La hora de la verdad para 10.000 f¨ªsicos de 80 pa¨ªses
Como prueba de que no espera el apocalipsis, el director del LHC, el gran acelerador europeo de part¨ªculas, se dejaba ver ayer sonriente y relajado. Alrededor de las 9.30 de la ma?ana de hoy se inyectar¨¢ el primer haz de part¨ªculas. Es el momento de la verdad para 10.000 f¨ªsicos e ingenieros de decenas de pa¨ªses que llevan trabajando desde hace m¨¢s de 15 a?os en el desarrollo y construcci¨®n de este gigantesco laboratorio con el que quieren ahondar en el conocimiento de las profundidades del ¨¢tomo.
Especialistas de unos 80 pa¨ªses est¨¢n volcados en este proyecto que aglutina la veintena de pa¨ªses que son miembros del CERN (Laboratorio Europeo de F¨ªsica de Part¨ªculas, junto a Ginebra), incluido Espa?a, cuyos f¨ªsicos, ingenieros y empresas han hecho aportaciones notables al proyecto.
"Si todo va bien con el haz, ser¨¢ un gran ¨¦xito", explic¨® ayer el portavoz del CERN, James Gillies. "El segundo haz en direcci¨®n opuesta al primero no tiene por qu¨¦ inyectarse el primer d¨ªa, pero si todo funciona bien, podr¨ªa intentarse y entonces el ¨¦xito, con los dos haces, ser¨ªa ya grand¨ªsimo". Para dentro de un mes est¨¢ previsto provocar las primeras colisiones de las part¨ªculas de los haces, colisiones de protones contra protones en que se producir¨¢n las part¨ªculas y fen¨®menos que estudiar¨¢n los cient¨ªficos. Para ello hay que tener los haces perfectamente estables dentro del tubo de vac¨ªo del acelerador y afinarlos en los cuatro puntos de colisi¨®n de la circunferencia.
Un centenar de personas en el centro de control del LHC realizar¨¢n todas las pruebas (una docena de ellos directamente en los ordenadores de control de la m¨¢quina), pero entre 4.000 y 5.000 personas est¨¢n hoy en el CERN (2.500 de plantilla y el resto, cient¨ªficos e ingenieros colaboradores del proyecto, adem¨¢s de unos 250 periodistas). "El ambiente es de m¨¢xima tensi¨®n y expectaci¨®n", dice Gillies. "Es muy emocionante: por fin vamos a ver el LHC funcionando".
El CERN est¨¢ justo en la frontera entre Francia y Suiza y el t¨²nel del LHC est¨¢ entre el lago de Ginebra y las monta?as del Jura. As¨ª, los protones del acelerador, a casi la velocidad de la luz, pasar¨¢n de un pa¨ªs a otro miles de veces por segundo y chocar¨¢n en el centro de los cuatro detectores.
El t¨²nel est¨¢ cerrado desde hace un par de semanas para cualquier visita excepto los t¨¦cnicos. Pero en la ma?ana de hoy, cuando se inyecte el haz, ser¨¢ inaccesible, informa Gillies. Nadie puede estar dentro cuando circulan los haces de part¨ªculas porque la radiaci¨®n que producen en el t¨²nel es nociva. Cuando el acelerador se para, se puede volver a entrar para revisar todo. El LHC est¨¢ formado por 1.600 enormes imanes superconductores enfriados hasta 271 grados cent¨ªgrados bajo cero, mediante 130 toneladas de helio l¨ªquido.
Para el encendido se han juntado en el CERN miles de cient¨ªficos pendientes de este gigantesco experimento ¨²nico en el mundo y varias veces m¨¢s potente que el de m¨¢s energ¨ªa hasta ahora, el Tevatron de Chicago. Unos 1.200 estadounidenses est¨¢n volcados, ya que el LHC ha puesto a Europa el punto focal internacional de la f¨ªsica de part¨ªculas, que desde la II Guerra Mundial estuvo al otro lado del Atl¨¢ntico. Estados Unidos proyect¨® y empez¨® a construir en Tejas un acelerador como el LHC, el SSC, pero el proyecto fue cancelado por su coste. Los europeos lo han logrado, jugando con la ventaja de la concentraci¨®n de esfuerzos en el CERN y la estrategia de utilizar las instalaciones de unos aceleradores para poner en marcha los siguientes. A¨²n as¨ª el coste ha sido elevado: unos 6.000 millones de euros.
El t¨²nel de 27 kil¨®metros que hoy concentra la atenci¨®n de la ciencia mundial aloj¨® el anterior gran colisionador del CERN, el LEP, de la misma longitud, pero de menor energ¨ªa. Se desmont¨® el LEP y se ha instalado en su lugar el LHC, con el que los f¨ªsicos esperan obtener nuevos datos del microcosmos para entender c¨®mo est¨¢n hechas y c¨®mo funcionan la materia y la energ¨ªa.
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