Espa?a, ese t¨®pico
Las gu¨ªas tur¨ªsticas extranjeras siguen describiendo el pa¨ªs con lugares comunes
Es el lugar donde se leen menos peri¨®dicos de Europa. Donde el peri¨®dico m¨¢s le¨ªdo s¨®lo da noticias deportivas. Donde el jam¨®n se considera parte de la dieta vegetariana. Donde no todo es sol pero el sol lo condiciona todo. Donde se desayuna copa de licor con el caf¨¦. Donde el chocolate es dulce y espeso. Donde el vello corporal en axilas y piernas es tab¨² para las mujeres. Donde todo, o casi todo, se para a cierta hora del d¨ªa. Donde antes de cenar se procesiona de bar en bar para comer peque?as raciones. Donde el servicio ferroviario es limpio y eficiente. Donde los conductores urbanos tienen a los peatones en un pu?o en cada cruce. Donde el robo con estrangulamiento es la modalidad de atraco m¨¢s frecuente. Donde la vida comienza cuando en el resto de Europa las luces se apagan. Donde por cinco euros sirven una botella de vino en un restaurante. Donde sacan a pasear a Dios con cualquier pretexto. Donde es Europa sin que se sientan europeos. Donde los ba?os est¨¢n limpios pero sin papel. Donde hay que tener cuidado con los simp¨¢ticos que quieren ch¨¢chara. Donde se critica a todo el mundo menos al Rey. Donde el hambre ha marcado su historia. Donde no hay verdadera cocina nacional. ?D¨®nde no hay cocina? ?D¨®nde? En Espa?a, claro.
Todo lo anterior es Espa?a, seg¨²n los autores de gu¨ªas tur¨ªsticas escritas en Francia, Italia, Alemania, Reino Unido, Jap¨®n y Rusia. Mientras que los espa?oles llevan siglos guerreando por la idea de Espa?a -la cosa ha mejorado y ¨²ltimamente s¨®lo se discute-, los extranjeros lo tienen claro. Acierten o no, ¨¦ste es un lugar con se?as propias que se repiten en cada gu¨ªa: siesta, vitalidad y marcha. No se depriman por la simpleza, por favor. En general, los extranjeros tienen mejor opini¨®n de Espa?a que los espa?oles. Y ellos son muchos m¨¢s: 59 millones de turistas nos visitaron en 2007. Espa?a sigue gustando -es el segundo destino m¨¢s visitado en el mundo despu¨¦s de Francia- a pesar de que algunos mitos se encuentran en franco declive (?cu¨¢ntos espa?oles se echan la siesta cuando no est¨¢n de vacaciones?). Pues eso, topicazo. Pero vayamos por partes.
- Tiempo 'is not time'. Una cosa es el tiempo real; otra, el tiempo espa?ol. Basta leer a los brit¨¢nicos, que son los turistas m¨¢s fieles (16 millones al a?o): "En teor¨ªa, Espa?a va una hora por delante de Reino Unido, pero conceptualmente debe de estar en otro planeta". Y siguen en otro p¨¢rrafo: "En Espa?a, el sentido del tiempo es algo el¨¢stico: excepto si se trata de una cita de negocios, no se ofenda si tiene que esperar entre 10 y 20 minutos".
- Omnipresente siesta. La se?a de identidad por antonomasia, haya o no haya. Todas las gu¨ªas se recrean en ella. Los italianos dicen que merece la pena "seguir la costumbre espa?ola de la siesta a la hora de comer". Est¨¢ claro que los autores de gu¨ªas eligen los mismos lugares. "Las tiendas est¨¢n todas cerradas y en las horas m¨¢s calientes del d¨ªa se para todo, o casi" (Touring club italiano). "Es frecuente que tiendas y pueblos paren durante la comida y la siesta" (The rough guide).
- Hedonismo y humo. Todos fuman: los que fuman y los que no. A los extranjeros les sorprende a¨²n los pocos espacios libres de humo que encuentran durante su estancia. Y tambi¨¦n el entusiasmo vital, aunque los italianos consideren que nuestra europeizaci¨®n est¨¦ haciendo estragos: "El pueblo espa?ol despreocupado y fiestero del imaginario popular es una especie en v¨ªas de extinci¨®n". Vayas donde vayas, discrepa la gu¨ªa alemana (Baedeker), "no puedes dejar de darte cuenta del contagioso entusiasmo por la vida de los espa?oles".
- Crisantemos, mejor no. Los alemanes consideran que la cortes¨ªa es "important¨ªsima", aunque "en ocasiones los espa?oles entienden por cortes¨ªa algo distinto a nosotros". Dicen que no sabemos decir que no. "Si te invitan a casa de alguien a cenar", dicen The rough guide, "debes llevar un peque?o regalo para los ni?os, adem¨¢s de chocolate, vino o flores". Ojo. Avisan de que se excluyan los crisantemos y ornamentos propios de funerales.
- T¨®picos auton¨®micos. Los franceses nos tienen muy estudiados. Tanto, que hay numerosas gu¨ªas regionalizadas. En el texto editado por Gallimard en su Bibliotheque du voyageur tienen claro qu¨¦ se encontrar¨¢ en cada autonom¨ªa: "Los andaluces son, de lejos, el pueblo de Espa?a m¨¢s exuberante"; "los gallegos son todo lo contrario"; "los vascos son trabajadores y les gusta vivir bien", y, a?aden los rusos de la editorial Vokrug Sveta, "extremadamente religiosos". Seg¨²n la visi¨®n francesa, "los catalanes comparten con los vascos el ardiente deseo de romper con los v¨ªnculos que les atan al resto del pa¨ªs". ?Y qu¨¦ dicen de los castellanos? Pues que "consideran que el pa¨ªs les pertenece por derecho divino". Touch¨¦.
