Ilegalizar, deslegitimar
Sacar de la legalidad al PCTV y ANV es leg¨ªtimo; ahora el PNV debe renunciar a defenderlos
La ilegalizaci¨®n por el Tribunal Supremo del Partido Comunista de las Tierras Vascas (PCTV), dos d¨ªas despu¨¦s de la de ANV -las dos ¨²ltimas siglas utilizadas por Batasuna para presentarse a las elecciones-, significa que la izquierda abertzale ligada a ETA no podr¨¢ participar en las auton¨®micas de la primavera pr¨®xima, lo cual tendr¨¢ consecuencias pol¨ªticas. Esas ilegalizaciones, como la de las Gestoras pro Amnist¨ªa por la Audiencia Nacional esta misma semana, forman parte de la din¨¢mica de acoso judicial al mundo de ETA impulsada tras la oficializaci¨®n, en junio del a?o pasado, de la ruptura de la tregua.
El PP ha reprochado al Gobierno su negativa, en 2007, a impugnar la totalidad de las listas de ANV para las elecciones municipales, lo que habr¨ªa evitado que fueran elegidos bajo esas siglas 437 concejales que conservar¨¢n su acta hasta el final de su mandato, pese a que la sentencia considera a su partido un instrumento de ETA. Los indicios de que Batasuna hab¨ªa colonizado ese viejo partido para burlar la ley eran abrumadores, y aun as¨ª el Gobierno y la fiscal¨ªa s¨®lo instaron la ilegalizaci¨®n de la mitad de sus listas. Se invocaron para ello razones jur¨ªdicas, aunque era obvio que la decisi¨®n estaba condicionada por el deseo de evitar la ruptura definitiva de la ya agonizante tregua.
Hoy es evidente que, adem¨¢s de incoherente jur¨ªdicamente (un partido no puede ser en parte legal y en parte ilegal), fue un mal c¨¢lculo. Sin embargo, tuvo la virtud de evidenciar (especialmente ante las bases de Batasuna) que la raz¨®n de la ruptura no fue la intransigencia del Gobierno; y que no son las ideas independentistas, sino la incapacidad para desligarse de quienes tratan de imponerlas violentamente, lo que marca la frontera entre legalidad y prohibici¨®n.
Esto tiene importancia en el momento presente, con una ETA inercial cuya influencia pol¨ªtica es cada d¨ªa menor y en cuyo organismo m¨¢s sensible, los presos, han aparecido se?ales de disidencia precisamente en torno a lo injustificado de la ruptura de la tregua. La eficacia policial frente a una ETA que esta misma semana ha vuelto a intentar asesinar sigue siendo el principal argumento para restar apoyos sociales a la banda. Pero la otra condici¨®n para que la disidencia se torne un d¨ªa en desbandada es que el nacionalismo gobernante extienda su indudable rechazo a ETA al frente pol¨ªtico de la banda.
El PNV es incoherente al considerar, por un lado, que constituye un abuso vincular con ETA actividades pol¨ªticas de grupos y partidos no violentos, y realizar, por otro, continuos llamamientos a que esos grupos y partidos rompan su dependencia de ETA. No puede haber igualdad de oportunidades si uno de los partidos que participan en las elecciones forma parte de un entramado dirigido por una banda que en v¨ªsperas de las ¨²ltimas elecciones asesin¨® a un ex concejal de Mondrag¨®n sin que ni Batasuna, ni el PCTV ni ANV hicieran nada para distanciarse del crimen.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.