El fantasma de 1929
La quiebra de Lehman arruina la confianza en el sistema bancario y retrasa la salida de la crisis
Una nueva convulsi¨®n, la quiebra del banco de inversiones estadounidense Lehman Brothers, ha vuelto a sembrar el miedo en los mercados financieros mundiales. Lehman es la nueva v¨ªctima de la crisis detonada por las hipotecas basura. Destino bien distinto, por cierto, del de Merrill Lynch, adquirido in extremis por el Bank of America. Los esfuerzos de la Administraci¨®n estadounidense para encontrar un comprador o compradores de Lehman fracasaron porque ninguno de los potenciales adquirientes estaba dispuesto a asumir una cartera de problemas sin la inyecci¨®n de dinero del Estado y porque el Tesoro ten¨ªa graves dificultades para inyectar dinero p¨²blico despu¨¦s del esfuerzo realizado para salvar las sociedades hipotecarias Freddie Mac y Fannie Mae. El hist¨®rico banco fundado por Henry, Emmanuel y Meyer Lehman hace 158 a?os ha acabado en la mayor quiebra de la historia.
Ya no resulta exagerado afirmar que esta crisis financiera es la peor que ha sufrido la econom¨ªa mundial desde el crash de 1929. La desconfianza financiera, no s¨®lo resiste a todos los tratamientos bienintencionados que se aplican desde las instituciones p¨²blicas, sino que crece el temor a que contin¨²e la cadena de quiebras bancarias y que otros mercados, como el de las aseguradoras, resulten afectados por la contaminaci¨®n de desconfianza y p¨¦rdidas ocultas. La quiebra de Lehman exacerba los peores temores de los inversores y las consecuencias amenazan con ser dram¨¢ticas.
La primera de ellas ya se ha vivido. Las Bolsas mundiales (especialmente en Europa) reaccionaron ayer con ca¨ªdas brutales. Pero las peores consecuencias son las que se adivinan: todo el sistema bancario de la OCDE resultar¨¢ fuertemente penalizado en los mercados de inversi¨®n. Y ser¨¢ una penalizaci¨®n indiscriminada, porque el miedo no distingue entre entidades bien gestionadas, con riesgos controlados y perfectamente supervisadas, de las entidades financieras que crearon el monstruo de las hipotecas basura y las titulizaciones en cadena de activos sin valor. Hay que contar, adem¨¢s, que las expectativas de una normalizaci¨®n de la liquidez, y por tanto de una recuperaci¨®n econ¨®mica, sufrir¨¢n un retraso considerable a ra¨ªz del terremoto Lehman.
Este caos financiero procede de la irresponsabilidad de directivos dispuestos a pasar por encima del control de riesgos para conseguir sus bonus salariales exorbitantes y de un sistema de supervisi¨®n, el de Estados Unidos, que se equivoc¨® gravemente al inclinarse por la desregulaci¨®n, cuando tendr¨ªa que haber aumentado la intensidad y la calidad de los controles sobre las operaciones de riesgo. Ocho a?os de Administraci¨®n de Bush no son, obviamente, ajenos a todo ello.
Las lecciones de este crash son que la sofisticaci¨®n financiera requiere de supervisiones de similar complejidad, y que la intervenci¨®n del Estado para salvar bancos s¨®lo tendr¨¢ justificaci¨®n si el sistema estadounidense acepta someterse a un estricto control del riesgo financiero. Si estas lecciones no se aceptan, la econom¨ªa mundial sufrir¨¢ la amenaza permanente de crisis sist¨¦micas causadas por acciones irresponsables y la econom¨ªa de mercado se convertir¨¢ en una ruleta avalada por dinero p¨²blico.
En este panorama de empeoramiento econ¨®mico general, no est¨¢ de m¨¢s recordar que las econom¨ªas europeas, ajenas en principio a las malas pr¨¢cticas que causaron la crisis, est¨¢n sufriendo gravemente su impacto, tanto o m¨¢s que Estados Unidos. ?sa es la deducci¨®n que cabe hacer de la reca¨ªda de la econom¨ªa alemana, a pesar de la solidez de su comercio exterior y de la prudencia de sus gestores pol¨ªticos, que evitaron el riesgo de una burbuja inmobiliaria. Pero en primera l¨ªnea de riesgo tambi¨¦n est¨¢ Espa?a, agobiada por la amenaza de una recesi¨®n inminente.
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