Woody Allen, Pavese, Vila-Matas y las ciudades
La literatura necesita de los provincianos, dice Pavese. Todos somos provincianos, "el de las praderas va a hacer de provinciano a Nueva York, y el de Nueva York, a Europa". Y hace mucho que el europeo es un provinciano en Nueva York. Pavese fue un provinciano que no supo alejarse de su pueblo, de las colinas de su infancia. Su largo viaje fue Tur¨ªn. Al amante de la literatura americana siempre le quedar¨¢ New York. La soledad de NY parece m¨¢s atractiva que la de una ciudad de la posguerra europea. Nunca hay posguerra en la ciudad de Woody Allen. Ni el Once de Septiembre, con su doloroso agujero, se acerca a los paisajes europeos de despu¨¦s de la batalla.
"La ciudad nos da s¨ªmbolos as¨ª como la campi?a nos da frutos", dec¨ªa Pavese. Hemos conocido muchos de los s¨ªmbolos de la ciudad por el cine de Woody Allen, provinciano en Europa, y uno de los culpables de nuestra seducci¨®n por esa ciudad forjada con s¨ªmbolos.
Al amante de la literatura americana siempre le quedar¨¢ New York. La soledad de NY parece m¨¢s atractiva
Dejaron de importarnos los frutos de la campi?a, nuestros paisajes fueron los rascacielos. Cambiamos la m¨²sica del campo por la m¨²sica del jazz. "Menos mal que a los mosquitos no les ha dado por tocar el saxof¨®n", dec¨ªa Ram¨®n G¨®mez de la Serna, provinciano de Madrid, ciudad que podr¨ªa ser feliz si no estuviera tomada por la crispaci¨®n, como dice el barcelon¨¦s Vila-Matas. Otro que quiere vivir en Nueva York. Y terminar¨¢ viviendo en Par¨ªs para pensar que deber¨ªa vivir en Nueva York y so?ar con una Barcelona que ya no es. No est¨¢ contento Vila-Matas con su ciudad, la filmada por Woody Allen. Ignoro si el autor del Dietario voluble ha visto la pel¨ªcula que sobre Barcelona, Oviedo y otras bonitas postales, retrata el viejo seductor de Manhattan en Vicky, Cristina, Barcelona, pero me gustar¨¢ saber su opini¨®n de probada cinefilia y de conocedor de una Barcelona que ya no era tan bona, que quiz¨¢ era "despedazado anfiteatro de las nostalgias de una burgues¨ªa". No tan de moda, pero tan necesaria.
Pel¨ªcula llena de s¨ªmbolos urbanos, es decir, de t¨®picos. Mezcla de Gaud¨ª, galer¨ªas, restaurantes, dise?o, pa amb tomaca, vino blanco, vistas y parque G¨¹ell. Bella fauna, capaz de decir nader¨ªas profundas con intensidad. Artistas y yuppies suavemente rebeldes, entre el matrimonio y el sexo abierto con m¨²sica de Paco de Luc¨ªa (?). Extranjeros cruzados con atormentados artistas a la espa?ola/barcelonesa. Un poco de Europa con regreso a Nueva York, pasando por Oviedo con unas gotas de rom¨¢nico. Ahora admiro m¨¢s a Javier Bardem y Pen¨¦lope Cruz, s¨®lo dos grandes son capaces de salvar unos papeles tan ins¨®litos, desgarrados, biling¨¹es y de armas tomar.
Dice Vila-Matas que su ciudad es un parque tem¨¢tico para extranjeros, que "viene todo el mundo a cagarse en la calle y hasta les aplauden". En la pel¨ªcula no hacen esas cosas. Hacen fotos art¨ªsticas. Toma el dinero y corre.
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