Perec, instrucciones de uso
Una muestra pone a dialogar al autor franc¨¦s con sus artistas coet¨¢neos
Regarde de tous tes yeux, regarde! ?Mira con los ojos bien abiertos, mira! Adem¨¢s de aquellas palabras escuchadas por Miguel Strogoff, personaje de Julio Verne, ¨¦sta es la frase inaugural de La vida: instrucciones de uso, c¨¦lebre novela de Georges Perec (1936-1982). Tambi¨¦n, el t¨ªtulo de una muestra en el Museo de Bellas Artes de Nantes (Costa Atl¨¢ntica), que celebra el 30? aniversario de la publicaci¨®n de un libro que marcar¨ªa ¨¦poca. As¨ª, al menos, opinan los comisarios de una exposici¨®n que traza un paralelismo entre el escritor y el arte que le fue contempor¨¢neo.
Para Strogoff, la frase fue una advertencia. Sus captores se dispon¨ªan a cegarle con una barra incandescente. La visi¨®n de su madre le provoc¨® las l¨¢grimas y ¨¦stas le salvaron la vista. Perec, escritor extraordinario, gloria nacional francesa y abanderado de la noveau roman, tambi¨¦n llor¨® a su madre, asesinada en Auschwitz. Toda la obra del escritor est¨¢, de hecho, marcada por el drama de la desaparici¨®n. De un personaje, de la narratividad o de una letra, la "e", la vocal m¨¢s habitual en franc¨¦s y totalmente ausente de su novela La Disparition. ?stas son la clase de preocupaciones que convierten a Perec en un perfecto contempor¨¢neo de muchos creadores pl¨¢sticos. El centenar largo de obras de setenta artistas presentadas en Nantes conectan con su ausente imaginario.
Las reflexiones del escritor dan una dimensi¨®n inesperada a las obras expuestas
La exposici¨®n se articula en torno a cuatro grandes preocupaciones de Perec: la sociol¨®gica, o sobre el c¨®mo captar la cotidianidad; la autobiogr¨¢fica, que atraviesa indudablemente todos sus libros; la l¨²dica, plasmada en la pasi¨®n de Perec por los desaf¨ªos art¨ªsticos, y lo novelesco, tan propio de La vida: instrucciones de uso, novela que contiene nada menos que 107 historias para construir el relato de los habitantes de un edificio, actuales y anteriores.
Algunas correspondencias son evidentes. Como la de las figuras del llamado Nuevo realismo o la Figuraci¨®n narrativa -los Err¨®, Monory o Rayse- que conectan con el gusto perequiano por contar, por inventar historias. Boltanski o Messenger pueden ser convocados por la dimensi¨®n autobiogr¨¢fica, por la manera de evocar la propia peripecia a trav¨¦s de la de los dem¨¢s, y hacerlo con pudor y humor. Morellet o Sol LeWitt aportan la dimensi¨®n matem¨¢tica, de sumisi¨®n de la creatividad a exigencias algebraicas o de mera repetici¨®n. Y en el centro de todo est¨¢ Duchamp, el hombre que liber¨® el arte de todos los cors¨¦s acad¨¦micos y dej¨® a los creadores la posibilidad de inventarse otros personajes.
La reflexi¨®n de Perec, su manera de contemplar el mundo, su capacidad de ausentarse, da una dimensi¨®n insospechada a algunas de las obras. Y ¨¦l, sin decir nada, sin escribir nada, sirve, una vez m¨¢s, de catalizador de ficciones.
No siempre los cuatro apartados imaginados por los comisarios de la exposici¨®n bastan para dar sentido. Algunos artistas u obras tienen una vertiente "autobiogr¨¢fica" pero tambi¨¦n conectan con el apartado "l¨²dico" y son "novelescos" y nos proponen im¨¢genes "sociol¨®gicas". Pueden estar en cualquiera de los cuatros apartados, como los libros de Perec. Eso complica la visita o hace que el visitante dude, que piense que ¨¦l hubiera organizado el recorrido de otro modo. Puede que en vano. Una de las caracter¨ªsticas sagradas de un puzzle es que cada pieza tiene su lugar y uno solo.
No es la primera vez que el museo de Nantes expone el arte relacionado con un escritor. En 2005 lograron un ¨¦xito, con gran sutileza, con el poeta St¨¦phane Mallarm¨¦. Cierto es que Mallarm¨¦ trat¨® en abundancia sobre arte e impresionismo y Perec, a lo m¨¢s que lleg¨® fue a proponer una equivalencia entre novela y puzzle.
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