Georgia y la OTAN
Estoy convencido de que el ingreso de Georgia no hubiera disuadido al presidente Saakashvili de sus prop¨®sitos de emplear las armas en Osetia. En absoluto. Georgia siempre buscaba y sigue buscando la implicaci¨®n de la Alianza en sus problemas de orden interno e internacional. Teniendo a sus espaldas el poder¨ªo militar de la OTAN, el actual l¨ªder georgiano se hubiera sentido a salvo de las represalias de Mosc¨². Y el ataque a los osetios -y despu¨¦s a los abjazos- se hubiera producido seg¨²n el mismo gui¨®n una ofensiva sorpresa; una campa?a medi¨¢tica dirigida desde la capital de Georgia elogiando la disposici¨®n de Saakashvili a sentarse en todo momento a la mesa de negociaciones mientras sus tanques cruzan Osetia del Sur arrasando todo a su paso; una reacci¨®n confusa y tard¨ªa de la comunidad internacional; miles de civiles osetios, muertos y desplazados, despejando el camino para los "colonos" georgianos y creando de esta manera un nuevo balance ¨¦tnico en el territorio de Osetia del Sur.
La negativa de la OTAN forz¨® a Saakashvili a adelantar sus planes. Sus prisas son comprensibles dada la triste realidad que vive su pa¨ªs. Si dejamos de lado las declaraciones triunfalistas de los actuales detentadores del poder en Georgia sobre los avances del pa¨ªs hacia la democracia al estilo europeo, detr¨¢s de este polvo propagand¨ªstico se vislumbra un pa¨ªs econ¨®micamente debilitado, con una clase pol¨ªtica despistada y dispuesta a mantenerse en el poder a cualquier precio, incluso a costa de v¨ªctimas mortales entre la poblaci¨®n civil, lo que qued¨® demostrado por lo sucedido en Osetia del Sur.
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