Las cinco claves de la Operaci¨®n Rescate
Pugna en Washington por la cuant¨ªa y el destino del plan de salvamento financiero
Las arterias del sector financiero est¨¢n atoradas y a punto de colapsar el conjunto de la econom¨ªa. Por eso, desde Wall Street se clama a la ¨¦lite pol¨ªtica en Washington para que no se atasque en debates ideol¨®gicos y encuentre una soluci¨®n urgente a sus diferencias sobre el plan de rescate dise?ado por la Administraci¨®n que preside George Bush. Wall Street quiere que empiece a fluir el capital. La negociaci¨®n entre dem¨®cratas y republicanos, a contrareloj, se centra en la cuant¨ªa del plan de rescate, su destino final (el sector financiero o el conjunto de los ciudadanos), su coste para los contribuyentes y los mecanismos de control para evitar desmanes.
La intenci¨®n, aparentemente compartida, es llegar a alg¨²n tipo de acuerdo antes de que abran los mercados asi¨¢ticos y votar ma?ana antes de la celebraci¨®n del a?o nuevo jud¨ªo. Pero la lucha no estar¨¢ terminada hasta que sea enviado al Despacho Oval y rubricado por el comandante en jefe, porque desde el ala conservadora se quiere reducir al m¨¢ximo la intervenci¨®n con dinero p¨²blico.
Los dem¨®cratas quieren cambiar las hipotecas con riesgo de desahucio
Los republicanos rechazan dar un cheque en blanco a los bancos
El texto original del plan ha ido creciendo de forma exponencial en la ¨²ltima semana, de las tres p¨¢ginas iniciales a m¨¢s de un centenar. En el parqu¨¦ lo ven ya como una gran salchicha: nadie quiere saber c¨®mo se hace, si al final le gusta a todos. Y es al consensuar los detalles, l¨ªnea a l¨ªnea, donde se encuentran la dificultad de una negociaci¨®n que rota sobre cinco pilares:
- Montante: el Tesoro, con el respaldo de la Reserva Federal, pide autorizaci¨®n para poder movilizar hasta 700.000 millones de d¨®lares (479.000 millones de euros) para comprar a los bancos activos contaminados por las hipotecas basura, y tenerlos fuera de sus balances hasta que vuelva la normalidad al mercado.
Los dem¨®cratas propusieron concederlos de forma gradual, poniendo 250.000 millones a disposici¨®n inmediata del Tesoro, y dejando otros 100.000 millones listos para movilizar si los solicita la Casa Blanca. Los 350.000 millones restantes estar¨ªan sujetos a una autorizaci¨®n posterior en mayo.
Los republicanos no quieren dar un cheque en blanco para pagar los abusos de los banqueros. Para proteger al contribuyente propusieron un programa para asegurar la hipotecas t¨®xicas que est¨¢n mermando los balances y dar incentivos fiscales a las empresas para sanear la econom¨ªa. Las negociaciones de ¨²ltima hora apuntaban a que la idea de asegurar los activos tocados podr¨ªa ser aceptada como una opci¨®n alternativa. A esa opci¨®n podr¨ªan acudir los bancos que lo desearan.
- Compensaci¨®n a ejecutivos: existe un acuedo, aceptado por el Tesoro, para limitar los sueldos y compensaciones de los ejecutivos de entidades que participen en el plan. La dificultad est¨¢ en establecer a partir de que momento se aplica esta medida, que estar¨ªa basado sobre la noci¨®n del "riesgo excesivo" que asumieron a la hora de gestionar las inversiones.
- Retornos: los legisladores est¨¢n de acuerdo en que si se moviliza dinero p¨²blico, el contribuyente debe tener alg¨²n tipo de retorno si los bancos participantes obtienen beneficios fruto del rescate. Para ello est¨¢ sobre la mesa la idea de que el Tesoro tenga una participaci¨®n en el capital de las entidades que acudan en su ayuda y que ese dinero vaya a reducir la deuda.
- Ayuda a propietarios: los dem¨®cratas quieren que el plan de rescate no mire solo al sector financiero, al que se?alan como responsable de esta crisis. Y proponen incluir medidas para dar un bal¨®n de ox¨ªgeno a los propietarios que se est¨¢n topando con dificultades para preservar sus viviendas. Para ello se quiere introducir una modificaci¨®n en la legislaci¨®n para que se puedan cambiar los t¨¦rminos de las hipotecas con riesgo de desahucio. Adem¨¢s buscan que parte de los beneficios generados por el plan nutran un fondo para promover viviendas a un precio asequible, una iniciativa que irrita a los republicanos.
- Supervisi¨®n: el plan original otorgaba al secretario del Tesoro, Henry Paulson, poderes sin precedentes para manejar esa suma masiva de dinero p¨²blico. Pero en las dos alas del Capitolio quieren estar seguros de que el dinero del contribuyente se usar¨¢ de la forma adecuada y que el plan funcionar¨¢. Para darle transparencia se quieren crear dos comit¨¦s de supervisi¨®n independientes, que pueda intervenir en el proceso en caso de que no se consigan los objetivos.
El presidente Bush se mostr¨® ayer confiado en que habr¨¢ un acuerdo "pronto" y asegur¨® que el dinero empezar¨¢ a recuperarse conforme el mercado vuelva a la normalidad. Todo indica que el coraz¨®n de las demandas del Tesoro ser¨¢n tenidas en cuenta en el dise?o del plan por parte del legislativo. Y si se acomodan las peticiones republicanas, se crear¨ªa un sistema h¨ªbrido que permitir¨ªa reducir el desembolso con fondos p¨²blicos.
"Esperamos poder anunciar ma?ana alg¨²n tipo de acuerdo de principio", dijo ayer el dem¨®crata Harry Reid, que reconoci¨® que el Congreso no puede permitirse m¨¢s tiempo enfrascado en la negociaci¨®n. El republicano Judd Gregg asegur¨®, por su parte, que se est¨¢n haciendo progresos "significativos" a la hora de limar las asperezas de la propuesta en la decena de puntos abiertos.
Pero el trabajo no concluye con el documento, y el ¨¦xito o coste final del plan depender¨¢ de c¨®mo el Departamento del Tesoro lo ejecute. En caso de que se autorice la compra de activos t¨®xicos, la clave estar¨¢ en el precio que se ponga a ese cr¨¦dito contaminado del que quieren desprenderse los bancos y si verdaderamente se podr¨¢ recuperar parte de la inversi¨®n del T¨ªo Sam.
No son pocos los analistas que dudan de su efectividad, porque advierten de que es muy dif¨ªcil colocar esos activos sin liquidez en el mercado si no se determina bien su valor. Otros cr¨ªticos opinan que ni la Administraci¨®n Bush ni el Congreso est¨¢n atajando el verdadero problema de la crisis actual, que est¨¢ en la p¨¦rdida de valor de la vivienda y por eso la acci¨®n debe dirigirse a los hogares.
Tambi¨¦n hay frustraci¨®n en la calle. Quiz¨¢ por ello, en un intento por rebajar el escepticismo generalizado, el presidente George Bush, en su mensaje radiof¨®nico semanal a la naci¨®n, dijo que este "esfuerzo" no est¨¢ dirigido s¨®lo a Wall Street, si no "a la calle".
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