Limpieza
Hacer de necesidad virtud. A eso se vio obligado Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero ante el anuncio de que Espa?a va a entrar en recesi¨®n. Seguir negando la evidencia de la crisis s¨®lo serv¨ªa para hacer creer a la ciudadan¨ªa que el Gobierno era su principal culpable, ya que pon¨ªa tanto empe?o en tratar de ocultarla. As¨ª que el presidente decidi¨® coger el toro por los cuernos y el mi¨¦rcoles pasado acudi¨® al Congreso a dar la cara, a riesgo de que todos se la rompieran ret¨®ricamente, como en efecto sucedi¨®. Pero algo hemos salido ganando, pues ahora ya es oficial que estamos en crisis: una crisis de estancamiento con probable recesi¨®n inmediata. Por tanto, el Gobierno est¨¢ obligado a hacer algo al respecto.
?sta no es una econom¨ªa de la productividad y el trabajo, sino de la trampa, el amiguismo y la impunidad
Y ?qu¨¦ puede hacer? En t¨¦rminos econ¨®micos, tampoco demasiado, pues la globalizaci¨®n ha reducido a los gobiernos de tama?o intermedio casi a la impotencia. Pero pol¨ªticamente s¨ª que puede hacer algo: adem¨¢s de recurrir a su habitual tacticismo (como es desviar la responsabilidad de la crisis hacia los inmigrantes), necesita tambi¨¦n adoptar una estrategia. Pero no una estrategia electoral, como la de empujar a Rajoy hacia su derecha con leyes de aborto y eutanasia, sino una verdadera estrategia de salida de la crisis. Y aqu¨ª es donde interviene en su estratega Solbes, quien interrogado sobre el anuncio de que Espa?a entrar¨¢ en recesi¨®n respondi¨®: "Si sirve para limpiar la econom¨ªa y remontar la situaci¨®n, no tendr¨¢ mayor importancia". Que es como decir: bienvenida sea la recesi¨®n, pues no hay mal que por bien no venga.
Limpiar la econom¨ªa como estrategia de salida de la crisis. Es lo mismo que sosten¨ªa Schumpeter, de quien el acad¨¦mico Solbes ha de ser sin duda devoto. Para el gran maestro vien¨¦s asilado en Harvard, y principal te¨®rico de los ciclos econ¨®micos, ¨¦sta es la necesaria funci¨®n que cabe esperar de las recesiones, etapas depresivas en las que los mercados se purgan y depuran mediante la limpieza y eliminaci¨®n de las empresas obsoletas y abusivas. Pues hasta que no se laven todos los pecados cometidos durante la anterior fase de expansi¨®n no se pueden sentar las bases de la recuperaci¨®n futura, basada en la apertura de nuevos mercados innovadores. Es, de nuevo, hacer de la necesidad virtud, aprovechando la ruina econ¨®mica para limpiar y sanear la econom¨ªa.
Y a fe que la econom¨ªa espa?ola precisa una limpieza a fondo. En realidad, aqu¨ª necesitamos no a Solbes o a Zapatero sino al propio H¨¦rcules, que supo limpiar en un solo d¨ªa los establos de Aug¨ªas donde se hab¨ªa acumulado toda la porquer¨ªa de sus ingentes reba?os. Y entre nosotros sucede casi otro tanto, pues como para dar la raz¨®n a las denuncias anglosajonas sobre los desmanes de los pigs (los pa¨ªses mediterr¨¢neos que m¨¢s se han beneficiado de las ayudas europeas: Portugal, Italia, Grecia y Spain), el milagro espa?ol se ha edificado sobre unas bases tan corrompidas que tras 15 a?os ha dejado a su paso un erial de ruinas y residuos muy dif¨ªciles de reciclar. Es bien conocida la burbuja inmobiliaria que se ha venido hinchando como un torbellino en espiral, y cuyo brusco estallido ha salpicado a todo el resto de empresas que depend¨ªan de ella, determinado su vertiginosa ca¨ªda en picado. Pero eso no es todo, pues adem¨¢s del visible desastre urban¨ªstico, es el conjunto entero del modelo espa?ol el que necesita una urgente depuraci¨®n, contaminado como est¨¢ por la cultura del impune pelotazo.
La nuestra no es una econom¨ªa calvinista del trabajo y la productividad, ni tampoco una econom¨ªa especulativa del riesgo y la competitividad, sino una econom¨ªa del soplo, la trampa, el atajo, el amiguismo y la impunidad, pues aqu¨ª no se enriquece la empresa m¨¢s eficiente o m¨¢s capaz sino la m¨¢s protegida, m¨¢s subvencionada y m¨¢s encubierta por su red clientelar. Por eso, de poco servir¨¢ limpiar el sector de la construcci¨®n (suponiendo que se intente de verdad, lo que resulta dif¨ªcil de creer) si no se depura adem¨¢s la corrupci¨®n pol¨ªtica que es su caldo de cultivo, a partir de la connivencia entre partidos, empresas y municipios que viene denunciando Alejandro Nieto (El desgobierno de lo p¨²blico, Ariel, 2008). Y para limpiar estos establos de Aug¨ªas no parece la mejor receta el recorte de la financiaci¨®n municipal que se anuncia en los Presupuestos del a?o pr¨®ximo.
?se es el verdadero mal que aqueja a la econom¨ªa espa?ola. Y mientras no se limpie y depure en profundidad, de poco servir¨¢n los barridos superficiales que escondan la basura bajo la alfombra. Aprovechemos pues el descenso a los infiernos de la crisis para lavar nuestros pecados tanto econ¨®micos como pol¨ªticos, a fin de iniciar otro nuevo sendero de crecimiento futuro ya no basado en la impunidad del pelotazo, sino en la potenciaci¨®n del emergente empresariado schumpeteriano, capaz de innovar, de competir y de crecer. Como la burbuja inmobiliaria ha muerto, es hora de empezar a cebar la burbuja de la exportaci¨®n.
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