Reconvertirse a tiempo

Antes de que Leire Olaberria dejara el atletismo, olvidase su inicio apote¨®sico en los 100 metros y consiguiera un bronce ol¨ªmpico enamor¨¢ndose de los peraltes y la pista, una carta con sello institucional cambi¨® la vida de 180 adolescentes. Promet¨ªa dinero, becas y gloria. La firmaban las autoridades brit¨¢nicas, que ped¨ªan a deportistas de ¨¦lite sin resultados de impacto internacional que se cambiaran de disciplina. "Ah¨ª puede ser usted figura y optar a becas y victorias", les dec¨ªan; "le necesitamos para los Juegos de Londres 2012". Quedan cuatro a?os para la pr¨®xima cita ol¨ªmpica y Pek¨ªn ya est¨¢ lleno de deportistas que, como Leire, estrenan disciplina por tierra, agua y aire despu¨¦s de iniciarse en otras modalidades. La brit¨¢nica Rebecca Romero cambi¨® su oro mundial y su plata ol¨ªmpica en remo para lograr el oro en persecuci¨®n en pista. La australiana Amanda Croak compite ma?ana en trampol¨ªn tras dejar la gimnasia. Y un pu?ado de espa?oles busca el ¨¦xito como deportistas reconvertidos.

David Mart¨ªn dej¨® el sacrificio y la dureza de la nataci¨®n por el waterpolo

"S¨®lo pensaba en correr", dice la saltadora Castrejana, antes baloncestista

La brit¨¢nica Rebecca Romero cambi¨® la plata en remo por el oro en persecuci¨®n

"Un d¨ªa me pregunt¨¦: '?Vale la pena el sacrificio?", cuenta David Mart¨ªn, de la selecci¨®n espa?ola de waterpolo. "En nataci¨®n, entraba en las finales de los Campeonatos de Espa?a en espalda y era decimoctavo. Es un deporte duro y sacrificado del que se recuerda a Phelps, a Popov..., pero no al segundo", razona; "en waterpolo, por contra, los entrenamientos no son tan duros, no tienes que levantarte a las seis de la ma?ana, la pelotita es m¨¢s divertida... Es como elegir entre jugar al f¨²tbol o dar diez vueltas a la pista de atletismo".

"Yo pensaba en ideales", cuenta Carlota Castrejana, saltadora, abogada y ex baloncestista. "Era titular de la selecci¨®n, ten¨ªa 18 a?os y me encantaba el baloncesto. Ten¨ªa becas de universidades como la de Stamford, me ofrec¨ªan unos contratos incre¨ªbles... Pero entonces s¨®lo pensaba en que me gustaba correr y saltar y en que acababa de cumplir el objetivo de mi vida: estar en los Juegos de Barcelona", cuenta. "Ese a?o hab¨ªa empezado Derecho y valor¨¦ que la vida de atleta es un poco m¨¢s sedentaria, no como la del baloncesto, que jugaba todos los fines de semana", a?ade; "mi h¨¢ndicap es haber aprendido la base t¨¦cnica del salto con 20 a?os. Pero no me equivoqu¨¦ con el cambio. Hay que luchar. Ahora, por la ma?ana, soy atleta. Desde las cuatro de la tarde, abogada".

Los casos de Mart¨ªn y Castrejana, como el de la luchadora Minerva Montero, que dej¨® el yudo "por amor", o el de Anna Pujol, que cambi¨® la gimnasia por el trampol¨ªn de 10 metros -"era una tortura, y en saltos soy campeona de Espa?a"-, son materia de estudio para las federaciones de deportes minoritarios, que olfatean con precauci¨®n la cantera de otras especialidades en busca de futuras estrellas. En pentatl¨®n moderno, por ejemplo, est¨¢n a la caza de nadadores "que nunca ser¨¢n de primera l¨ªnea porque les faltan dos segundos". "Si les cogemos con 17 o 18 a?os y con buenas condiciones f¨ªsicas, no es tarde para aprender las t¨¦cnicas", explican los t¨¦cnicos.

"He tenido corredores que hac¨ªan baloncesto, voleibol, f¨²tbol o balonmano porque son grandes, potentes y fuertes", comenta Salvador Cabeza de Vaca, ex seleccionador espa?ol de ciclismo en pista. "Tenemos el ejemplo de Hodei Mazquiaran: jugaba al baloncesto y coordinaba infinidad de movimientos. Hoy es subcampe¨®n europeo junior", dice; "trabajar con halteras tambi¨¦n es una hip¨®tesis, porque trabajamos mucho con la fuerza. Buscamos corredores que tengan una fuerza y una explosividad grandes, con fibras blancas para la velocidad... Los corredores de patinaje podr¨ªan hacer cambios muy positivos".

No siempre es posible. "Entre el patinaje sobre ruedas y sobre hielo, por ejemplo, hay transferencias", admite ?ngel Luis de la Fuente, subdirector del Consejo Superior de Deportes; "pero, a niveles normales, es inviable. Una persona que aer¨®bicamente tenga un buen rendimiento no puede correr los 10.000 metros", asegura; "no tiene posibilidades".