?Adelanto electoral?
Desde la perspectiva del Gobierno de la Xunta, la decisi¨®n de adelantar a octubre las elecciones auton¨®micas no es f¨¢cil porque hay que tener presente varias cuestiones. Las relaciones intra e inter partidos son relevantes. En mayor o menor grado, la posici¨®n del PSOE estatal es importante para el PSdeG. Jos¨¦ Luis G¨®mez firmaba un buen an¨¢lisis de esta cuesti¨®n hace unos d¨ªas en las p¨¢ginas de EL PA?S. Por otro lado, y aunque la fecha de los comicios la decide el presidente gallego, la opini¨®n de sus socios de gobierno es algo a tener presente.
Las claves de la decisi¨®n no se detienen aqu¨ª. Sin ¨¢nimo de exhaustividad, me voy a referir a cinco de ellas. Al menos hasta el verano de 2009, los indicadores de actividad econ¨®mica y empleo van a empeorar progresivamente. Desde esta perspectiva, parecer¨ªa aconsejable adelantar todo lo posible las elecciones. Es verdad que desde hace tres a?os la econom¨ªa gallega crece m¨¢s que la espa?ola, que este resultado es desconocido en perspectiva hist¨®rica, y que la crisis est¨¢ incluso ampliando el diferencial positivo a favor de Galicia, lo que deber¨ªa interpretarse positivamente por los votantes. No obstante, puede ser dif¨ªcil trasladar el mensaje de que las cosas se est¨¢n haciendo mejor en el resto de Espa?a, cuando en Galicia nos situemos en crecimientos interanuales del PIB por debajo del 1%, que llegar¨¢n antes del verano pero probablemente despu¨¦s de octubre, y con una tasa de paro que remontar¨¢ tambi¨¦n antes del verano de 2009.
Un adelanto de 8 meses puede imposibilitar el cumplimiento de algunas propuestas electorales
En segundo lugar, la negociaci¨®n sobre la financiaci¨®n auton¨®mica, que se cerrar¨¢ entre noviembre y diciembre de 2008, va a ser muy dura y puede desgastar a los gobiernos auton¨®micos: ninguno de ellos va a lograr que se aprueben todas sus demandas y la oposici¨®n en los respectivos territorios podr¨¢ jugar electoralmente con ello. Unas elecciones en octubre dejar¨ªan la cuesti¨®n de la financiaci¨®n auton¨®mica en un segundo plano.
En tercer lugar, la negociaci¨®n de los Presupuestos tiende a ser m¨¢s compleja en el caso de los gobiernos de coalici¨®n. Es verdad que el bipartito y, en particular, el conselleiro de Econom¨ªa han mostrado una gran capacidad en este sentido, al aprobar ya tres presupuestos en plazo; el primero de ellos en tiempo r¨¦cord y el tercero incorporando novedades acertadas. Sin embargo, los Presupuestos para 2009 pueden ser especialmente dif¨ªciles de cuadrar justo antes de las elecciones. Porque probablemente la crisis econ¨®mica no va a permitir que el gasto aumente mucho m¨¢s all¨¢ del 4%, convirtiendo en sudoku el encaje presupuestario entre conseller¨ªas. Nuevamente, el anticipo puede deslindar presupuestaci¨®n y elecciones; con un coste asumible en t¨¦rminos de gesti¨®n p¨²blica si las cuentas se aprueban en el inicio de 2009.
En cuarto lugar, no hay que perder de vista que un adelanto de ocho meses puede imposibilitar el cumplimiento de algunas propuestas electorales y, con ello, afectar negativamente al balance de legislatura. En los ¨²ltimos meses se han acumulado borradores de nuevas pol¨ªticas y proyectos de ley que necesitan tiempo para poder pasar correcciones y tr¨¢mites. Sin duda, el Gobierno va a hacer un balance de situaci¨®n para determinar si con lo que se pueda cerrar hasta octubre es suficiente para presentarse ante los electores o, por el contrario, ser¨ªa prudente aguardar a completar la lista.
Finalmente, resulta necesario referirse a los posibles costes que el anticipo electoral puede suponer en t¨¦rminos de reputaci¨®n y credibilidad del Gobierno. Los resultados de un trabajo de Jos¨¦ Mar¨ªa Maravall sobre las estrategias de adelanto electoral (The strategy of electoral timing) son oportunos aqu¨ª. Tras analizar 332 elecciones en 22 democracias parlamentarias entre 1945 y 2003 descubre que, en promedio, la anticipaci¨®n voluntaria de la fecha de las elecciones es de 6,3 meses, y que el anticipo de elecciones no es interpretado por los electores como se?al de un futuro sombr¨ªo, que resulte en menor apoyo al Gobierno. La popularidad de los gobiernos no cae con la convocatoria de elecciones antes de plazo. Lo dicho, la decisi¨®n no es f¨¢cil.
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