Aliento

El regalo anunciado se consum¨®. No hubo acuerdo en relaci¨®n con la deuda hist¨®rica. Un desencuentro que le vino de perlas a Arenas a quien le falt¨® tiempo para acusar a Chaves de traicionar a los andaluces marc¨¢ndole, tambi¨¦n, el camino de salida cuanto antes. Ni siquiera el compromiso de ambas partes para resolver este asunto, de una vez para siempre, en los pr¨®ximos seis meses, ha resultado suficiente. Esa patada a seguir, como en el rugby, supone todo un respiro para el Ejecutivo central que tiene sobre su nuca el aliento de Montilla quien ha obtenido los r¨¦ditos suficientes con los contactos mantenidos con Zapatero. ?Y Chaves? Al parecer, no fue menos y se reuni¨® igualmente con el presidente del Gobierno pero, por lo que se ve, sin resultado alguno. Cabe recordar que Zapatero empe?¨® su palabra ante los andaluces para resolver este contencioso.

Est¨¢ bien eso de ponerle cara al supuesto causante de tan gran fiasco. A ojos del PSOE andaluz, el malo de la pel¨ªcula no es otro que Carlos Oca?a quien por lo visto tuvo m¨¢s de un encontronazo con Gri?¨¢n. No deja de ser una forma de simplificar las cosas porque lo l¨®gico es pensar que las responsabilidades est¨¢n compartidas. Puestos a dar nombres es en estos momentos cuando se echa en falta a Alfonso Perales. Su capacidad de influencia y maniobra hubieran venido muy bien. S¨®lo cabe, por tanto, esperar a ver qu¨¦ pasa con otros asuntos como puede ser el cap¨ªtulo inversor previsto para esta comunidad en los pr¨®ximos presupuestos y, sobre todo, con las negociaciones para un nuevo sistema de financiaci¨®n auton¨®mica. Da la impresi¨®n de que en la Moncloa conf¨ªan en cerrar un acuerdo en esta materia antes de final de a?o. Pero si eso no ocurre as¨ª cabe preguntarse qu¨¦ margen podr¨ªan tener para finiquitar la deuda andaluza.

Mientras tanto, tendr¨¢n que aguantar el chaparr¨®n de cr¨ªticas que, a buen seguro, seguir¨¢ cayendo sobre los socialistas a lo largo de esta semana. Claro que para eso algunos est¨¢n m¨¢s legitimados que otros. Suena algo pat¨¦tico escuchar esas gruesas acusaciones, ese rasgarse las vestiduras por parte de los dirigentes del PP. Los ¨²nicos que en este sentido pueden hablar fuerte y claro son los de IU aunque sus desproporcionadas reclamaciones para cuantificar dicha deuda les resta algo de credibilidad.