"Lo que voy a hacer es muy simple: cambiar de casa"
No hacer caso de las quejas de sus vecinos ha costado al Ayuntamiento de V¨¦lez-M¨¢laga 4,5 millones de euros, incluyendo las indemnizaciones a los 18 afectados y las costas de un largo proceso. Es la condena m¨¢s alta por pasividad de la Administraci¨®n p¨²blica frente al ruido que se ha dictado en Espa?a, pero no la primera. Algunos tribunales empiezan a castigar tambi¨¦n el jaleo provocado por los botellones.
Los ayuntamientos de Arganda del Rey y Bilbao han sufrido las sanciones del Tribunal Supremo: uno, por permitir que dos casas regionales sin licencia superasen los l¨ªmites ac¨²sticos durante cuatro a?os; el otro, por las labores de limpieza nocturnas. En casos como ¨¦stos, los ayuntamientos, adem¨¢s de indemnizar, deben poner fin al ruido. Pero no suele ocurrir.
"Cada vez que intentaba conciliar el sue?o me despertaba un ruido". La frase suena manida. Y lo es. La repite cada persona que vive en una zona de bares y sufre esta pesadilla. Sea en M¨¢laga, en Valencia, en Barcelona, en Madrid... No por casualidad, los expertos hablan de que es "un problema estructural" en Espa?a. "Nunca he pensado en ir a los tribunales. S¨ª, puedo lograr que me paguen, pero el problema va a seguir ah¨ª. No conf¨ªo en que el Ayuntamiento haga nada". Mar¨ªa vive de alquiler en Chueca, en una de las zonas de marcha de Madrid. "Lo que voy a hacer es muy simple: cambiarme de casa".
De las quejas por los bares se ha pasado a las del botell¨®n. Decenas de j¨®venes hab¨ªan elegido la calle de Pedro y Silvia para reunirse a beber. Alegando el derecho al descanso y la intimidad del domicilio, los vecinos de B¨¦jar (Salamanca) han conseguido que un juzgado condene al Ayuntamiento a indemnizarles y a evitar la pr¨¢ctica festiva. Sevilla tambi¨¦n ha sido sancionada.
El enfado de los j¨®venes
"La gente no sab¨ªa que tambi¨¦n pod¨ªa protestar por esto", cuenta el abogado que llev¨® el proceso de B¨¦jar. Pero la odisea de estos vecinos, a los que los tribunales han dado la raz¨®n, no parece haber acabado. Se enfrentan ahora al enfado de los j¨®venes que se han quedado sin su lugar de fiesta.
Los expertos recomiendan a los afectados que llamen a la polic¨ªa para que acuda a realizar una medici¨®n. El siguiente paso es presentar una denuncia por escrito al Ayuntamiento. "Lo m¨¢s importante es que se hagan las mediciones con son¨®metros", cuenta el abogado Beltr¨¢n Gambier. Que el sonido supere los l¨ªmites permitidos es la clave para demostrar la vulneraci¨®n de derechos. Pero la falta de personal para realizar las mediciones puede obligar a los afectados a tener que pagar una medici¨®n privada.
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