Estallidos de talento
Las buenas pel¨ªculas no siempre forman un entramado rotundo y sin fisuras. El cine tiene a veces el encanto de la imperfecci¨®n, de lo realizado quiz¨¢ a toda prisa, aunque con la fuerza de los golpes de genio (o de ingenio). Buena parte del cine de Woody Allen tiene tales caracter¨ªsticas, aunque quiz¨¢ en su etapa brit¨¢nica predomine la decepci¨®n por encima de la excelencia. Vicky Cristina Barcelona, su primera obra filmada y producida en Espa?a, parece escrita a toda velocidad, rodada a salto de mata y sin equilibrio en la direcci¨®n de actores. Sin embargo, es un torrente de frescura. Sexy, divertida y seguramente mucho m¨¢s compleja de lo que parece, contiene una mordaz visi¨®n de las relaciones afectivas, cargada de vitriolo y de un humor negro y sangrante que apabulla por su desesperanza.
VICKY CRISTINA BARCELONA
Direcci¨®n: Woody Allen.
Int¨¦rpretes: Scarlett Johansson, Javier Bardem, Rebecca Hall, Pen¨¦lope Cruz.
G¨¦nero: comedia. Espa?a, Estados Unidos, 2008.
Duraci¨®n: 96 minutos.
Dos torrentes
Lo primero que llama la atenci¨®n es su f¨®rmula narrativa. Apenas se hacen pel¨ªculas comandadas por un narrador omnisciente y el choque inicial resulta l¨®gico, aunque m¨¢s por la falta de costumbre que por la falta de adecuaci¨®n a la historia. Hay en esa voz en off del narrador un exceso explicativo (sobre todo en relaci¨®n con las particularidades tur¨ªsticas de los ambientes), pero llegada la secuencia de presentaci¨®n del personaje de Javier Bardem, el relato se viene arriba para no bajar. Bardem es una metralla con metr¨®nomo; sus frases, cadenciosas y rotundas, escritas con desparpajo y pronunciadas con altanera seguridad, dejan boquiabierto al p¨²blico. El actor se apodera en solitario del filme, aunque s¨®lo hasta la mitad.
Es entonces cuando hace aparici¨®n el segundo torrente: Pen¨¦lope Cruz y su personaje (o viceversa). El efecto inmediato es un engrandecimiento de la obra, a la par que un empeque?ecimiento paulatino e inexorable de la supuesta sex symbol y estrella de la cinta, Scarlett Johansson, que a cada frase, a cada movimiento de Pen¨¦lope, parece peor actriz y, sorpresas que da la vida, una chica m¨¢s del mont¨®n. Las discusiones de Bardem y Cruz, mezcla de ingl¨¦s y espa?ol (en versi¨®n doblada, los mejores momentos perder¨¢n todo su encanto), y filmadas por Allen sin apenas cortes, son las que provocan los estallidos de genio de Vicky Cristina Barcelona, su gran baza, su reveladora se?a de identidad.
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