Nadal ya es de oro

El pu?o golpe¨® tres veces al pecho y sobre el pecho a la bandera. Fue un gesto de pasi¨®n, el adelanto del cuerpo convertido en cruz sobre la pista y el aviso del campe¨®n emocionado con el himno de su tierra. Rafa Nadal venci¨® ayer al chileno Fernando Gonz¨¢lez por 6-3, 7-6 (2) y 6-3 y se convirti¨® en el primer tenista espa?ol que gana una medalla de oro en unos Juegos. Su brillante puesta en escena, dura, apasionada y plena, fue la mejor embajada del tenis, que busca consolidarse en la gran ceremonia del deporte.

La final estuvo a la altura del codiciado premio. El espa?ol, tambi¨¦n. Su partido fue el resumen de un a?o glorioso, excelente en los resultados y genial en las maneras. El mallorqu¨ªn estrena hoy el n¨²mero uno mundial y la medalla de oro. Ya es oficial. Nadal es el jefe.

El mallorqu¨ªn, primer tenista espa?ol que se proclama campe¨®n ol¨ªmpico

Tuvo aplomo ante el abismo, reflejos frente a la impaciencia y un gran servicio

Por momentos, Nadal fue un tenista en la cima de su arte. Se movi¨® como un felino alrededor de las bolas cortas de Gonz¨¢lez y cubri¨® la pista a lo largo y a lo ancho con el ¨¢cido de su golpeo. Para el n¨²mero uno del mundo, la final ol¨ªmpica fue la culminaci¨®n de un a?o y una semana en constante ascenso. Frente a Starace, en su primer partido del torneo, fue un tenista enfrentado a sus malas sensaciones. Ayer, como casi siempre en su curso so?ado, un gigante. Nadal gobern¨® el partido con su derecha y jug¨® envuelto por la espesa nube del serr¨ªn con el que combate el sudor y la humedad china. Tuvo aplomo ante el abismo, reflejos frente a la impaciencia y un servicio a prueba de inclemencias: no lo cedi¨® nunca, logr¨® cuatro aces y gan¨® el 86% de los puntos lanzados con su primer saque.

Frente a eso y la fresca tarde, Gonz¨¢lez y el fuego de su derecha. El chileno pudo elegir entre la dimisi¨®n y la pelea terminada la primera manga. Su paso por el partido hab¨ªa sido absolutamente intrascendente. Eligi¨® intentar la hombrada. "?La fuerza est¨¢ contigo, Fe?a!", le gritaban los suyos, uniformados, ruidosos y con ganas de juerga. "?Venga, Chile!", le animaban. Y Gonz¨¢lez crecido. Y Gonz¨¢lez mordiendo. Y Gonz¨¢lez, la bandana persigui¨¦ndole la cabeza a cada carrera, tirando bolas, pelotazos y piedras. S¨®lo tuvo un problema: la mezcla de sus defectos y virtudes. Mano de Piedra Gonz¨¢lez le llaman cuando tambi¨¦n podr¨ªan decirle el de la siniestra izquierda: tira bombas con la derecha y globos de agua con el rev¨¦s.

El chileno, que jug¨® con una rodilla rodeada de protecciones, eligi¨® con tino el momento de exigencia. Con 6-5 a su favor en la segunda manga, se procur¨® dos bolas de break que met¨ªan el partido en una refriega. Jug¨® la primera con astucia, poder¨ªo e inteligencia. A lo grande. En la segunda le pudo la impaciencia. Dio igual. Las dos oportunidades acabaron devoradas por Nadal, que maneja los momentos de tensi¨®n m¨¢xima con suficiencia. El espa?ol estuvo resuelto. Los dos puntos dejaron el set a un paso de la muerte s¨²bita y decidieron el partido.

La reacci¨®n de Gonz¨¢lez favoreci¨® la fiesta, que no necesitaba m¨¢s motivos. En el palco de autoridades, una fila detr¨¢s de Pedro Mu?oz, el presidente de la Federaci¨®n espa?ola, do?a Sof¨ªa observ¨® c¨®mo hasta las manos de I?aki Urdangar¨ªn, duque de Lugo, llegaba un vaso de cerveza a cuenta de la afici¨®n. El recipiente viaj¨® de mano en mano entre los gritos entusiasmados de los seguidores -"?que llegue, que llegue, eh, eh!"- y dio color a una final vivida a ratos con ambiente de Copa Davis. Los chilenos llevaron sus banderas. Los espa?oles, gargantas vociferantes y trap¨ªos rojos por decenas. Todo qued¨® congelado por cuatro derechas seguidas que salieron disparadas en busca del gran premio. Bes¨® la raya el ¨²ltimo golpe, y despert¨® en la casi repleta grada un reconocimiento: "?Grande!".

El a?o de oro del deporte espa?ol ha sido el a?o dorado de Nadal. El mallorqu¨ªn se ha impuesto en Roland Garros, Wimbledon y los Juegos. Su racha prodigiosa ha conseguido desbancar del n¨²mero uno a Roger Federer, un tenista ¨²nico y genial, capaz de perder en los cuartos de final del torneo individual para luego ganar el oro en dobles con Wawrinka.

Los dos mejores tenistas del mundo tienen nueva cita. El d¨ªa 25 arranca el Abierto de Estados Unidos. Es una ocasi¨®n ¨²nica. Nadal, el rey de la Villa Ol¨ªmpica, estrena su trono en un grande.