A festa da filloa del indiano
Manuel Antas Fraga convoca a 150 invitados "para celebrar la amistad"
Hoy Valongo celebra a festa da filloa, "una ocurrencia" que se mantiene desde hace 35 a?os gracias, entre otros, al indiano Manuel Antas Fraga, que a su vez ofrece un banquete a los amigos en su casa. Este a?o habr¨¢ unos 150 invitados, entre ellos alg¨²n famoso y una veintena de brasile?os que han cruzado el Atl¨¢ntico para la ocasi¨®n. "Es una celebraci¨®n de la amistad", resume el anfitri¨®n. "Los amigos son la mayor fortuna", a?ade explicando el momento en que ¨¦l renunci¨® a seguir engord¨¢ndola en los placeres de Salvador de Bah¨ªa. Una funeraria, La Decorativa, le abri¨® el camino para hacer las Am¨¦ricas y ahora el Hospital Espa?ol centra sus desvelos de fil¨¢ntropo.
Manuel Antas Fraga (Valongo-Cotobade, 1932) llena un rinc¨®n del sal¨®n de su casa de Valongo con una cascada de diplomas que reconocen su bonhom¨ªa a un lado y otro del Atl¨¢ntico. Desde la Orden Castro Alves, la m¨¢s alta distinci¨®n que concede el estado de Bah¨ªa, a la Medalla de Galicia que le otorg¨® la Xunta. En otra parte, una foto con Felipe Gonz¨¢lez, "el primero en reconocer y ayudar a la emigraci¨®n espa?ola, ignorada por el franquismo". ?l mismo fue consejero general de la Emigraci¨®n en Madrid y esa misma dedicaci¨®n alienta su presidencia del Hospital Espa?ol, "el mejor de la emigraci¨®n", que asegura cobertura sanitaria a los 70.000 gallegos y descendientes que viven en Salvador de Bah¨ªa.
La Decorativa, una funeraria, le abri¨® el camino para hacer las Am¨¦ricas
El Hospital Espa?ol centra sus desvelos de fil¨¢ntropo en Salvador de Bah¨ªa
"De aqu¨ª salimos huyendo del arado y del hambre", apunta. ?l ten¨ªa 15 a?os, en 1947, y "una ignorancia absoluta" del mundo. Hab¨ªa visto morir a su padre, reclutado para la Divisi¨®n Azul y que volvi¨® a Valongo con una pierna trufada de metralla: "Le operaron en casa, sobre una mesa: una carnicer¨ªa", resume. La madre, con tres hu¨¦rfanos, tuvo que empe?arse para pagar el pasaje del mayor a Brasil. Tard¨® un mes en llegar.
Casi todos los gallegos que residen en Salvador de Bah¨ªa proceden de esa zona sureste de Pontevedra, entre Cotobade y A Ca?iza. Manuel Antas se emple¨® en un ultramarinos, "separando las patatas sanas de las podres", y vio la necesidad de estudiar, por la noche. Ah¨ª fue descubriendo las tiran¨ªas del franquismo, "por lo que contaban", y del racismo. Por ser pobre, las chicas del Club Espa?ol le negaban el baile y esto le determin¨® a hacerse socio del club de carnaval Cruceiro da Vitoria, donde bail¨® cuanto quiso "y m¨¢s". Luego le eligieron tesorero y, viendo su hacer, otro directivo del club le propuso la misma tarea en Casa Decorativa, una empresa que hab¨ªa empezado suministrando atrezzo y escenarios de celebraciones, incluidos los velatorios:hoy es una pr¨®spera funeraria de la que, sin embargo, Manuel Antas habla con desapego. "Desestimuleime con la muerte de mi hermano, en 1982", aduce.
Esa muerte marca otro punto de inflexi¨®n en su vida. La empresa de construcci¨®n que hab¨ªa montado con Loriano, el hermano, iba viento en popa, "pero desestimuleime", insiste. Vendi¨® la constructora y redujo su participaci¨®n en La Decorativa. "No soy rico, pero tengo suficiente para mi familia". Casado en su primer viaje de regreso a Espa?a, en 1956 -"no s¨¦ c¨®mo, la verdad, me lo encontr¨¦ todo encarrilado", se r¨ªe-, tiene dos hijas, que se criaron en Pontevedra "con muchas m¨¢s oportunidades que yo". ?l, espantado de la Espa?a franquista, iba y volv¨ªa de Brasil, donde, con esfuerzos de autodidacta, se fue haciendo librepensador y socialista. En Sao Paulo fund¨® la agrupaci¨®n Juli¨¢n Besteiro.
Y en Valongo empez¨® a patrocinar a festa da filloa por el reto de Aguasantas. "Ten¨ªamos concertado el turno de fiestas, el primer s¨¢bado de septiembre, y ellos decidieron romperlo, menospreciando a Valongo. ?ramos 60 vecinos, pero les dimos una lecci¨®n". Aquel a?o contrataron a Georgie Dann "y fue la bomba". El tono continu¨® en a?os sucesivos: Conchita Bautista, Fuxan os Ventos, la Sinton¨ªa, Los Sat¨¦lites... Hoy, en su casa, "para comer y cantar" el men¨² anuncia enchenta: siete platos de mariscos, pescados y carnes, con fondo de gaitas.
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