Y al quinto verano resucit¨® el escritor Gonzo
El 20 de agosto de 2003 se descubri¨® un extra?o monumento en uno de los valles de Woody Creek, Colorado (Estados Unidos). Una torre de 45 metros de altura apareci¨® coronada con un pu?o rojo con dos pulgares y un c¨ªrculo verde en el centro. Mientras sonaba la canci¨®n de Bob Dylan Mr. Tambourine Man se accion¨® un mecanismo que propuls¨® las cenizas de Hunter S. Thompson desde el centro del pu?o. Aquello fue una ceremonia exc¨¦ntrica, ruidosa y chocante, plagada de celebridades pol¨ªticas como John Kerry y actores como Sean Penn. Estuvo a la altura del m¨ªtico periodista y escritor que se hab¨ªa pegado un tiro seis meses atr¨¢s en su casa, a pocos metros de all¨ª.
Sus restos cayeron como una nube sobre los cerca de 150 invitados, reunidos para celebrar el ¨²ltimo homenaje a uno de los personajes m¨¢s salvajes y heterodoxos de la cultura norteamericana. El padre del periodismo gonzo hab¨ªa planeado hasta el ¨²ltimo detalle de la ceremonia tiempo atr¨¢s, y su amigo Johnny Depp se hizo cargo del montaje y de los gastos, que ascendieron a unos 2,5 millones de d¨®lares. No faltaron el whisky, ni unos versos de Coleridge.
?Pero fue aquello realmente una despedida o s¨®lo el principio de una nueva fiebre gonzo? Excesivo, irritable, amante de las armas de fuego, de las motos, del whisky, de la marihuana y las drogas alucin¨®genas y de las mujeres j¨®venes y bellas; Hunter S. Thompson no dej¨® indiferente a nadie. No cabe duda de que su carisma de gamberro insaciable creaba adicci¨®n, y, cinco a?os despu¨¦s de su muerte, un coro de voces recuerda la figura del irrepetible autor de Miedo y asco en Las Vegas en el documental dirigido por Alex Gibney, Gonzo: la vida y obra del doctor Hunter S. Thompson y en el libro Gonzo. Una biograf¨ªa oral, compilado por Corey Seymour y el m¨ªtico editor de Rolling Stone Jann S. Wenner. Outlaw journalist (Periodista proscrito), de William McKeen, completa la lista de homenajes p¨®stumos en lo que la revista New York ha calificado de "verano gonzo".
Hunter entraba a las reuniones con los editores de revistas con un caj¨®n repleto de pelucas que se iba poniendo seg¨²n avanzaba la conversaci¨®n. Siempre mostr¨® una especial debilidad por las mu?ecas hinchables, que sacaba a la sala de estar cada vez que un periodista iba su casa a entrevistarle. Beb¨ªa cantidades ingentes de alcohol sin despeinarse. Aterrorizaba al mism¨ªsimo Jack Nicholson, uno de sus vecinos en el valle de Colorado, poniendo a todo volumen cintas con grabaciones de animales gimiendo. Adem¨¢s, cambi¨® la forma de hacer periodismo.
Thompson siempre acababa siendo un personaje central en sus cr¨®nicas. C¨®mo conseguir la historia era la historia en s¨ª misma. Mezclaba con soltura realidad y ficci¨®n y tir¨® abajo el muro que hasta entonces separaba al lector del escritor. En este empe?o le acompa?aron los grandes autores del llamado Nuevo Periodismo. Guy Talese, Tom Wolfe, Terry Southern, George Plimpton, Barbara Goldsmith o Joan Didion fueron algunos de los mejores ejemplos de aquella m¨ªtica cosecha de los sesenta, descendientes directos de Truman Capote, Norman Mailer y John Hersey. El gonzo fue la versi¨®n m¨¢s radical y alucinada de todo aquello. "Como periodista, de alg¨²n modo, he conseguido romper casi todas las reglas y triunfar", declar¨® en 1993.
Naci¨® en 1937 en Louisville, Kentucky, tierra de plantaciones de tabaco y destiler¨ªas de whisky. Fue el mayor de tres hermanos. Perdi¨® a su padre a los 14 a?os y se desesper¨® con la afici¨®n a la bebida de su madre. A los 11 a?os public¨® su primera nota en Southern Star, un peri¨®dico de barrio. En ella hablaba sobre su hero¨ªsmo en un ¨¦pico partido de baloncesto. Su aversi¨®n a la autoridad y a los l¨ªmites fue una constante. Tras un primer encontronazo con la justicia se alist¨® en el Ej¨¦rcito, donde puli¨® su estilo como periodista deportivo en una gaceta del cuerpo de aviaci¨®n, Command Courier.
