Un juez que no molesta a nadie
D¨ªvar lleva 28 a?os en la Audiencia luchando contra el terrorismo
La sorpresa fue general. Nadie, ni en la Audiencia ni en el Supremo, apostaba por Carlos D¨ªvar (M¨¢laga, 31-12-1941) como candidato a presidir el Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal Supremo. Probablemente porque D¨ªvar no cuenta con ninguno de los supuestos requisitos no escritos que deben poseer los que acceden a tal cargo: que sean magistrados del Supremo o catedr¨¢ticos de universidad de reconocido prestigio. D¨ªvar es presidente de la Audiencia Nacional desde hace siete a?os, y los 21 a?os anteriores los pas¨® como juez central de instrucci¨®n. Es decir, que ha estado media vida instruyendo casos de terrorismo, narcotr¨¢fico y crimen organizado, pero nunca ha formado parte de un tribunal colegiado y jam¨¢s ha dictado una sentencia, circunstancia que te¨®ricamente tambi¨¦n parec¨ªa importante.
Est¨¢ soltero, no es ninguna lumbrera jur¨ªdica y no se le conocen art¨ªculos o publicaciones que hayan marcado tendencia en el ¨¢mbito del Derecho.
?Qu¨¦ virtudes adornan entonces a este juez para tama?o nombramiento? Pues que siendo un hombre de profundas convicciones religiosas y pensamiento tradicional cristiano no molesta a nadie. Es disciplinado y respetuoso con el poder y tiene sentido institucional. S¨®lo as¨ª se explica que en pleno proceso de paz llegase a declarar que el acercamiento de los presos de ETA al Pa¨ªs Vasco era "una pol¨ªtica penitenciaria que se utiliz¨® en otros momentos" y que pod¨ªa "volverse a usar y ser efectiva, pr¨¢ctica y eficaz".
Adem¨¢s, ha mostrado su talante conciliador en el caso del 11-M y su discreci¨®n es una aut¨¦ntica tortura para los periodistas. En 2006 fue reelegido presidente de la Audiencia Nacional por unanimidad del CGPJ.
Ha dado conferencias en el Arzobispado de Madrid sobre "el testimonio cristiano en la vida p¨²blica" y en la p¨¢gina web de la Hermandad del Valle de los Ca¨ªdos figura un escrito suyo sobre Justicia y Juan Pablo II, en el que concluye: "s¨®lo en amar a Cristo y hacerle amar, en una vida coherente y cabal, se encuentra la ¨²nica y verdadera Justicia".
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