"El convenio laboral no siempre se cumple"
Amparo Mart¨ªn y Antonio Mora, de 22 y 29 a?os, viven en La Puebla de Guzm¨¢n, en el And¨¦valo, y forman parte de los 450 trabajadores onubenses que han aceptado, en un principio, volver a trabajar en la siembra de la fresa. Esta comarca, una de las m¨¢s deprimidas de la provincia, ha nutrido tradicionalmente de mano de obra a los n¨²cleos agrarios m¨¢s pujantes de los alrededores, como Lepe o Cartaya.
Al igual que Antonio, muchos de sus vecinos abandonaron el campo en favor de actividades m¨¢s lucrativas, como la construcci¨®n. Pero el trabajo escasea y Antonio, que est¨¢ en paro desde junio, vuelve a poner sus ojos en los cultivos.
Pero ni Antonio ni Amparo tienen decidido todav¨ªa si ir o no a la fresa. "El gran problema est¨¢ en que no se trabaja todos los d¨ªas y el convenio laboral no siempre se cumple y se paga menos. Por eso, el sueldo no compensa el esfuerzo que se realiza", se?ala Antonio.
A eso, se a?ade el problema de la distancia: "Si vamos a Cartaya o a Lepe, que est¨¢n a 35 minutos o 40 minutos en coche y somos suficientes para compartir el gasto de la gasolina, sale m¨¢s rentable", explica Antonio. "Pero si tenemos que ir a Palos o a Moguer, por ejemplo, que tardamos m¨¢s de hora y media en llegar, no compensa en absoluto", contin¨²a.
?Y la opci¨®n de vivir en las fincas, como hacen los trabajadores extranjeros, en casas habilitadas por los agricultores que pagan adem¨¢s luz, agua y gas? "Nos lo comentaron los empresarios cuando hablamos con ellos, pero no nos convence", dice Amparo. Los dos j¨®venes explican que es mucho m¨¢s c¨®modo dormir en casa que pasar todo el d¨ªa en las propias fincas, "donde hay que convivir con muchas nacionalidades y donde es dif¨ªcil salir de all¨ª, porque est¨¢s en mitad del campo", dice Antonio.
Ante la queja de algunos agricultores acerca de la poca regularidad de los jornaleros onubenses, a los que critican por trabajar lo m¨ªnimo para cobrar el paro, entre otras cosas, y de abandonar en mitad de las campa?as, Antonio no niega que ese fen¨®meno se d¨¦ "pero no en la generalidad de la gente". "En todo caso", apunta, "la mejor manera de que nadie abandone es subiendo los sueldos que se han venido pagando".
Mientras todo se dilucida, Amparo lo tiene claro: antes de la fresa, prefiere trabajar en la naranja. "Por estar a diez minutos [en la zona de Tharsis], y por ganar m¨¢s dinero en menos tiempo. Es que en la naranja se funciona con un cupo cerrado de recogida de cajas, cuanto antes terminas, antes te vas", dice. Pero apunta: "Si no me llaman, siempre estar¨¢ la campa?a de la fresa".
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