McCain aprovecha la crisis para hacer alarde de su liderazgo
El candidato quiere redimir a los republicanos del fiasco de Bush con el Katrina
Haciendo de la necesidad virtud, John McCain intenta convertir el hurac¨¢n Gustav, que ha arruinado parcialmente el lucimiento de la Convenci¨®n Republicana, en una oportunidad para demostrar su capacidad de dirigir la naci¨®n en momentos de crisis, una faceta en la que las encuestas siempre le han reconocido por encima de su rival, el dem¨®crata Barack Obama.
Debemos ponernos el sombrero de estadounidenses, afirma el aspirante
Obama ha evitado ir al Golfo para no complicar el trabajo de emergencia
El primer d¨ªa de la convenci¨®n, ayer, fueron suspendidos todos los actos excepto la apertura formal de la reuni¨®n. Los presentadores de los principales informativos de la televisi¨®n, que suelen cubrir estos eventos en directo, estaban en Nueva Orleans. McCain tambi¨¦n pas¨® el domingo en la regi¨®n del golfo de M¨¦xico interes¨¢ndose por los trabajos preparativos para hacer frente al Gustav. ?l mismo anunci¨® por la noche en una entrevista que estaba considerando la posibilidad de pronunciar su discurso de aceptaci¨®n de la candidatura presidencial, el jueves, en Nueva Orleans o en un lugar pr¨®ximo en vez de hacerlo en la sede de la convenci¨®n, Saint Paul (Minnesota).
?Es el momento de quitarnos el sombrero de republicanos y de ponernos el de estadounidenses?, repiti¨® McCain en varios actos p¨²blicos en la v¨ªspera de la llegada del hurac¨¢n. ?Tenemos que redirigir nuestros esfuerzos de lo que iba a ser una celebraci¨®n de partido a actuar como estadounidenses, tenemos que ir de un acto de partido a un llamamiento a toda la naci¨®n en apoyo de nuestros compatriotas en este tiempo de tragedia?.
McCain y su esposa, Cindy, visitaron ayer en Ohio un centro de recogida de ayuda para los afectados y colaboraron un rato en los trabajos. ?Es hora de que todos los estadounidenses colaboren en la medida de sus posibilidades?, manifest¨®.
El candidato republicano sabe el precio que pag¨® el presidente George W. Bush por ignorar la llegada del Katrina. Justo aquel d¨ªa, el 29 de agosto de 2005, Bush estaba en Arizona compartiendo pastel de cumplea?os con McCain, ajeno al drama de Nueva Orleans.
El candidato intenta que el Gustav sea una oportunidad de redimir a todo el Partido Republicano de la penitencia que tuvo que pagar por aquel grave error de c¨¢lculo. El propio Bush est¨¢ tratando de contribuir a ese mismo esfuerzo con su viaje ayer a Tejas, para seguir en directo la evoluci¨®n de los acontecimientos. Estaba previsto que desde all¨ª se dirigiera a la naci¨®n al final del d¨ªa, una vez que se hubieran visto los efectos del paso del Gustav.
En Saint Paul, mientras tanto, todas las actividades de la convenci¨®n quedan sujetas a confirmaci¨®n diaria, en funci¨®n de los sucesos del Golfo. La actividad pol¨ªtica se ha desplazado a otros terrenos con menos focos y fanfarrias, pero no de importancia menor. Un portavoz del Partido Republicano, Rick Davis, acus¨® ayer a Barack Obama de tratar de sacar rendimiento pol¨ªtico del Gustav. Lo mismo sugirieron en distintas declaraciones otros dirigentes del partido.
No hay constancia de ninguna declaraci¨®n de Obama que justifique una declaraci¨®n as¨ª, a no ser que pueda interpretarse en ese sentido un comentario, el s¨¢bado, de un portavoz de la campa?a que expresaba su esperanza de que no se repitieran ahora los errores cometidos durante el Katrina.
En todo caso, cierto o no, ¨¦ste es un terreno muy peligroso para los dem¨®cratas. Si los republicanos consiguen dar la impresi¨®n de que McCain se preocupa de los problemas de los afectados mientras Obama hace discursos y pol¨ªtica, el Gustav, que lleg¨® como una maldici¨®n, podr¨ªa acabar siendo, pese a toda la tragedia del caso, una bendici¨®n para el veterano senador.
Obama ha explicado que no ha querido ir todav¨ªa al Golfo para no complicar con su presencia ?y con la movilizaci¨®n de seguridad que eso supone? el trabajo de las personas que se dedican al Gustav, pero que lo har¨¢ en cuanto las circunstancias sean m¨¢s propicias.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.