Cavic regal¨® la carrera
Michael Phelps se ha quedado a una d¨¦cima de segundo de batir el r¨¦cord del mundo de los 100 metros mariposa. Adem¨¢s de demostrar que es el mejor nadador que ha habido, ha quedado claro que tiene una suerte incre¨ªble. Milorad Cavic le hab¨ªa ganado. Estaba a dos cent¨ªmetros de llegar y Phelps todav¨ªa no hab¨ªa sacado los brazos desde atr¨¢s. Estaba perdido. Pero Cavic, cuando estaba a punto de tocar la pared, ha levantado la cabeza y los pies. Esto va contra la norma. Cuando un nadador llega a la meta, nunca debe levantar la cabeza hasta que toca la placa porque, al levantar la cabeza, los hombros tiran de los brazos hacia atr¨¢s. Al levantar los pies, pasa algo parecido: se pierde la l¨ªnea recta. Siempre lo digo. La distancia m¨¢s corta entre dos puntos es una l¨ªnea recta. Si Cavic hubiera alineado su cuerpo con la l¨ªnea de la corriente, habr¨ªa tocado el muro unas cent¨¦simas antes. Lo justo para ser campe¨®n ol¨ªmpico y dejar a Phelps sin sus ocho oros.
Si me pongo en el lugar de Cavic, en esa posici¨®n no habr¨ªa levantado la cabeza hasta que hubieran pasado dos segundos despu¨¦s de que mi mano estuviera contra la placa. Esto es f¨¢cil decirlo, pero en esos momentos los nadadores hacen gestos inconscientes. Tengo la impresi¨®n de que Cavic pensaba que hab¨ªa ganado y ya empezaba a girarse para ver el resultado en el marcador. Mientras tanto, le daba la medalla de oro a Phelps.
Normalmente, en los entrenamientos, los nadadores calculan las brazadas que deben dar para llegar a la pared en la posici¨®n m¨¢s acuadin¨¢mica. Antes de llegar a las banderas, a 15 metros de la pared, debes saber ajustar. Esto se acaba haciendo instintivamente. Es como cuando coges una naranja y la lanzas para arriba, la vuelves a coger y la vuelves a lanzar. Hasta que dejas de mirarla. Luego, puedes repetirlo sin mirar. Tienes la percepci¨®n.
Lo que ocurre es que, en una final, por los nervios, a veces pierdes la coordinaci¨®n y das una brazada de m¨¢s o una de menos y te quedas corto. Phelps se qued¨® corto y toc¨® la placa fuera del agua para ahorrar tiempo. Se impuso como siempre hace en esta prueba, en las ¨²ltimas cinco brazadas. Si fuera mi nadador, como t¨¦cnico, tal vez pensar¨ªa que le falt¨® la relajaci¨®n de otras ocasiones. No hizo una carrera controlada. Hizo lo que sent¨ªa antes que lo correcto. Pero gan¨®. En ocasiones, la clave est¨¢ en la intuici¨®n.
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