Diario de la tarde
Punto de partida: s¨¢bado 6 de septiembre, 19.31 en el kil¨®metro 14 de la PG2, la carretera que constituye la columna vertebral del Principado de Andorra. Estoy recostado en uno de los asientos del autob¨²s de mi equipo. Cualquiera que se fijase en m¨ª en este momento tendr¨ªa espont¨¢neamente una expresi¨®n para describirme: parece medio muerto. No puedo verme -afortunadamente-, pero creo que esa descripci¨®n no andar¨ªa muy lejos de la realidad.
La etapa termin¨® para m¨ª hace aproximadamente una hora. Los primeros terminaron un rato antes, pero eso no es de mi incumbencia. Nada m¨¢s acabar tuvimos que descender a¨²n cuatro kil¨®metros sobre la bicicleta para encontrar los coches de los equipos. Esos kil¨®metros, m¨¢s los 10 neutralizados, m¨¢s los de la etapa en s¨ª misma, completan la cifra del d¨ªa: 240 kil¨®metros para el cuerpo. Muchos de ellos, acompa?ados por una intensa lluvia, por cierto. Una vez en los coches, toc¨® descender el puerto, en cuya base nos esperaba el autob¨²s. En los intervalos entre curva y curva, aprovech¨¢bamos para irnos quitando la ropa empapada y sustituirla por la seca. Al de unas cuantas curvas, consegu¨ª vestirme por completo, pero pagu¨¦ caro el hecho de no prestar atenci¨®n a la carretera llevando el est¨®mago vac¨ªo. As¨ª que ahora, adem¨¢s de recostado y medio muerto, estoy cansado, hambriento, ligeramente destemplado y, por si fuera poco, mareado.
Adem¨¢s de medio muerto, estoy cansado, hambriento, destemplado y mareado
19.42. Acabamos de llegar al hotel. Una cama y una ducha caliente, ¨¦se es mi horizonte. Lo tengo en mente desde que empec¨¦ a sentir mi cuerpo empapado poco despu¨¦s de las 11 de la ma?ana en los primeros kil¨®metros de la etapa: aguanta, aguanta, que, al final, tendr¨¢s una cama limpia y una ducha caliente, garantizado. Abandono estas l¨ªneas por momentos. Espero que no sea dif¨ªcil de entender que ahora mismo tengo mejores cosas que hacer. Volver¨¦ m¨¢s tarde.
20.16. La situaci¨®n ha mejorado considerablemente. La verdad es que no acabe la etapa completamente fundido, bastante peores he sufrido. Termin¨¦ considerablemente entero, pero el hambre y el hecho de no poder probar bocado debido al mareo fue lo que me debilit¨®. Una vez en el hotel, aseado y con el est¨®mago estable, he podido comer algo y he recuperado r¨¢pidamente la vitalidad. Me tumbo boca arriba y trato de poner la mente en blanco: una forma como otra cualquiera de buscar el reposo. Estoy enganchado a un libro, aprovecho cualquier momento libre para devorar unas p¨¢ginas, pero ahora no es el momento, ahora no estoy lo que se dice desocupado, estoy en pleno proceso de recarga.
20.48. Me llaman para el masaje, hoy andamos tarde para todo. Qu¨¦ diferencia con el d¨ªa anterior en el que todo transcurri¨® relajado. Tratar¨¦ de recuperar para ma?ana, que ser¨¢ un d¨ªa corto, pero complicado. Quiz¨¢ ma?ana pueda contar algo nuevo, quiz¨¢ mis neuronas funcionen de nuevo al ritmo acostumbrado. Pero hoy lo dejo por aqu¨ª, que, como tarde un par de minutos m¨¢s, El Potro (mi masajista) se va a estresar m¨¢s de lo que ya est¨¢. Y luego hay que aguantarle...
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.