- Se?as de identidad. ?Qu¨¦ vertebra a Espa?a? Para los franceses, el tapeo: "El ritmo de la vida est¨¢ marcado por la necesidad de encontrarse, al atardecer, todas las generaciones confundidas, en los paseos y bares de tapas. Eso confiere unidad al pa¨ªs". Dice la citada gu¨ªa francesa, escrita por brit¨¢nicos, que, como ocurre en el Reino Unido, "los espa?oles tienden a menudo a considerar Europa como un territorio al que no pertenecen". Otra variable com¨²n que destacan los italianos es la cr¨ªtica: "En un pa¨ªs donde generalmente no se ahorran cr¨ªticas a los hombres de poder, es raro escuchar hablar mal del Rey". Al que siempre tienen los espa?oles en boca es a Dios, seg¨²n los franceses. "La parte concedida a Dios en la vida cotidiana es testimonio de esas reminiscencias morunas fuertemente enraizadas en el comportamiento espa?ol, algo evidente en la costumbre de santiguarse o de evocar a Dios por cualquier pretexto".
- Ser espa?ol en una semana. Los alemanes sugieren un m¨¦todo "sencillo y agradable" para participar en el estilo de vida local: "Vaya a las cinco a una plaza. Al principio se encontrar¨¢ solo, porque la siesta est¨¢ acabando, pero poco a poco la gente ir¨¢ llegando a la plaza. Es el momento de la movida, de indolentes paseos hasta altas horas de la noche. ?nase sencillamente, vaya de bar en bar, tom¨¢ndose aqu¨ª un jerez, all¨ª un vinito tinto o una sidra, pero pruebe las maravillosas tapas y olv¨ªdese de la cena planeada y del programa de visitas del d¨ªa siguiente. Le felicitamos. Si lo consigue habr¨¢ secundado una parte peque?a, pero de ninguna manera irrelevante, del estilo de vida espa?ol".
- Ni velludas ni desastrados. Los italianos aconsejan vestir de "manera decorosa" y mostrar "respeto" cuando se visitan catedrales e iglesias, "en particular en las zonas m¨¢s lejanas, donde la gente del lugar, sobre todo los ancianos, son muy tradicionalistas y poco tolerantes". Los alemanes consideran que se atribuye much¨ªsima importancia al buen aspecto: "Por eso, sean hombres o mujeres, salen de casa como un pincel incluso en los d¨ªas m¨¢s calurosos". Y lo m¨¢s chocante para los germanos: "El vello corporal de cualquier tipo, en axilas o piernas, es un absoluto tab¨² para las mujeres".
- Cuidado con los simp¨¢ticos. La gu¨ªa japonesa (Diamond) es la que m¨¢s se extiende en este apartado. Alerta principalmente sobre los robos en Madrid y da una clasificaci¨®n de delitos m¨¢s frecuentes: el primero es el "robo con estrangulamiento"; le siguen el tir¨®n del bolso y "los que cometen ladrones camuflados de polic¨ªas". Recomienda cautela con quienes se acercan y "se expresan de manera simp¨¢tica" y "con los grupos de dos o tres personas, que intentan acosar, a veces con la excusa de vender flores". La gu¨ªa brit¨¢nica clasifica a las fuerzas de seguridad. La Guardia Civil es la m¨¢s celosa y "la que se debe evitar". "Si tiene que informar de un delito serio como una violaci¨®n, vaya siempre a la m¨¢s comprensiva polic¨ªa local". Y avisa de que no se espere mucha preocupaci¨®n si se denuncia el robo de un art¨ªculo peque?o.
- Vino tirado, cocina fantasma. ?Cu¨¢ntas veces ha pagado cinco euros por una botella de vino en un restaurante? Los autores de The rough guide omiten los lugares secretos donde han pimplado tan barato. Como depende de con qui¨¦n se nos compare, los brit¨¢nicos creen que somos unos bebedores moderados y recomiendan igual continencia a sus compatriotas: "Beber demasiado no es frecuente, a pesar de que parece haber un bar en cada esquina,
es m¨¢s para tomar caf¨¦ y socializar que para una monumental cogorza". Es una opini¨®n. Y atenci¨®n a la siguiente: ?qui¨¦n pone en duda que Espa?a, donde trabaja Ferran Adri¨¤, considerado mejor cocinero del mundo seg¨²n The New York Times, tenga una cocina verdadera (en lo de nacional es mejor no meterse)? Los italianos: "Adem¨¢s de paella, tortilla y gazpacho, el pa¨ªs no posee una verdadera cocina nacional, pero cada regi¨®n tiene sus propios platos y tradiciones culinarias locales".
- ?Qu¨¦ llevarse de 'Spain'? Ah¨ª va la extravagante lista propuesta por los japoneses: aceite de oliva, aceitunas, vinagre de jerez, tinta de calamar, salsa alioli, corazones de alcachofa en vinagre, figuras de Lladr¨®... y chupa-chups.
Con informaci¨®n de Gloria Torrijos (Tokio), Rodrigo Fern¨¢ndez (Mosc¨²), Laura Lucchini (Mil¨¢n), Octavi Mart¨ª (Par¨ªs), Bertran Cazorla y Alberto Barbieri (Barcelona), y Juan Diego Quesada (M¨¢laga).

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