Hunter busc¨® el ritmo de su prosa en las novelas de Scott Fitzgerald, Faulkner y Hemingway que copi¨® una y otra vez en su m¨¢quina de escribir. Los ?ngeles del Infierno le proporcionaron el salto a la fama. Un periodista del San Francisco Chronicle le present¨® a la banda de moteros. "Estuvo empotrado con ellos", recuerda divertido Wolfe en el documental. Tras un primer reportaje en 1965 para la revista The Nation -que contaba en su n¨®mina de colaboradores con Albert Einstein, Gore Vidal, Trotsky y Sartre-, Thompson logr¨® un contrato para escribir un libro. Con el adelanto se compr¨® una moto. Unas cuantas millas recorridas despu¨¦s, se convirti¨® en el punto de conexi¨®n entre beatniks, hippies y ?ngeles. Neal Cassady y Allen Ginsberg conocieron a los temidos moteros a trav¨¦s de ¨¦l. Fue en una fiesta de ¨¢cido en la que todos se reunieron donde Thompson vio c¨®mo los moteros abusaban en grupo de una de las invitadas. Poco despu¨¦s presenci¨® una pelea entre un ¨¢ngel y su esposa, y acab¨® con un ojo morado. "Era un gran escritor, pero un gilipollas", ha repetido en m¨¢s de una ocasi¨®n el entonces l¨ªder de la banda, Sonny Barger.
Osado, impertinente, arrogante, l¨²cido y provocador, Thompson consegu¨ªa descolocar a cualquiera. Cubri¨® la convenci¨®n dem¨®crata de 1968 y qued¨® horrorizado con la brutalidad de las cargas policiales. Aquello fue un detonante para lanzarse a una nueva aventura: entrar en pol¨ªtica. En 1970 se present¨® a las elecciones de sheriff en Pitnik County, Colorado. La cr¨®nica de su campa?a fue su primera colaboraci¨®n para la entonces revista emergente Rolling Stone. "Aquello puso un foco en Hunter y la pol¨ªtica de Aspen. A partir de entonces sent¨ª que hab¨ªamos empezado una cruzada con Hunter. Era una locura muy seria", recuerda Jann Wenner. En su programa, muy acorde con la sinton¨ªa hippy del momento, el periodista promet¨ªa que ninguna droga digna de ser tomada se vender¨ªa por dinero, y enfatizaba la necesidad de defender la zona de los rampantes especuladores. A sus seguidores no dud¨® en calificarlos como voto de base freak, y gracias a ellos estuvo muy cerca de ganar. Esta decepci¨®n no le alej¨® completamente de la pol¨ªtica. Toda una generaci¨®n luchaba a favor de los derechos civiles y clamaba contra la guerra de Vietnam. Thompson no fue una excepci¨®n.
El modelo 'Gonzo' acab¨® de depurarlo en la delirante cr¨®nica El derby de Kentucky es decadente y depravado, en la que la carrera era un ruido de fondo. "Al contrario que el resto del palco de prensa, no nos importaba una mierda lo que pasaba en la pista. Hab¨ªamos ido para ver a las verdaderas bestias en acci¨®n", dec¨ªa el art¨ªculo. Aquel encargo marc¨® un antes y un despu¨¦s. Fue el primer trabajo que realiz¨® junto al dibujante gal¨¦s Ralph Steadman. Juntos formaron un inolvidable d¨²o. Steadman descubri¨® el ¨¢cido y cambi¨® radicalmente su trabajo. "Al principio me dijo, 'quisiera que dejaras de hacer eso'. Yo le dije, '?el qu¨¦?'. Y me contest¨®, 'esa cosa tan fea que tienes de pintarrajear a la gente", recuerda Steadman.
Hunter, el hombre que logr¨® mantener en vilo a todos los editores para quienes trabaj¨® estirando al m¨¢ximo la hora de entrega, sud¨® al escribir aquella pieza. No encontraba la coherencia. Desesperado, mand¨® las hojas desordenadas, con sus propias notas. Pens¨® que jam¨¢s lo publicar¨ªan, pero se equivoc¨®. "La gente me llamaba y escrib¨ªa para decirme que aquello era un punto de inflexi¨®n en el periodismo, una pincelada de genio. Y pens¨¦: qu¨¦ narices, si puedo colar esto, ?por qu¨¦ intentar escribir como The New York Times?", dijo Thompson en una entrevista tiempo despu¨¦s.
El gonzo hab¨ªa nacido en Kentucky, pero en Nevada alcanz¨® la madurez con el m¨ªtico Miedo y asco en Las Vegas. Le seguir¨ªa Miedo y asco en la campa?a, el libro que recopil¨® la serie de art¨ªculos sobre la campa?a presidencial de 1972. Thompson no par¨® de sorprender y escandalizar. Nixon se convirti¨® en su bestia negra, y McGovern, que exig¨ªa la retirada inmediata de Vietnam, en su candidato ideal. "Hac¨ªa las preguntas m¨¢s inesperadas", recuerda el pol¨ªtico en el documental.
El caso Watergate le enfureci¨®, pero en Jimmy Carter encontr¨® un nuevo h¨¦roe al escuchar un m¨ªtico discurso sobre la corrupci¨®n del sistema judicial en el que citaba a "un gran poeta, Bob Dylan". ?Qu¨¦ pensar¨ªa de Obama? Su primera mujer, Sandy Thompson, dice en el documental que el suicidio fue un acto de cobard¨ªa. "Ahora Hunter tendr¨ªa mucho que cambiar y hacer".
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