Farsa osetia
La firma por el presidente Medv¨¦dev del decreto de reconocimiento de la autoproclamada independencia de Osetia del Sur y de Abjazia supone la confirmaci¨®n definitiva de que el conflicto habido este mes de agosto ha sido minuciosamente orquestado desde Mosc¨² con el fin de amputar a Georgia estos dos territorios. Se trata de una represalia anunciada a costa de la independencia de Kosovo, proclamada en febrero de este a?o. Desde entonces, las autoridades rusas han estado intensificando la presi¨®n sobre Tbilisi, animando a las milicias osetias a hostigar a las tropas georgianas, incrementando su presencia militar en las dos regiones y concediendo pasaportes rusos por doquier.
Aunque ha habido un intenso debate acerca de qui¨¦n comenz¨® las hostilidades el 9 de agosto, ese debate pierde ahora bastante sentido: la inclusi¨®n de Abjazia en el mismo lote demuestra a las claras que Mosc¨² ni siquiera tiene inter¨¦s en apoyar su posici¨®n en argumentos. Para los que insisten en el precedente de Kosovo, lo ocurrido estos d¨ªas deber¨ªa ser la prueba definitiva de que estos dos casos est¨¢n en las ant¨ªpodas del derecho internacional. El decreto de Medv¨¦dev iguala los 10 a?os de mandato de Naciones Unidas en Kosovo con 10 d¨ªas de ocupaci¨®n rusa y, en el colmo del cinismo, resuelve el caso unilateral e injustificadamente con lo que no es sino una pura y llana anexi¨®n.
Rusia ha querido demostrar claramente qui¨¦n manda en las antiguas fronteras de la URSS. En una reedici¨®n de la Doctrina Monroe, sus tropas se pasean ahora impunemente por el territorio de un Estado miembro de la Organizaci¨®n para la Seguridad y la Cooperaci¨®n en Europa (OSCE) y del Consejo de Europa, de un socio y amigo de la UE, Estados Unidos y la OTAN. Rusia ha hecho pagar cara a Georgia, una democracia con vocaci¨®n occidental, en r¨¢pido crecimiento econ¨®mico y estrat¨¦gicamente crucial para Europa desde el punto de vista energ¨¦tico, la osad¨ªa de ser la Cuba del C¨¢ucaso.
Quienes en el caso de Chechenia pensaron que Rusia se contentar¨ªa con reclamar la impunidad dentro de sus fronteras estaban equivocados. La lecci¨®n no ha pasado inadvertida en Ucrania, que f¨¢cilmente podr¨¢ perder Crimea si sigue obstin¨¢ndose en desalojar de all¨ª a la flota rusa.
Con la proclamaci¨®n de la independencia, Rusia escala peligrosamente en su rebeld¨ªa antioccidental y pone en una posici¨®n imposible a la OTAN, que ten¨ªa previsto conceder una perspectiva de adhesi¨®n a Georgia y a Ucrania en su cumbre de diciembre de este a?o. La OTAN tendr¨¢ que responder a la dif¨ªcil pregunta de si la garant¨ªa de seguridad que implica el art¨ªculo 5 del tratado se aplica a toda Georgia o s¨®lo a la Georgia amputada: en el primer caso, se tratar¨ªa de un casus belli con Rusia; en el segundo, de un chiste macabro. En unos pocos d¨ªas, todo el orden europeo ha sido sacudido. Las consecuencias ser¨¢n de gran alcance.
Jos¨¦ Ignacio Torreblanca es director de la Oficina en Madrid del European Council on Foreign Relations.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.