Vieiras e idiomas t¨®xicos
No me he parado a contar cu¨¢ntas vieiras he tenido la fortuna de comer en los ¨²ltimos cinco a?os. Seguro que son unas cuantas. Lo que s¨ª puedo asegurar es que no era para nada consciente de que existiese una prohibici¨®n sobre el tal molusco por causa de una fatal toxina. Hasta es posible que en alg¨²n sitio me ensalzaran la oferta bivalva insistiendo en que son de aqu¨ª, "da r¨ªa" Desde luego nadie me advirti¨® de que no fuesen gallegas, porque no lo habr¨ªa olvidado. Mi nacionalismo intuitivo se acaba cuando, por ejemplo, me advierten de que se sirven centollas "pero son francesas", invocando as¨ª como defecto lo que es s¨®lo una categor¨ªa y caracter¨ªstica, porque digo yo que en Francia habr¨¢ tambi¨¦n mar y mariscadores que pretendan vivir honradamente de su trabajo.
Toxicidad hay en la patosa salida del armario por parte de una facci¨®n de la directiva del Club Financiero de Vigo
Total, que ha tenido que producirse la redada que ha desarticulado una presunta red ilegal de comercializaci¨®n de vieiras para que se divulgase con efectividad en todo el pa¨ªs que las vieiras gallegas est¨¢n prohibidas por la toxina. Seguro adem¨¢s que a esa efectividad ha contribuido el impacto de la detenci¨®n de la restauradora To?i Vicente, a la que deseo sinceramente que pueda exculparse del asunto, aunque debo recordar que, hasta donde yo s¨¦, no s¨®lo ella en Galicia ha merecido el reconocimiento de la gu¨ªa Michelin (como se insist¨ªa en el tratamiento rayano al sensacionalismo de la informaci¨®n), sino tambi¨¦n Casa Marcelo goza de ese reconocimiento. Espero que as¨ª como la redada ha contribuido a la divulgaci¨®n de la toxina, no tengan que detener a mi amigo Marcelo para que se enteren todos de su estrella Michelin. Dejando a un lado las iron¨ªas, lo cierto es que en el caso de la toxina de la vieira los consumidores hemos estado muy lejos de recibir la necesaria informaci¨®n durante a?os.
Toxina en la vieira, pero tambi¨¦n hay otra toxina que "recorre Galicia" y ha empezado a implantarse en este pa¨ªs: la de la hostilidad de algunas ¨¦lites minoritarias al proceso de la normalizaci¨®n de la lengua gallega. Toxicidad hay, y mucha, en esas reacciones como las de la autodenominada asociaci¨®n Galicia Biling¨¹e o la patosa salida del armario del autoodio ling¨¹¨ªstico por parte de una facci¨®n de la directiva del Club Financiero de Vigo. La analog¨ªa entre idioma y vieiras consiste en que ha tenido que comenzar a aplicarse de verdad la Lei de Normalizaci¨®n, aprobada un¨¢nimemente y hace a?os en el Parlamento, para que algunos se enteren de la existencia de la ya casi a?eja ley incumplida y se rebelen contra su aplicaci¨®n legal. La diferencia, sin embargo, est¨¢ que en este caso, la toxina no se erradica en el idioma, que mal que bien protege la ley, sino en la malicia de esos torpes y demag¨®gicos detractores.
Esta hostilidad t¨®xica no deja de ser un dato nuevo en la historia reciente de Galicia porque, a falta de coraje reivindicativo por parte de los gallegos, la ausencia de hostilidad expl¨ªcita y una t¨¢cita tolerancia y convivencia han servido para que nuestro idioma no est¨¦ todav¨ªa m¨¢s cerca de los estertores finales de lo que actualmente est¨¢. El autor o autores del controvertido documento del Club Financiero de Vigo y la propia deslealtad de ciertos sectores del PP con una ley que ellos mismos aprobaron, aunque no supieran ni quisieran implantarla, no son ajenos a un proceso pol¨ªtico que posiblemente d¨¦ como resultado la implantaci¨®n en Galicia del partido de Rosa D¨ªez.
Es parad¨®jico que la habitual discreci¨®n y cortes¨ªa pol¨ªtica de las organizaciones empresariales, en la que es moneda com¨²n de pragmatismo practicar s¨®lo pol¨ªtica institucional, se haya cortocircuitado con este burdo posicionamiento que no sustancia ning¨²n inconveniente mayor que la inserci¨®n en el sistema de ense?anza de los hijos de los ejecutivos que vengan a trabajar a Galicia, razonamiento que, llevado hasta sus ¨²ltimas consecuencias, acabar¨ªa sirviendo para impugnar la Uni¨®n Europea que presuntamente obstaculiza con sistemas de ense?anza en lenguas nacionales el libre flujo laboral de los ejecutivos con hijos.
Tendremos que habituarnos a convivir con la realidad de que nuestras vieiras son t¨®xicas y con la hostilidad ling¨¹¨ªstica disgregadora de unos pocos ?No corr¨¢is que es peor!
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