"Mi gran capit¨¢n"

Varios chinos vestidos de azul persegu¨ªan a un se?or calvo vestido de rojo con una pelota en las manos. La escena parec¨ªa sacada de una pel¨ªcula de cine mudo, pero era Pek¨ªn. Espa?a acababa de ganar el bronce y el se?or calvo era el delegado espa?ol. La pelota era la ¨²ltima que toc¨® Barrufet como capit¨¢n de la selecci¨®n. Antes, en el palco, I?aki Urdangar¨ªn, hab¨ªa se?alado a Hombrados que era hora de dejar paso en los ¨²ltimos minutos a Barrufet. "No hac¨ªa falta. Todo el banquillo me ped¨ªa el cambio hac¨ªa rato y pensaba hacerlo", explic¨® Pastor, el seleccionador.

Sali¨® David Barrufet y con la pelota en sus manos se termin¨® el partido. Entonces el equipo se fue a por Barru, se hizo una pi?a de la que sobresal¨ªa un brazo del meta con el bal¨®n y lo mantearon. "No estaba preparado, pero es nuestro capit¨¢n y se ha comido mucha mierda", reconoci¨® Iker Romero. "A veces a los deportistas deber¨ªamos juzgarlos tambi¨¦n por lo que hacen fuera del campo. Y Barrufet es irrepetible, el n¨²mero uno, mi gran capit¨¢n", explic¨® Iker. "Nos han ca¨ªdo muchos palos, y los que me tocan a m¨ª eran justos, pero otros... Me gusta que digan que somos unos negados, que no sabemos jugar porque resulta que somos bronce", a?adi¨®.

"Nos han dado tanta cera que he tenido ganas de irme a casa", reconoci¨® Hombrados, que ayer detuvo 17 lanzamientos. "Es el mejor homenaje que le pod¨ªa hacer a Barru, pero sobre todo es la respuesta del equipo a otro momento dif¨ªcil. Siempre hemos respondido a las exigencias", coment¨® el portero titular, recordando el Mundial, el subcampeonato de Europa y el bronce ol¨ªmpico en los ¨²ltimos cuatro a?os.

Hombrados se abraz¨® emocionado al final del partido con Barrufet. "Somos muy amigos porque hemos compartido la porter¨ªa de Espa?a muchos a?os. Un trozo era m¨ªo, el otro suyo, y ahora se la queda ¨¦l", explic¨® Barrufet, a quien un chino de la organizaci¨®n persigui¨® por el campo insistiendo en que entregara el bal¨®n. "Lo quer¨ªa de recuerdo y se lo di al delegado, a F¨¦lix Brocate". El delegado se faj¨® para conservar el bal¨®n. Tambi¨¦n fue perseguido y, pese a la amenaza de retirarle la acreditaci¨®n, la pelota qued¨® a buen recaudo. "Es ma?o, sab¨ªa que no se lo quitar¨ªan", dijo el capit¨¢n, emocionado a¨²n: "He tratado de contenerme, pero son muchas emociones las que llevan pas¨¢ndome por la cabeza. Me acuerdo de mucha gente y de muchas cosas, pero trato de ser lo m¨¢s digno posible. Hac¨ªa tres a?os que no jug¨¢bamos a este nivel. Sab¨ªamos que era nuestra ¨²nica oportunidad, que no volver¨ªamos a estar juntos, y que no nos lo perdonar¨ªamos jam¨¢s. Y fuimos a por la medalla".