"En este mes se sienten m¨¢s en casa"
Algo m¨¢s de un centenar de personas, de hasta cinco nacionalidades, se acercan todos los d¨ªas a la mezquita de la calle Las Cortes en Bilbao para romper el ayuno. En general, son personas que llevan poco tiempo en Euskadi, j¨®venes habitualmente, que no tienen familia aqu¨ª, est¨¢n indocumentados y tienen los problemas de ingresos inherentes a la marginalidad en la que viven. "Aqu¨ª por lo menos se toman una sopa, unos d¨¢tiles y un huevo duro. Si tuvi¨¦ramos m¨¢s dinero har¨ªamos hasta tortilla de patatas, pero esto da para lo que da", cuenta Amin, uno de los responsables del templo, que se financia con las aportaciones de los fieles. En esta mezquita est¨¢ prohibida la entrada de mujeres.
Mohamed llega al templo apenas unos segundos antes de las 8:24. Tampoco participa en el rezo previo a la comida, realizado todos los d¨ªas. "Vengo a comer y me voy, nada m¨¢s", confiesa este marroqu¨ª. Enumera como si de medallas se tratasen, los pa¨ªses en los que ha vivido. Francia, Holanda, Belgica, Alemania.... La lista sigue. Lleva m¨¢s de siete a?os buscando su lugar en Europa. Hace unos meses aterriz¨® aqu¨ª y sinti¨® un mejor trato de lo habitual.
El responsable del tempo recalca la precaria situaci¨®n en la que est¨¢n muchos de los que vienen a comer a la mezquita. "Muchos viven y duermen en la calle", cuenta, "est¨¢n indocumentados y carecen de fuentes de ingresos", como algunos de los j¨®venes tutelados hasta su mayor¨ªa de edad por la diputaci¨®n foral de Vizcaya que ahora duermen en la calle. "Vienen muchos aqu¨ª", explica.
Am¨ªn relata que en el mes de Ramad¨¢n parece vivirse un regreso a las ra¨ªces, al pa¨ªs y a la cultura que aquellas personas han dejado atr¨¢s en busca de un sueldo que les permita aspirar a algo m¨¢s que la mera subsistencia: "En Ramad¨¢n, se sienten m¨¢s en casa. Est¨¦n donde est¨¦n, el sentimiento de pertenencia a la comunidad les hace extra?ar menos su pa¨ªs", asegura
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