"Vi a polic¨ªas curtidos llorar"
M¨¦dicos, bomberos y fuerzas de seguridad cuentan c¨®mo atendieron a los heridos en los primeros instantes
Miguel A. Ruiz, un veterano polic¨ªa de la comisar¨ªa del aeropuerto, iba a salir a comer cuando recibi¨® una llamada que le avis¨® del accidente. En los meses de noviembre y diciembre de 1983 tuvo que vivir dos de los accidentes m¨¢s importantes ocurridos en Barajas. No esperaba pasar por lo mismo esta vez. "Eso nunca te deja de sorprender. Todo ese olor a queroseno, quemado, ?c¨®mo lo describir¨ªa? Para no verlo".
El agente lleg¨® cuando s¨®lo hab¨ªa cuatro coches de bomberos y cinco ambulancias. Lo primero que vio fue a una mujer que pod¨ªa andar. Luego, un ni?o que estaba entre los brazos agarrotados de un familiar. "Eso se me ha quedado y tambi¨¦n ver a otros polic¨ªas con l¨¢grimas en los ojos. La cantidad de gente trabajando en esas condiciones, con todo el humo... Crees en la solidaridad humana".
"Si me dicen que lo que hab¨ªa all¨ª era un tren, me lo creo", dice un polic¨ªa
"Un chico gritaba: 'Tengo las piernas atrapadas'. Y no; es que las ten¨ªa rotas"
Quiz¨¢ el cuerpo de esa mujer protegiendo al ni?o fuera el mismo que vio Patricia, enfermera del SUMMA 112 (Servicio de urgencia M¨¦dica de Madrid). "Fue de las cosas que m¨¢s me impresion¨®. Todo fue muy duro. Nos cost¨® mucho superar lo del 11-M y ahora nos viene esto. De todas formas, me siento orgullosa de c¨®mo trabajamos todas las personas que est¨¢bamos ayudando en ese lugar".
Seguramente, Patricia se cruz¨® al llegar con el capit¨¢n Cobos, de la Guardia Civil. "Nosotros nos encargamos de la seguridad, de hacer que todo funcione para que se recoja a los heridos con la mayor celeridad posible. Aseguramos que todos los coches que tienen que llegar no se entorpezcan. Eso en principio. Luego, obviamente, tambi¨¦n atendemos a los heridos". Cobos vio a una ni?a en el suelo con quemaduras, unos 13 ¨® 14 a?os, quiz¨¢ m¨¢s. Estaba inflamada y parec¨ªa que le faltaba la respiraci¨®n. A¨²n no le ha dado tiempo a digerir todo lo ocurrido. Lleva sin dormir desde el accidente.
Como Francisco Mart¨ªnez, uno de los bomberos que rescat¨® heridos en los primeros minutos. Mart¨ªnez cuenta c¨®mo intent¨® consolar a un ni?o que preguntaba todo el rato dos cosas: "D¨®nde est¨¢ mi padre" y "cu¨¢ndo termina la pel¨ªcula". A ¨¦l le impresion¨® el terreno ennegrecido, las zapatillas y otros objetos personales desperdigados por el suelo. "Era terrible".
"Si me dicen que lo que hab¨ªa all¨ª era un tren, me lo creo". Quien dice esto no es el bombero Mart¨ªnez, sino el cabo de la Polic¨ªa Municipal Emilio Garc¨ªa. Lleg¨® all¨ª, como todos los protagonistas del rescate a los pocos minutos de producirse el siniestro y no vio nada que le recordase a un avi¨®n. Cuando lleg¨® y vio el campo sobre el que hab¨ªa ca¨ªdo pens¨® que no ver¨ªa supervivientes. Pero pocos segundos despu¨¦s vio a un chico que le hablaba. "S¨®lo ten¨ªa una brecha en la cabeza. Era un cr¨ªo. Empezamos a ver m¨¢s heridos. Todo fue muy r¨¢pido".
El cabo Garc¨ªa se encontr¨® seguramente con Juanjo Mediavilla, un especialista del Samur en este tipo de emergencias. Mediavilla repasa en su cabeza esos minutos que van desde el aviso hasta la llegada al avi¨®n. "Cuando est¨¢s llegando vas d¨¢ndole vueltas a lo que hay que hacer en un c¨®digo as¨ª. Yo me acordaba de los dos accidentes de 1983. ?Qu¨¦ hacer en una situaci¨®n as¨ª?"
"En los primeros momentos act¨²as con mucha rapidez. El lugar era muy complicado. Hab¨ªa heridos sumergidos en el arroyo y hab¨ªa que mantenerlos fuera del agua. Un chico dec¨ªa: 'Tengo las piernas atrapadas'. Y no; es que las ten¨ªa rotas". Una compa?era de Mediavilla en el Samur aparece entre los heridos. Le llam¨® por su apellido. Al poco tiempo empiezan a desvanecerse las esperanzas de encontrar m¨¢s heridos. As¨ª que baja la intensidad. El trabajo es m¨¢s rutinario. Encontrar cad¨¢veres y llevarlos al Ifema para su reconocimiento. Baja el ritmo, pero el trabajo contin¨²a hasta altas horas de la madrugada y prosigue al d¨ªa siguiente.
Entre otras cosas para que los primeros en llegar (Mediavilla, Patricia, el capit¨¢n Cobos, el polic¨ªa Ruiz, el cabo Garc¨ªa y el bombero Mart¨ªnez) pudieran contar todo esto a los medios de comunicaci¨®n.
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