Del plomo al bronce
Pastor conduce a Espa?a a un milagro ol¨ªmpico con el tercer puesto tras derrotar a Croacia
Si la din¨¢mica de fluidos es dif¨ªcil de entender, m¨¢s a¨²n lo parece la de grupos, m¨¢s imprevisible y complicada de resumir en f¨®rmulas, y no digamos la de grupos deportivos. Por ejemplo, la de un equipo de balonmano. La selecci¨®n espa?ola, sin ir m¨¢s lejos, que ayer cerr¨® el ciclo Pastor, iniciado con un oro inesperado en el Mundial de T¨²nez 2005 ante Croacia y cerrado ayer, tres a?os despu¨¦s, con otro bronce imprevisto ante el mismo rival. Como no hay ciencia capaz de explicar la larga marcha ol¨ªmpica de este conjunto que lleg¨® a Pek¨ªn sin apenas publicidad, precedido de un serio patinazo (s¨¦ptima plaza) en el ¨²ltimo Mundial, sin el central titular y sin el mejor pivote del mundo, s¨®lo cabe lo irracional como raz¨®n.
CROACIA 29 - ESPA?A 35
Croacia: Losert (Alilovic); Sulic, Metilic (4), Balic (2), Tonci Valcic (2), Vukovic (1) y Vori (2) -equipo inicial-; Lackovic (2), Dominikovic, Horvat (4), Duvnjak (7), Sprem (4) y Sprem (4) y Dzomba (1).
Espa?a: Hombrados (Barrufet); A. Entrerr¨ªos (5), Rocas (1), R. Entrerr¨ªos, Garabaya (1), Prieto (7) y Belaustegui (4); Lozano (1), Davis (1), Juan¨ªn Garc¨ªa (7), Iker Romero (5), Malmagro y Tom¨¢s (3).
?rbitros: Din y Dinu (Rumania). Excluyeron dos minutos a Lackovic, Duvnjac, Sprem, Prieto, Garabaya, Belaustegui (2) y Davis.
Partido por la medalla de bronce en el Palacio Nacional de Pek¨ªn.
Barrufet se despidi¨® desde la cancha despu¨¦s de cuatro Juegos y dos medallas
Pastor, el t¨¦cnico, que es de Valladolid, por lo tanto de los que a¨²n creen que encima de la niebla hay cielo, y act¨²a con el atrevimiento que da el saber que detr¨¢s de cada fachada se esconde una realidad m¨¢s falsa a¨²n, comenz¨® el torneo con milagros peque?os, arriesgados y poco efectivos, vistosos, sin embargo, como el de convertir al t¨ªmido Malmagro en Barrufet de pega para jugar el ataque de las inferioridades, pero termin¨® a lo grande. Bajo la mirada atenta de I?aki Urdangar¨ªn, que antes que duque y yerno real fue lateral, y se retir¨® en la pista ol¨ªmpica de Sidney con el segundo bronce consecutivo de Espa?a, el ¨²ltimo hasta ayer, el agua se hizo vino, el loco Romero se transform¨® en el cerebral Chema Rodr¨ªguez -el central a?orado-, se multiplicaron los panes y los peces, el tosco Carlos Prieto fue, de repente, el felino y letal Roli Ur¨ªos -el pivote herido-, el juego libre acab¨® siendo la maldici¨®n del equipo del Balic desquiciado, y el plomo fue bronce. Hombrados, no, Hombrados fue siempre Hombrados, o sea, el chico que lo hizo todo bien: par¨®, rob¨®, dirigi¨® y hasta mir¨® el reloj a tiempo para invitar a Barrufet, cuatro Juegos Ol¨ªmpicos, dos medallas, en sus 38 a?os y dos metros de portero, a despedirse de la selecci¨®n desde la cancha.
Despu¨¦s del partido de liguilla contra Francia, que finalmente alcanz¨® el primer t¨ªtulo ol¨ªmpico de su historia al derrotar (28-23) a Islandia en la final, la cosa estaba tan baja que, aquello s¨ª que fue un milagro, le cost¨® al siete de Pastor hasta ganar a Brasil por un gol y llegar a cuartos, que, como todos sab¨ªan, era el m¨ªnimo necesario. "Todo era s¨®lo un pre¨¢mbulo para el cruce de cuartos, que era donde en realidad comenzaba el torneo", dijo Pastor. Toc¨® Corea, victoria segura, lucha por las medallas, maldici¨®n: el equipo invisible, al que, tapado por el baloncesto, nadie hac¨ªa caso, sal¨ªa a la luz de los medallables, con lo que las cr¨ªticas implacables tras su derrota en semifinales ante la asequible Islandia desbordaron su capacidad de aguante. "Todo aquello nos dej¨® an¨ªmicamente destrozados", dijo Hombrados, que es casi tan viejo, un par de a?os menos, y tan alto como Barrufet. "Fue dur¨ªsimo levantarse al d¨ªa siguiente. Yo, personalmente, estaba que me quer¨ªa ir a casa".
No hab¨ªa digerido el milagro, entonces, el guardameta madrile?o, el milagro de ver a Romero haciendo jugar a los extremos, a Juan¨ªn mortal en la derecha; d¨¢ndole juego al pivote, a Prieto que fue Ur¨ªos; y en vez de jugarse en disparo absurdo todos los balones, combinando con Alberto Entrerr¨ªos hasta en un flying en el minuto 22 de la segunda parte que abri¨® a cinco la ventaja por primera vez. El remate de una medalla aparentemente inesperada. "Pero no", rebati¨® Pastor. "Hemos merecido el bronce. Si est¨¢bamos aqu¨ª era por algo".
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