La necesidad como virtud
Los m¨¢s prestigiosos analistas, empezando por Suso de Toro, han reiterado por activa y por pasiva que las diferencias entre los dos socios que sustentan la Xunta son normales y las desavenencias una sana muestra de la pluralidad de la sociedad real (perdonen, empezando por ¨¦l, la simplicidad del resumen). Hasta la oposici¨®n estar¨ªa conforme -en su fuero interno- si se acordase de cuando gobernaba, aunque sus cr¨ªticas al sistema de concesi¨®n de parques e¨®licos parecen inducir que, o son otros, o los de antes han sido lobotomizados. Pero, con igual sinceridad, hay que reconocer que desde que Emilio P¨¦rez Touri?o tom¨® la valiente aunque algo tard¨ªa decisi¨®n de no adelantar las elecciones, el asunto ya cheira (perdonen de nuevo la simpleza).
No es normal que unas conseller¨ªas critiquen p¨²blicamente las decisiones de otras
El presidente adopt¨® la peor opci¨®n para su partido, y sobre todo para el Partido, porque que Rajoy comenzase las pruebas de liderato con fuego real con una derrota, en lugar de con algo m¨¢s de ox¨ªgeno, conven¨ªa a los socialistas de aqu¨ª, pero sobre todo a los socialistas de all¨¢. Pero ya que la adopt¨®, que las consecuencias lleguen hasta el final, incluido no meterse en una escalada armament¨ªstica con sus aliados. Sobre todo cuando la esperanza del sorpasso (al PP) cada d¨ªa est¨¢ m¨¢s claro que no deja de ser un sue?o, si en alg¨²n momento fue otra cosa.
Evidentemente, controversias entre el PSdeG y el BNG las ha habido siempre. El alfa podr¨ªamos situarlo ya a la vuelta de las primeras vacaciones del reci¨¦n estrenado bipartito, cuando la diputada socialista Laura Seara critic¨® la medida de Anxo Quintana, socio de Gobierno de su partido (y paisano suyo), de instituir para las mujeres maltratadas el llamado con cierta prosopopeya salario de liberdade. El omega ser¨ªa la reciente y no menos extempor¨¢nea declaraci¨®n del tambi¨¦n diputado, en este caso nacionalista, Bieito Lobeira, cuando expres¨® no s¨®lo su desacuerdo con el Plan Acu¨ªcola que hab¨ªa aprobado el Gobierno del que es parte su formaci¨®n, sino la intenci¨®n del BNG de boicotearlo. Pero esas actuaciones, siendo ben¨¦volos, podr¨ªamos situarlas en el campo de la lucha partidista y de la l¨®gica b¨²squeda del espacio propio. Lo que no es normal es que unas conseller¨ªas se inmiscuyan en las decisiones que toman otras y menos que las critiquen p¨²blicamente. Por seguir con lo e¨®lico, el que una serie de departamentos administrados por socialistas hayan aireado un aviso a navegantes de que la decisi¨®n final de las adjudicaciones depende tambi¨¦n, y mucho, de ellos.
En cualquier coalici¨®n fruto de la necesidad, todas las partes son imprescindibles, como bien sabe el PSOE que en 2003, para forzar el cambio en Cantabria, no dud¨® en entregarles la presidencia a "los otros", que ten¨ªan cinco esca?os menos (consolidando al peculiar se?or Revilla, que probablemente acabe su carrera pol¨ªtica participando en El hotel de los famosos). En el reparto de la Xunta, los socialistas asumieron responsablemente como fuerza mayoritaria huesos duros de roer como la siempre ingrata gesti¨®n de la Sanidad o la compleja y delicada maquinaria de Educaci¨®n. Los nacionalistas apechugaron con otro como los incendios y la moribundia de Medio Rural. Otras ¨¢reas de gesti¨®n son mucho m¨¢s agradecidas, como Cultura (salvo Gai¨¢s) y, sobre todo, Pol¨ªtica Territorial. Las dem¨¢s, depende. Se puede uno lucir, cumplir o pasar desapercibido (o fracasar, claro). A Innovaci¨®n e Industria le toc¨® lidiar con la ordenaci¨®n del sector del aerogenerador, con el acierto de acometerla con un m¨¦todo ant¨ªpoda del digital y discrecional de sus antecesores. Ayudar a poner palos en esa rueda es contribuir a que se olvide esa diferencia.
Claro que las coaliciones son dif¨ªciles de llevar, no en vano siempre se comparan con el matrimonio. Cuando las disputas en el seno de la Xunta del PP se o¨ªan hasta en la calle, el propio patriarca quitaba importancia al fragor del combate diciendo que eso pasaba hasta en las mejores familias. "El matrimonio es intentar solucionar entre dos los problemas que nunca hubieran surgido al estar solo", defin¨ªa el comediante norteamericano Eddy Cantor. En la Xunta no cab¨ªa la opci¨®n de la solter¨ªa. Los resultados del casorio no han sido para tirar cohetes, y si merecen el aprobado raspado es por el alivio de haber acabado con el estado-bot¨ªn en que se hab¨ªan convertido los ¨²ltimos gobiernos fraguistas y por plantar la semilla de iniciativas que prometen. As¨ª que lo l¨®gico si quieren renovar, a¨²n barriendo para cada casa, ser¨ªa no jugar a la ruleta rusa del juego de suma cero, sino vender coalici¨®n. La incompatibilidad en el matrimonio, describ¨ªa mi socorrido Ambrose Bierce, "es la semejanza de gustos, en particular el gusto por la dominaci¨®n".
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