica.

Como consecuencia, los actuales gestores, herederos de Antonio Fern¨¢ndez, han ampliado su oferta abriendo nuevas v¨ªas de negocio. Los viajes nocturnos tienen una duraci¨®n aproximada de una hora y media. En la traves¨ªa, el pasajero tiene una oportunidad ¨²nica de conocer el entorno de la bah¨ªa desde un punto de vista nuevo y privilegiado. El C¨¢diz milenario destaca en el horizonte nocturno ante el visitante por la enorme c¨²pula de su catedral iluminada. A babor, retazos de olas grises rompen en las playas v¨ªrgenes del Parque Natural. A popa, irrumpen en el horizonte las modernas instalaciones de Puerto Sherry y a estribor, el mar abierto que, m¨¢s all¨¢ de la bah¨ªa de C¨¢diz, se convierte en Oc¨¦ano Atl¨¢ntico. Es una experiencia dif¨ªcil de olvidar.