Un tabloide sin malas noticias
En 1979, un joven poeta trabajaba como periodista en una revista de medicina editada en Espa?a. Era una publicaci¨®n gorda, mamotretuda, estudiadamente impenetrable. A ra¨ªz de una experiencia francesa, el editor de esos ladrillos, Jacobo Lerner, decidi¨® hacer, adem¨¢s, una publicaci¨®n tabloide, con dise?o, con aire. Para eso contrat¨® al poeta que no olvid¨® la experiencia, el aumento en la circulaci¨®n y en el inter¨¦s de los profesionales por el hecho de hacer m¨¢s amigable el formato e incluir informaci¨®n sobre cursos, becas y oportunidades de trabajo.
En 1986 ese joven poeta estaba de regreso a su pa¨ªs, Argentina, trabajaba como editor de revistas y libros de juegos l¨®gicos y de palabras, y record¨® esa remota experiencia madrile?a. Pensando en contrav¨ªa, y con la colaboraci¨®n de otros poetas, cre¨® la Cooperativa Diario de Poes¨ªa con el prop¨®sito de publicar un tabloide, dedicado a la poes¨ªa, que circulara en los quioscos, que utilizara los recursos de un peri¨®dico, con t¨ªtulos, subt¨ªtulos, entradillas y pies de foto informativos e ilustrado con dibujos y con fotos. En julio de 1986 el invierno de Buenos Aires se llen¨® de carteles callejeros que anunciaban la aparici¨®n del Diario de Poes¨ªa. Veinte a?os despu¨¦s, con motivo de ese aniversario, regresaron los carteles, ahora c¨®micamente desafiantes: "Basta ya de prosa".
En 2008 ese joven poeta ha publicado ya setenta y seis n¨²meros del Diario de Poes¨ªa del que se imprimen cinco mil ejemplares que penden en los pintorescos quioscos porte?os al lado de revistas de f¨²tbol y de far¨¢ndula, de publicaciones de desnudos y de diarios locales y de otros pa¨ªses. All¨ª, con lugar propio, los quiosqueros exhiben este diario sin malas noticias que aparece cada cuatro meses. Siempre se ha dicho que la poes¨ªa es minoritaria: lo que nunca se ha aclarado, y el fen¨®meno del Diario de Poes¨ªa lo comprueba, es qu¨¦ tan minoritaria es.
Ese joven poeta se llama Daniel Samoilovich. Poetas como Daniel Garc¨ªa Helder, Mirta Rosenberg y Daniel Freidemberg lo han acompa?ado la mayor parte del trayecto. La maqueta inicial se debi¨® a Juan Pablo Renzi y es excelente, sin color y colorida, con aire para los poemas, con exquisitez. Sobre esta misma maqueta Eduardo Stup¨ªa ha armado por lo menos cuarenta entregas, hasta hoy.
Cuando apareci¨® el primer n¨²mero del Diario de Poes¨ªa en la poes¨ªa argentina hab¨ªa dos bandos, uno neorrom¨¢ntico, el otro neobarroco. Manes de un pa¨ªs de polarizaciones, como los enfrentamientos de escritores entre Florida y Boedo hace casi cien a?os. Lo que hizo el diario fue no usar como criterio esta divisi¨®n, buscar un pluralismo en el que el criterio fuera la calidad, medida con el honesto e ilustrado criterio de los miembros de la redacci¨®n. Funcion¨®.
El Diario de Poes¨ªa es una refutaci¨®n de todo un repertorio de lugares comunes. El primero, que la poes¨ªa no se vende porque no se vende. Pues no. Basta ofrecer un plato con buenos ingredientes y la poes¨ªa s¨ª se vende. Tras veintid¨®s a?os, est¨¢ plenamente ganada la apuesta de la nota editorial del primer n¨²mero, una apuesta "contra la aceptaci¨®n de las condiciones dadas, contra la letan¨ªa de la falta de lectores de poes¨ªa y a favor de un hacer que en su propio entusiasmo modifique las cosas": cumplido. Plenamente cumplido, incluyendo ese entusiasmo que contribuye a un r¨¦gimen interno en donde pueden primar las minor¨ªas apasionadas, de modo que el fervor de un solo miembro de la redacci¨®n basta para que un material pase. Los mismos que fabrican algo invendible y lo venden, bien pueden confiar en la intuici¨®n de alguno de ellos, que apuesta por algo nuevo, desconocido, extra?o. Por esto mismo, el Diario de Poes¨ªa ha sido pionero en la traducci¨®n castellana de muchos textos, ha subvertido las valoraciones de muchos escritores que ha rele¨ªdo y avalado y, con la perspectiva de m¨¢s de cuatro lustros, han sido muchos m¨¢s los aciertos.
En la bandera misma del Diario de Poes¨ªa figuran las formas que toman los materiales de que est¨¢ hecho: "Informaci¨®n, creaci¨®n y ensayo". Son excepcionalmente buenos los dossiers especiales, dedicados a autores que, por esta v¨ªa, se han hecho conocidos en lugares en donde no lo eran con informaci¨®n exhaustiva que suele incluir muestra de la escritura, entrevistas, cronolog¨ªas, valoraciones firmadas acerca del autor a quien se ha dedicado el dossier. Merecen destacarse los rescates de poetas argentinos -Juanele Ortiz en el primer n¨²mero- o la aparici¨®n inicial en nuestro idioma de poetas como Seamus Heaney, mucho antes de su Premio Nobel. Desde 1992 el inter¨¦s por la poes¨ªa latinoamericana ha sido notable, inter¨¦s que se extiende a la poes¨ªa espa?ola, como se nota en la antolog¨ªa de ¨²ltimos poetas espa?oles que aparece en el ¨²ltimo n¨²mero, el 76. Y, siempre, las traducciones de versos se han acompa?ado de la versi¨®n en el idioma original.
El Diario de Poes¨ªa se produce con el producto de la venta del n¨²mero anterior. No tiene empleados, no paga lo que en otra publicaci¨®n se pagar¨ªa. Es, en su sentido m¨¢s literal, una cooperativa. Tambi¨¦n aqu¨ª se refuta otro lugar com¨²n. El individualismo de los poetas -s¨®lo v¨¢lido para la creaci¨®n-, su falta de solidaridad no se cumple aqu¨ª. La evidencia arrasa con el lugar com¨²n. El Diario de Poes¨ªa (www.diariodepoesia.com)es un producto exigente que, sin concesiones en cuanto a la calidad, lleva ya setenta y seis entregas que circulan a trav¨¦s de puestos de prensa con un tiraje de cinco mil ejemplares. La poes¨ªa no se vende porque s¨ª se vende.
Dar¨ªo Jaramillo Agudelo (Santa Rosa de Osos, Colombia, 1947) ha publicado recientemente Cuadernos de m¨²sica (Pre-Textos).
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