Vuelve el pelirrojo Teo

Teo, el ni?o que protagoniza el cuento del mismo nombre pasa ya la treintena, pero eso no significa que haya envejecido: sigue siendo el mismo y sigue siendo uno de los libros de referencia para ni?os de cero a siete a?os. "Teo no ha cambiado durante los a?os. No sigue modas porque los ni?os peque?os tampoco se dan cuenta de ellas. Los ni?os quieren lo mismo que hace 30 a?os: les interesa estar tranquilos y que les expliquen poco a poco el mundo que les rodea", afirma Carlota Goyta, una de sus creadoras junto con Asun Esteban y Ana Vidal (ya fuera del proyecto) y que firmaron siempre como Violeta Denou.

Este ni?o, fen¨®meno editorial traducido a m¨¢s de 15 idiomas y con varios premios en su haber por su labor did¨¢ctica, naci¨® por necesidad, explican sus autoras. "Nosotras ¨¦ramos entonces madres primerizas y ve¨ªamos que nuestros hijos buscaban un modelo sencillo para ir aprendiendo a nombrar las cosas que ten¨ªan a su alrededor. As¨ª empezamos, pintando y creando un personaje f¨¢cil de identificar Teo es pelirrojo y siempre va vestido igual, con una camiseta de rayas anchas que le hacen claramente visible entre unas p¨¢ginas cargadas de color y cientos de objetos], en entorno amable y con un valor claro, el del respeto a la naturaleza, a sus compa?eros y a los adultos", se?ala Asun Esteban.

El ¨¦xito del personaje radica en que es un ni?o normal

Sus creadoras afirman que dibujan a cuatro manos y de una forma totalmente compenetrada, una vez aprobado por consenso el gui¨®n de cada libro en el que el ni?o protagonista va descubriendo la escuela, la nieve, los animales... Dependiendo de la ocasi¨®n, una hace los fondos y la otra pinta los personajes, y, seg¨²n ellas, ni su equipo de dise?adores sabe distinguir qui¨¦n es qui¨¦n.

Sobre los intereses de los ni?os antes y entonces, ambas insisten en que Teo se mantiene igual, que lo ¨²nico que ha cambiado es su entorno. Ahora aparecen ordenadores y m¨®viles, pero el ni?o sigue siendo el mismo: un personaje normal que no pretende ser l¨ªder ni destacar en nada. Ambas creen que esa cotidianeidad es lo que ha conseguido que los peque?os se identifiquen con el personaje. "Lo ¨²nico que ha variado es la sociedad, que l¨®gicamente no es la misma. Por eso hace a?os, introdujimos en los cuentos a ni?os inmigrantes, los amigos de la escuela de Teo", explica Asun Esteban.

Como en t¨¢ndem, ambas ilustradoras coinciden en se?alar que la aceptaci¨®n de su personaje se debe a su sencillez y a haber sabido conectar con los ni?os a base de unas historias muy coloridas y sencillas que ellos comprenden. "Nosotras ni pretendemos hacer literatura ni deslumbrar, simplemente buscamos entrar en su mundo, que en esos a?os es sencillo, como nuestros dibujos", explica Esteban. Por ese motivo, en sus cuentos no tienen cabida los mundos fant¨¢sticos de hadas, magos o aventureros, m¨¢s propios de otras etapas de la infancia. Ellas dicen que su ilusi¨®n es fomentar la capacidad de observaci¨®n y que un ni?o sepa convertir una caja de cart¨®n y un cordel en un cami¨®n con el que jugar.

A pesar del ¨¦xito del mundo digital, de las consolas y v¨ªdeos, las madres de Teo no temen que sus historias en formato papel acaben. Est¨¢n convencidas de que el cuento cl¨¢sico, en papel, tendr¨¢ siempre un hueco. Argumentan que el libro es un compa?ero muy agradable para el ¨²ltimo momento del d¨ªa de los peque?os y que crea un v¨ªnculo muy especial y esperado por ellos, que al acostarse buscan a sus padres para que les acompa?en, cuenten y expliquen el mundo que empiezan a descubrir.

EL PA?S distribuir¨¢ en quioscos, a partir del pr¨®ximo domingo, los cuentos de Teo, una de las colecciones did¨¢cticas con m¨¢s ¨¦xito del mercado. As¨ª, cada s¨¢bado y cada domingo, encontrar¨¢ un libro diferente de esta colecci¨®n por s¨®lo 0,50 euros.