"Hay mayor intolerancia hacia la disidencia hoy que en los 60"
El grito antibelicista de Neil Young se dejar¨¢ sentir hoy en el Festival de Cine de San Sebasti¨¢n. Se trata de CSNY/D¨¦j¨¤ vu, la pel¨ªcula sobre la gira contra la guerra de su viejo grupo, Crosby, Stills, Nash & Young, que recorri¨® Estados Unidos en 2006. Se produjo all¨ª un curioso enfrentamiento: cuatro iconos de los sesenta escandalizando a parte de su p¨²blico cuando propon¨ªan destituir a Bush (Let's impeach the president).
Hubo amenazas de bomba y se increment¨® la seguridad. Se oyeron abucheos y en la pel¨ªcula se ve a espectadores abandonando ostentosamente un auditorio: la c¨¢mara recoge su ira ante el hecho de que se mezcle rock y pol¨ªtica. Neil Young (Toronto, 1945) se r¨ªe: "Ellos sab¨ªan lo que ¨ªbamos a cantar y, de todas formas, pagaron y vinieron. Quer¨ªan montar una protesta, quer¨ªan hacer un acto pol¨ªtico... ?lo mismo que nosotros!".
"Me parece pura codicia que una superestrella busque patrocinios"
"Es una tragedia que la gente escuche m¨²sica en sus ordenadores"
La pel¨ªcula se esfuerza en mostrar las reacciones de los oyentes. Explica Young: "Quer¨ªamos enfatizarlo. Un concierto no es completo sin el p¨²blico. Siempre me molestan esos documentales donde las c¨¢maras no se mueven de los m¨²sicos". Adem¨¢s, algunos de los m¨²sicos no se conservan precisamente apol¨ªneos: en el cartel de CSNY/D¨¦j¨¤ vu, Stephen Stills y David Crosby est¨¢n representados por fotos de finales de los sesenta.
Young no quiere quedarse en esos detalles: "Lo que aprend¨ª es que hay mayor intolerancia hacia la disidencia. En los sesenta, pod¨ªamos paralizar las universidades y sal¨ªamos en todos los medios; quiz¨¢s nos consideraban irrelevantes. Ahora, hay temor a dar espacio a opiniones que pueden considerarse antipatri¨®ticas. Por eso la pel¨ªcula insiste en mostrar c¨®mo participamos en el proceso pol¨ªtico, apoyando a candidatos en contra de la invasi¨®n de Irak o interactuando con soldados que estuvieron all¨ª y con sus familias".
CSNY/D¨¦j¨¤ vu repasa repertorio comprometido del cuarteto y de sus trabajos en solitario. Se rescata incluso Wooden ships, aquella fantas¨ªa de Crosby que, ante la inminencia del apocalipsis nuclear, suger¨ªa escapar en veleros hacia la inmensidad del Pac¨ªfico. Young lo denunci¨® como una necedad hippy pero ahora lo acepta: "Quisimos mostrar toda la variedad de la protesta de los sesenta. Tambi¨¦n suena mi Ohio, que ahora felizmente no es pertinente: ni siquiera Bush se atrever¨ªa a matar estudiantes en una manifestaci¨®n pac¨ªfica".
El documental tambi¨¦n permite dirigir el foco hacia la labor cinematogr¨¢fica de Neil Young. Una faceta poco reconocida: en un reciente libro panor¨¢mico, ?Rock, acci¨®n! Ensayos sobre cine y m¨²sica popular (Avantpress, Valencia, 2008) ni siquiera se menciona a Young, que ha firmado cinco pel¨ªculas, bajo el seud¨®nimo de Bernard Shakey.
El nombre (Bernardo Tembloroso) parece relativizar sus aspiraciones como director: "Me gusta hacer cine fuera de los esquemas de Hollywood. De ni?o, me encantaban las pel¨ªculas de ciencia-ficci¨®n, que seguramente eran muy malas pero te disparaban la imaginaci¨®n. M¨¢s adelante, descubr¨ª a Godard, Fellini y otros cineastas que renovaban el lenguaje. Digamos que me empujaron a experimentar".
Se declara espiritualmente conectado con directores como Jonathan Demme o Jim Jarmusch, para el que music¨® Dead man en 1996: "Fue un encargo al borde del precipicio, no ten¨ªan dinero ni tiempo para el score. Pude verla tres veces y me puse a trabajar. Ten¨ªa la melod¨ªa principal pero el resto se hizo improvisando, en cuatro horas de estudio. Aunque sea en blanco y negro, me parece una pel¨ªcula psicod¨¦lica. Una obra maestra... ?aun sin mi banda sonora!".
Young est¨¢ trabajando ahora en Linc/Volt, cuyo argumento describe como "la lucha por conseguir que los coches puedan moverse con motores h¨ªbridos, usando electricidad y gasolina".
Neil Young es, junto a Tom Waits, una de las pocas primeras figuras del rock que rechaza los patrocinios: "Y seguir¨ªa oponi¨¦ndome, aunque yo fuera el ¨²nico. Corrompen el sentido de la m¨²sica. Rechazo unir mi nombre al de una compa?¨ªa que puede tener negocios inmorales o pr¨¢cticas laborales esclavistas. No entiendo que haga eso una superestrella, que gana mucho dinero: me parece pura codicia".
Demasiada insubordinaci¨®n a las leyes del mercado. En la transmisi¨®n de su aparici¨®n en el festival madrile?o Rock in Rio, Young fue castigado en toda regla: le cayeron encima una oleada de spots publicitarios y unos locutores irreverentes. "S¨ª, me lo contaron luego. Yo andaba demasiado ocupado con el sonido del recinto, que no era satisfactorio. Adem¨¢s, quer¨ªamos tocar A day in the life, de los Beatles, que no es sencilla".
Lleva Neil Young una racha de alta productividad: aparte de las dos versiones del disco anti-Bush, Living with war, est¨¢ rescatando grabaciones en directo, a veces tan exquisitas como el Live at Massey Hall 1971. Y anuncia la publicaci¨®n "en noviembre" de su monumental The archives Vol. 1 1963-1972, que incluir¨¢ ocho CD y dos DVD. Lleva a?os prometi¨¦ndolo, as¨ª que mejor no aguantar la respiraci¨®n. Se justifica: "Est¨¢ preparado pero todav¨ªa tenemos que mejorar la versi¨®n Blu Ray, que es mi soporte favorito".
Aqu¨ª se calienta: "El CD fue un desastre pero todo empeor¨® con el MP3. Es una tragedia que la gente escuche m¨²sica en los ordenadores o en esos aparatitos. No dan sonido real, son como esos juguetes de pl¨¢stico que venden en los supermercados. Hemos dejado que las empresas inform¨¢ticas definan lo que es un buen sonido y han demostrado que no tienen ni idea de alta fidelidad. Hacen m¨¢quinas muy bonitas pero suenan a mierda. ?Sabes una cosa? Estuve en casa de Steve Jobs, el jefe de Apple. Y en su sal¨®n ten¨ªa elep¨¦s y un giradiscos".
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