Brown: "No es momento para novatos"
El primer ministro brit¨¢nico conquista a las bases laboristas con un discurso muy emotivo - El pol¨ªtico dirige dardos simult¨¢neos a Cameron y Miliband
Si los milagros existen en pol¨ªtica, quiz¨¢s ayer se vivi¨® uno en Manchester. El baqueteado primer ministro brit¨¢nico, Gordon Brown, conquist¨® a las bases del partido laborista con un discurso emotivo en el que combin¨® humildad personal y arrogancia pol¨ªtica. Admiti¨® sus limitaciones en el terreno del carisma pero contrapuso a ese defecto su obsesi¨®n por la justicia social para mejorar la suerte de los m¨¢s humildes. Y se present¨® como el pol¨ªtico mejor capacitado para llevar el rumbo de Reino Unido en estos tiempos de tormentas financieras.
El discurso tuvo ¨¦xito: los rumores de golpe palaciego se han disipado
El dirigente subraya que s¨®lo su partido busca imponer la justicia social
"No es momento para novatos", espet¨® con desprecio. Sus palabras estaban dirigidas al l¨ªder de la oposici¨®n y favorito en las pr¨®ximas elecciones, David Cameron. Pero parec¨ªan destinadas en realidad al ministro de Exteriores, David Miliband, el hombre del que se sospecha que prepara un golpe de mano para arrebatarle a Brown el poder.
No ha sido un buen congreso para Miliband. Su estrategia de estar presente en todas partes -ocho debates paralelos al congreso, numerosas entrevistas en prensa y televisi¨®n-, de proclamar su fidelidad a Brown pero al mismo tiempo desafiarle entre l¨ªneas, ha cristalizado en una imagen de conspirador en la sombra que no se atreve a desafiar abiertamente al primer ministro. O que sabe que no es el momento pero es incapaz de disimular su impaciencia. Su intervenci¨®n del lunes ante el congreso, adem¨¢s, puso de relieve sus inmensas limitaciones en el terreno de la oratoria.
Brown, en cambio, consigui¨® ayer el punto justo de pasi¨®n y sinceridad aparente. Su discurso, de casi una hora, tuvo tambi¨¦n momentos de baja intensidad y no faltaron demag¨®gicos cantos a la patria y al servicio p¨²blico de salud -los brit¨¢nicos parecen creer que la Seguridad Social s¨®lo existe en su pa¨ªs-, pero conect¨® como nunca con el patio de butacas. Le calent¨® el terreno Sarah, su mujer, que sorprendi¨® a todos al salir al estrado para presentarle. Una estrategia que revela hasta qu¨¦ punto est¨¢ desesperado el equipo del primer ministro. Pero que demuestra tambi¨¦n que Gordon Brown a¨²n tiene recursos y no piensa en tirar la toalla.
"No estoy en pol¨ªtica para hacerme c¨¦lebre o para intentar ser siempre popular. No voy a intentar ser lo que no soy", admiti¨®. Reconoci¨® que ha cometido errores. El mayor, suprimir el tramo del 10% del IRPF: explic¨® el dolor que le produjo "que la gente pensara que no estoy del lado de los que tienen recursos medios o modestos".
A partir de ah¨ª fue levantando un discurso con tres grandes objetivos: aclarar que s¨®lo concibe la pol¨ªtica para imponer la justicia social, convencer a los brit¨¢nicos de que eso es algo natural en los laboristas pero no en los conservadores, e imponer la idea de que s¨®lo ¨¦l puede gestionar la econom¨ªa en estos momentos turbulentos y que los tories ni pueden ni quieren regular las finanzas mundiales.
Su estrategia tuvo un ¨¦xito interno indiscutible. Los golpes palaciegos y los rumores de cambio van a disiparse en las pr¨®ximas semanas. Pero est¨¢ por ver si eso se va a transformar en un s¨®lido cambio de tendencia en los sondeos que permita a Gordon Brown asegurar su posici¨®n al frente del laborismo y del Gobierno y llegar vivo y con posibilidades de ¨¦xito frente a los conservadores en las elecciones generales, sean cuando sean.
El primer ministro, que se ha agarrado como a clavo ardiente a la crisis econ¨®mica, puso sobre la mesa una detallada agenda de objetivos para reformar el actual marco regulador mundial: transparencia en las transacciones, cuantificaci¨®n de los riesgos de las inversiones, responsabilidad de los consejos de administraci¨®n sobre el nivel de riesgo de las inversiones de sus empresas, acabar con el cortoplacismo del sistema de premios a los ejecutivos para eliminar cualquier conflicto de intereses en sus decisiones, creaci¨®n de normas y est¨¢ndares de car¨¢cter global.
No faltaron golosinas para los votantes, como el garantizar medicaci¨®n gratis para los enfermos de c¨¢ncer. Una promesa importante porque en la actualidad rige un absurdo sistema que deja por completo sin cobertura p¨²blica a quienes se pagan por su cuenta un tratamiento que no est¨¢ cubierto por la Seguridad Social.
Como defini¨® el incombustible Jack Straw, fue "el discurso adecuado en el momento oportuno". Brown tendr¨¢ paz al menos hasta las pr¨®ximas elecciones parciales que, no por azar, coincidir¨¢n con las elecciones presidenciales en Estados Unidos.

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