Pedro Mas¨®, un hombre de cine
Como guionista, productor y director puso su sello c¨®mico en muchas de las pel¨ªculas espa?olas del siglo XX
Pedro Mas¨® era un hombre bajito, "pero muy vital, pasional y visceral", como a ¨¦l le gustaba definirse. ?sa era, en efecto, la imagen que daba: nervioso, vehemente, activo, pol¨¦mico... Ayer muri¨® en Madrid, a los 83 a?os. Nacido en esta misma ciudad en 1925, comenz¨® a trabajar en el cine como actorcito de bulto a los 14 a?os, en plena posguerra: "Empec¨¦ como actor, a 27 pesetas con 50 c¨¦ntimos, en una pel¨ªcula que se llamaba Castillo de naipes", recordaba en 2003.
Poco despu¨¦s fue el chico de los recados en los rodajes. Trabaj¨® como botones en los Estudios Chamart¨ªn y a los 20 a?os ya era ayudante de producci¨®n. De ah¨ª pas¨® enseguida a jefe de producci¨®n, y m¨¢s tarde, con su propia compa?¨ªa, fue guionista, productor y director de pel¨ªculas de gran ¨¦xito en cualquiera de estas vertientes.
Sus personajes sol¨ªan ser inocentes, c¨¢ndidos, sin malicia, casi como ¨¦l
Es dif¨ªcil saber en cuantas pel¨ªculas intervino. ?l dec¨ªa que hab¨ªa escrito 146 guiones, dirigido 14 largometrajes y producido otros 82, pero puede que esas cifras no sean precisas. Lo que s¨ª es cierto es que su presencia marc¨® un estilo en la comedia espa?ola a lo largo de treinta a?os, desde Las chicas de la Cruz Roja (1958), hasta Atraco a la tres y media (2003), el ¨²ltimo filme que escribi¨® y produjo, y con el que trat¨® de repetir el ¨¦xito obtenido en 1962 con la original Atraco a las tres, dirigida Jos¨¦ M.? Forqu¨¦.
Los tiempos hab¨ªan cambiado y Mas¨® ya no era el mago que transformaba en ¨¦xito casi cuanto tocaba. Detr¨¢s ten¨ªa, eso s¨ª, una trayectoria de ¨¦xitos populares que marcaron en su d¨ªa r¨¦cords de taquilla. Baste recordar El d¨ªa de los enamorados, 091 polic¨ªa al habla, Vuelve san Valent¨ªn, La gran familia, La ciudad no es para m¨ª, Sor Citro?n, Historias de la televisi¨®n, Un mill¨®n en la basura, ?Qu¨¦ hacemos con los hijos?, Experiencia prematrimonial...
Mas¨® era un hombre avispado que se dejaba impregnar del lenguaje de la calle. Sab¨ªa lo que gustaba al p¨²blico m¨¢s elemental y a complacer sus sentimientos dirigi¨® sus esfuerzos.
Como tantos otros cineastas de su generaci¨®n tuvo problemas con la censura, pero tambi¨¦n supo complacer los gustos de las autoridades de cada momento realizando pel¨ªculas que ensalzaran valores "nacionales" (Operaci¨®n Plus Ultra, Los guardiamarinas, Los chicos del Preu, La gran familia y sus secuelas...). Su cine fue evolucionado de acuerdo con los cambios pol¨ªticos o morales que se vivieron en Espa?a. A la hora del destape, tambi¨¦n puso su granito de arena con t¨ªtulos como La Coquito, La menor, Las adolescentes o El divorcio que viene. Y, cuando en TVE se pusieron de moda las series de cierta calidad, acapar¨® nuevos ¨¦xitos con Anillos de oro (1983) y Brigada Central (1989).
A Pedro Mas¨® le gustaba ser considerado como "un hombre de cine". Presum¨ªa de haber ganado mucho dinero con ¨¦l y tambi¨¦n de haberlo perdido en nuevas inversiones, siempre en el cine. Se quejaba de su poca habilidad para vincularse a negocios fruct¨ªferos fuera de su oficio, y tambi¨¦n se lamentaba del olvido en el que se le ten¨ªa, a pesar del reconocimiento de la Academia de Cine, que le concedi¨® un Goya de Honor en 2006.
A lo largo de su carrera hab¨ªa descubierto a muchos actores, hab¨ªa colaborado con guionistas de prestigio como Rafael Azcona, producido a buenos directores y, seg¨²n ¨¦l, tocado en sus pel¨ªculas temas candentes. Lo hizo, efectivamente, aunque siempre bajo la ¨®ptica de la bonhom¨ªa.
Sus personajes sol¨ªan ser seres inocentes, c¨¢ndidos o sin malicia, casi siempre felices con la suerte que les hab¨ªa tocado. Quiz¨¢s tuvieron algo de s¨ª mismo. Porque Pedro Mas¨® era un buen tipo. Vivi¨® su tiempo con pasi¨®n, rebel¨¢ndose contra la poca gracia de haber nacido pobre y triunfando en su quehacer a base de aceptar retos. Un estilo del cine espa?ol desaparece con ¨¦l.
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