El juez Marlaska da plant¨®n a seis mandos militares que cit¨® por el Yak-42
Uno de los testigos dirige desde Nueva York la misi¨®n de la ONU en L¨ªbano
La instrucci¨®n del caso Yak-42, el accidente en el que murieron 62 militares espa?oles que regresaban de Afganist¨¢n el 26 de mayo de 2003, nunca ha sido un modelo de rigor. Pero lo sucedido ayer raya en la falta de respeto. A las diez de la ma?ana se encontraba en los pasillos del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 3 de la Audiencia Nacional el ex jefe del Ej¨¦rcito del Aire general de cuatro estrellas Eduardo Gonz¨¢lez Gallarza. Era s¨®lo el primero de m¨¢s de 50 testigos, en su mayor¨ªa militares, que deber¨¢n declarar hasta el 6 de octubre sobre las irregularidades que rodearon la contrataci¨®n del avi¨®n.
Pero el general Gallarza no pudo declarar. Y tampoco los otros cinco mandos militares citados para ayer, pues el titular del juzgado, Fernando Grande-Marlaska, disfrutaba de una licencia para participar en un simposio en S?o Paulo (Brasil). Los testigos no se enteraron de la ausencia del juez hasta que llegaron a la Audiencia Nacional. Como tampoco los letrados y parientes de las v¨ªctimas, lo que provoc¨® su indignaci¨®n.
Varios de los militares citados ayer est¨¢n ya en el reserva o retirados, como el teniente general Juan Ortu?o, ex jefe del Eurocuerpo, pero otros siguen en activo, como el teniente general Carlos G¨®mez Arruche, ex director general de la Guardia Civil.
Sin embargo, para ninguno pudo resultar tan engorroso desplazarse al juzgado como para el general de divisi¨®n ?ngel Guinea Cabezas de Herrera. Aunque en la citaci¨®n del juzgado figuraba como jefe de una de las divisiones del Estado Mayor Conjunto, cargo que ocupaba en 2003, lo cierto es que el general Guinea est¨¢ actualmente destinado en el Departamento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz de la ONU (DPKO, por sus siglas en ingl¨¦s) con sede en Nueva York (Estados Unidos).
Su cargo es el de director de la C¨¦lula Militar Estrat¨¦gica (SMC) que dise?a las operaciones de la Fuerza Interina de Naciones Unidas para L¨ªbano (FINUL), con casi 15.000 cascos azules desplegados en el sur del pa¨ªs; entre ellos 1.100 espa?oles.
El general Guinea recibi¨® a finales de agosto la citaci¨®n del juez Marlaska en su despacho de Nueva York, que le remiti¨® el Ministerio de Defensa, junto con la correspondiente comisi¨®n de servicio o pasaporte, que le garantiza el reembolso del coste del billete de ida y vuelta Nueva York-Madrid y de los gastos de estancia en la capital. Tanto esfuerzo result¨® in¨²til, pues el general Guinea ha sido citado de nuevo para declarar el pr¨®ximo 29 de septiembre.
Fuentes judiciales explicaron que Marlaska hab¨ªa apalabrado con Pablo Ruz, juez de apoyo del Juzgado Central de Instrucci¨®n n¨²mero 6 que ser¨ªa ¨¦l quien se encargar¨ªa de tomar declaraci¨®n a los testigos. Sin embargo, ¨¦ste tampoco se encontraba ayer en la Audiencia Nacional.
Quien s¨ª estaba era el titular de dicho juzgado, Eloy Velasco, que habitualmente sustituye a Grande-Marlaska, pero ayer estaba de guardia, por lo que deb¨ªa hacerse cargo de todos los asuntos que entraban en la Audiencia, algunos de ellos con personas detenidas sobre cuya libertad o ingreso en prisi¨®n deb¨ªa resolver con car¨¢cter prioritario.
Velasco dict¨® una diligencia en la que acordaba la suspensi¨®n de las declaraciones "por necesidades del servicio" y el reparto de los seis testigos entre los d¨ªas 15, 22 y 29 de septiembre, cuando est¨¢ previsto tomar declaraci¨®n a otros mandos militares sobre el caso Yak-42.
El mismo magistrado firm¨® una providencia en la que ofrec¨ªa a los seis testigos "la posibilidad de aplazar su declaraci¨®n o compatibilizarla con las funciones de guardia lo que puede llevar a una cierta demora". Todos eligieron la primera posibilidad, ante el temor a que se eternizase su presencia en el juzgado.
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