Tragedia en Barajas
Espa?a vuelve a ser noticia en el mundo, a?os despu¨¦s, por una cat¨¢strofe a¨¦rea
Espa?a volvi¨® a ser noticia ayer en el mundo por un hecho luctuoso: el accidente a¨¦reo ocurrido en el aeropuerto de Barajas al estrellarse un aparato de la compa?¨ªa Spanair. M¨¢s de 150 personas murieron. La tragedia es un mazazo para un pa¨ªs que hab¨ªa logrado evitar este tipo de cat¨¢strofes durante los ¨²ltimos 25 a?os. Salvo el accidente hace 10 a?os de un ch¨¢rter camino de Melilla en el que perdieron la vida 38 personas, los antecedentes m¨¢s graves son los dos siniestros que se produjeron tambi¨¦n en Barajas en un plazo de 10 d¨ªas a finales de 1983, con un total de 274 muertos, y el del aeropuerto de Los Rodeos, en Tenerife, en marzo de 1977, en el que perecieron 583 personas.
Son cifras que sugieren la enorme desproporci¨®n que en materia de aviaci¨®n civil puede llegar a existir entre un error humano o problema t¨¦cnico desencadenante de la cat¨¢strofe y la magnitud de ¨¦sta. Porque si la estad¨ªstica muestra que esa forma de transporte de masas es la m¨¢s segura, tambi¨¦n revela que es aquella en la que, cuando se produce un accidente, las v¨ªctimas suelen ser m¨¢s numerosas que los supervivientes. Ello significa que las medidas de control y seguridad deben estar a la altura de esos efectos desproporcionadamente altos. Y que, una vez producido el accidente, deben investigarse sus causas de forma exhaustiva: no s¨®lo la inmediata, generalmente f¨¢cil de identificar con ayuda de la caja negra, sino las circunstancias que hayan podido contribuir a la cat¨¢strofe.
De la de ayer poca informaci¨®n oficial hubo. Se sabe que un motor comenz¨® a arder en el momento del despegue, pero tambi¨¦n que el vuelo sali¨® con una hora de retraso por un problema t¨¦cnico. Sin ceder a la tentaci¨®n, tan humana, de buscar culpables de inmediato, s¨ª es obligado realizar una investigaci¨®n profunda (y facilitar una pronta informaci¨®n) sobre los motivos de esa maniobra fallida y qu¨¦ se hizo para descartar una aver¨ªa que habr¨ªa impedido repetirla. La investigaci¨®n y la informaci¨®n son un derecho de las v¨ªctimas pero tambi¨¦n una exigencia de sentido com¨²n, y m¨¢s en un pa¨ªs cuya primera industria es el turismo.
Como en el 11-M, los servicios de emergencia, r¨¢pidamente movilizados, funcionaron con eficacia. Los principales l¨ªderes pol¨ªticos interrumpieron sus vacaciones. Es de lamentar que desde instancias oficiales no se ofreciera m¨¢s informaci¨®n, la poca o mucha que hubiera, sobre lo sucedido. En la conferencia de prensa que varios ministros dieron en Barajas con el alcalde de Madrid y un consejero regional no se permitieron preguntas y el juez de guardia encargado del siniestro prohibi¨® la distribuci¨®n de fotos del mismo, para sorpresa de los medios de comunicaci¨®n de todo el mundo. La falta de informaci¨®n conduce a la confusi¨®n, como pudo verse cuando varias cadenas de televisi¨®n extranjeras especularon sobre la posibilidad de un atentado terrorista, algo que el Gobierno se vio obligado a desmentir.
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