Ana Pelegr¨ªn, una poli¨¦drica activista del verbo y la memoria
Fue investigadora, folclorista, actriz, pedagoga y experta en narrativa oral
Ana Pelegr¨ªn, nacida en San Salvador de Jujuy (Argentina) en 1938, falleci¨® a los 69 a?os el pasado d¨ªa 11 de septiembre en Madrid, ciudad en la que resid¨ªa desde los a?os sesenta del pasado siglo, cuando lleg¨® a Espa?a dispuesta a estudiar t¨¦cnicas teatrales.
La gran pasi¨®n de Pelegr¨ªn, desde joven, fue el teatro, que luego canalizar¨ªa, a trav¨¦s de una larga y profunda investigaci¨®n, alrededor de la expresi¨®n corporal y el cuerpo como lenguaje en su docencia como profesora de Educaci¨®n F¨ªsica.
Doctora en Filolog¨ªa Hisp¨¢nica, profesora de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid y premio Nacional Assitej de 2005, Ana Pelegr¨ªn pose¨ªa una atractiva y poli¨¦drica personalidad tanto en lo personal como en lo profesional.
Fue creadora de m¨¢gicos espect¨¢culos en torno a la poes¨ªa y la palabra, en los que hac¨ªa alarde de una memoria prodigiosa, ya que atesoraba cientos de poemas que en cualquier momento pod¨ªa recordar y demostrar que era una recitadora excepcional de voz c¨¢lida, educada en las t¨¦cnicas teatrales m¨¢s precisas y donde el cuerpo acompa?aba el ritmo de las palabras. Y lo hac¨ªa todo lento, muy lento, como en una oraci¨®n.
Firme defensora de la escuela p¨²blica, fue una gran activista desde los a?os setenta dentro de los movimientos de renovaci¨®n pedag¨®gica. Fund¨® en 1976, con otros seis profesionales del sector, Acci¨®n Educativa, donde emergieron las escuelas de verano de Madrid y cursos de formaci¨®n del profesorado.
Nunca abandon¨® su gran labor investigadora, en torno a la tradici¨®n oral, la literatura infantil y juvenil, la poes¨ªa de la generaci¨®n del 27, los juegos tradicionales, el lenguaje gestual y simb¨®lico... Una labor que recogi¨® en numerosos cursos y publicaciones: La aventura de o¨ªr, Cada cual atienda a su juego, Libro de estampas, La flor de la maravilla, adem¨¢s de Tradici¨®n y literatura hisp¨¢nica, Repertorio de antiguos juegos infantiles y su prestigiada selecci¨®n de Poes¨ªa espa?ola para ni?os, entre otras muchas publicaciones de primorosa y cuidada edici¨®n.
Pelegr¨ªn, que dec¨ªa de s¨ª misma que era poseedora de una "fr¨¢gil dureza", se apasionaba con los viajes, los amigos, los contactos..., todo lo trufaba siempre con su gusto coleccionista de libros, im¨¢genes e ilustraciones.
Orientaba especialmente esa pasi¨®n hacia la b¨²squeda de libros para ni?os que fueron publicados en el exilio espa?ol y que logr¨® rescatar f¨ªsicamente como parte de nuestro patrimonio cultural.
Rastre¨® y buce¨® como nadie en la memoria del exilio a trav¨¦s de la creaci¨®n de libros para ni?os que los republicanos escribieron especialmente en M¨¦xico, Cuba y Argentina, con autores como Mar¨ªa Teresa Le¨®n, Antoniorrobles, Moreno Villa o Rafael Dieste y las ilustraciones de Federico Rivas o Castelao.
En torno a esta etapa lleg¨® a reunir casi 500 libros que ahora ver¨¢n la luz en una publicaci¨®n en la que estuvo trabajando hasta el mismo d¨ªa en que fue hospitalizada para recibir un trasplante de h¨ªgado.
Una historia de los otros libros que escribieron los exiliados republicanos, desconocida en Espa?a y que se materializar¨¢ en el libro Peque?a memoria recobrada: un cat¨¢logo de obras impresionante que abarca la edad de plata: 1920-1936, y en la que recoge el exilio y el retorno a Espa?a.
La gran empresa de su vida fue investigar la literatura de tradici¨®n oral, los juegos tradicionales de los ni?os y la literatura infantil del siglo XX, algo que recogi¨® en su tesis doctoral, donde relacion¨® juegos y poes¨ªa popular en la literatura infantil y juvenil con los poetas de la generaci¨®n del 27, de los que era profunda conocedora.
De ah¨ª que fuera decisiva su aportaci¨®n a la hora del reencuentro de los intelectuales de la transici¨®n con las vanguardias del 27 y lo que supuso en ellas su valoraci¨®n de la infancia y de la importancia de la lectura y la literatura en la formaci¨®n de la persona.
En la d¨¦cada de los a?os ochenta trabaj¨® en los estudios del Romancero dentro del Seminario Men¨¦ndez Pidal que dirig¨ªa su nieto Diego Catal¨¢n. Pelegr¨ªn, como folclorista, recogi¨® por pueblos de Espa?a, grabadora en mano, testimonios orales de antiguas canciones y romances que a¨²n se conservan vivos en la memoria de muchas mujeres de aldeas.
Fijar la memoria fue el gran objetivo vital de Ana Pelegr¨ªn, con la finalidad de que no se pierda la rica cultura oral y se recupere el patrimonio literario olvidado. Una memoria que estar¨¢ en profunda deuda con ella.
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