Amistades t¨®xicas
Apesadumbrado ando con el reciente descubrimiento de que las vieiras pueden afectar a la memoria de la especie, m¨¢s si cabe con la causa de To?i Vicente, una se?ora que me cae muy bien, y de esos furtivos que estar¨¢n comiendo el rancho de la c¨¢rcel de Teixeiro estos d¨ªas. Pobres.
Apesadumbrado de no entender (lo mismo me pas¨® con el anisakis que interrumpi¨® durante meses mi ingesta de sushi) c¨®mo se las gastan las leyes de la sanidad p¨²blica (?es obligatorio congelar el rodaballo o fue una cortina de humo?) y a qui¨¦n corresponde dar con sus huesos en la c¨¢rcel, si primero al traficante de coca¨ªna y luego al de vieiras o, a juzgar por los hechos, si este ¨²ltimo tiene m¨¢s delito por burlar la veda y la prohibici¨®n y el otro puede campar por sus fueros porque al fin y al cabo nadie niega que su negocio es profundamente inmoral y cinematogr¨¢ficamente saludable. Me pas¨® ya en tiempos de Mario Conde y de Sito Mi?anco y de Javier De la Rosa, que se me colapsaron las entendederas con ¨¢cido b¨®rico.
No sabemos si lo que comemos est¨¢ contaminado y no podemos abrir una investigaci¨®n cada d¨ªa
Antes de que se me eche la judicatura encima y que la hamburguesa XXL se me atraviese en lo m¨¢s alto de la conciencia voy a hablar claro: no le deseo a nadie la muerte de Berezovsky ni el envenenamiento del presidente de Ucrania, pero estamos en una fase tan t¨®xica de la civilizaci¨®n que todo lo que comemos (desde los buc¨®licos berros de riberas fluviales contaminadas hasta los pollos albinos de granjas nauseabundas) est¨¢ en tela de juicio.
Es m¨¢s, hace ya mucho tiempo que sabemos que esos tomates de cuatro euros el kilogramo son transg¨¦nicos y provienen de El Ejido, que los aguacates no maduran en Per¨², que la carne de ternera viene de Polonia, que el pulpo es de Namibia, que los pap¨¢s son los Reyes Magos y as¨ª hasta llegar al paroxismo de la contradicci¨®n: no comer¨¢s vieiras, un mandamiento gallego por excelencia para anacoretas extremos.
Pues ya ven, a la m¨ªstica se llega antes por la toxina y de paso le queda a usted un tipo esbelto como el de Juli¨¢n Mu?oz. Claro que refugiarse en los brazos del fast-food tiene tambi¨¦n sus grandes inconvenientes (vean el documental Super size me, si tienen est¨®mago) y que la cocina de autor est¨¢ tan sobrevalorada que uno tiene que ganar la primitiva para poder ir al santuario de Ferr¨¢n Adri¨¢ en la Costa Brava.
Bien es cierto que con esto de la cocina parece que no nos ponemos todos de acuerdo (bueno hay alguien que s¨ª, De Guzm¨¢n, jugador del Deportivo , uno de los nuestros que dice que no se va a Inglaterra porque all¨ª no hay pulpo) a no ser que definitivamente nos entreguemos a esa m¨¢xima que implica que lo que no mata engorda o, a tenor de la nouvelle cuisine, lo que te entra por los ojos te sale por la visa. Dos posturas extremas (Adri¨¢ y Santamar¨ªa, el ketchup y el salmorejo) que se pueden conciliar al modo c¨¦ltico de Fraga, ?qu¨¦ est¨¢n contaminados los mejillones, p¨®ngame una docenita y que vengan las c¨¢maras; que hay radiaci¨®n en Palomares, pues p¨¢same el ba?ador que me tiro en plancha! Hay gente que todav¨ªa denigra de Darwin como Sarah Palin, imag¨ªnense lo que pensar¨¢n de la comida, pero ya digo que hay que respetar el ordenamiento hasta en sus m¨ªnimos detalles. Y hasta d¨®nde yo s¨¦ las vieiras no van a causar la muerte de toda la tribu (otra cosa ser¨ªa algo tan popular como el pollo al que Solbes culpa de la inflaci¨®n), pero s¨ª pueden derivar en una amnesia repentina del Parlamento Gallego, puesto que sus se?or¨ªas prefieren el modo visceral y arcaico de la se?ora Vicente de preparan las deliciosas Saint-Jacques. El placer, ya saben, entra?a sus riesgos.
No me interpreten ustedes mal: no sabemos hasta qu¨¦ punto est¨¢ contaminado lo que comemos y no vale la pena abrir una investigaci¨®n cada d¨ªa y a cada hora. Hay sospechas de que est¨¢ todo m¨¢s que oscuro en este cap¨ªtulo y no basta con el libro de reclamaciones y que parte de la justicia se dedique a abrir causas contra los cocineros m¨¢s medi¨¢ticos con estrella Michelin; no est¨¢ bien que los dioses de la lujuria nos den saco. Sin embargo, no deja de ser fr¨ªvolo que unos furtivos de vieiras a un euro la pieza est¨¦n en Teixeiro y mil kilos de farlopa navegando por el oc¨¦ano en busca de autor. Bueno que empiezo a repetirme, ser¨¢ que estoy perdiendo memoria.
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