Una estrategia a largo plazo contra ETA

Los dos etarras detenidos el pasado martes en Francia por la polic¨ªa, Unai Fano y Mar¨ªa Lizarraga, iban a cruzar la frontera en direcci¨®n a Espa?a para realizar nuevos atentados. Lo iban a hacer poco despu¨¦s de que ETA protagonizara el peor fin de semana desde que rompi¨® la tregua en junio de 2007, con la colocaci¨®n de tres coches bomba en tres lugares distintos, aunque pr¨®ximos. Uno de ellos mat¨® al militar Luis Conde.

Interior maneja como principal hip¨®tesis que ETA se ha planteado una etapa larga de actividad terrorista. De ah¨ª las continuas advertencias del ministro, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, incluso cuando en julio la polic¨ªa desarticul¨® el n¨²cleo principal del comando m¨¢s activo, el Vizcaya, de que ETA seguir¨¢ golpeando. Una advertencia plenamente vigente.

La clave de la concentraci¨®n de todos los esfuerzos de ETA el pasado fin de semana radica, seg¨²n los expertos, en su necesidad de responder a las cr¨ªticas de debilidad de su propio entorno, especialmente de sus presos. ETA buscaba una acci¨®n de fuerza para recuperar autoridad y responder por la v¨ªa armada al reto de cartas como la que hace 15 d¨ªas hicieron p¨²blicas, nada menos que en el diario Gara, ex dirigentes de ETA como Jos¨¦ Luis Urrusolo y Carmen Guisasola, o las del pasado fin de a?o, de Txelis y Pikabea. En ellas ped¨ªan a la actual direcci¨®n de la banda que abandonara la estrategia terrorista no por razones ¨¦ticas sino por su incompetencia e ineficacia. ETA se ve¨ªa a¨²n m¨¢s impelida a la respuesta tras la ilegalizaci¨®n de ANV, PCTV y el encarcelamiento de los l¨ªderes de Gestoras.

Interior interpreta que esta actuaci¨®n de ETA tan concentrada no significa fortaleza y no descarta que lo intente de nuevo. Los expertos, que apuntan la autor¨ªa hacia un comando Vizcaya reconstituido con los que huyeron de la redada policial de julio y algunos refuerzos procedentes de Francia, insisten en que los terroristas cuentan con medios escasos -se instalan en campings, viven en pisos muy reducidos...- y se han adaptado a un r¨¦gimen de austeridad. ETA est¨¢ m¨¢s debilitada, dispone de menos comandos que cuando rompi¨® la tregua en junio de 2007. El problema es que matar no es dif¨ªcil si existe voluntad de hacerlo, como quiere mostrar ETA con esta ofensiva.

El Gobierno se prepara para un periodo prolongado de terrorismo. Ya ha asumido que el final de ETA no podr¨¢ verse en esta legislatura. No tiene ninguna perspectiva de recuperar los contactos rotos con la banda en mayo de 2007. Es m¨¢s: ha enterrado definitivamente las f¨®rmulas que suger¨ªa el punto 10 del Pacto de Ajuria Enea sobre un final dialogado del terrorismo. Ha rechazado las sugerencias del ex portavoz de la anterior direcci¨®n de Batasuna, Arnaldo Otegi, al salir de la c¨¢rcel el 30 de agosto, de experimentar otro intento de di¨¢logo.

La ¨²ltima tentativa de final dialogado del terrorismo estuvo rodeada de unas circunstancias que la hacen irrepetible. Contaba con la presi¨®n sobre ETA desde organizaciones afines, como el IRA, que acababa de abandonar las armas y dejaba a la banda como ¨²nico eslab¨®n terrorista en Europa al lado del islamista. Pero el principal aval del Gobierno para el di¨¢logo fue que ETA al declarar la tregua, en marzo de 2006, no hab¨ªa asesinado a nadie en tres a?os. La ruptura de la tregua en junio de 2007 rompi¨® ese aval y con ¨¦l la ¨²ltima oportunidad de final dialogado que el Gobierno concedi¨® a ETA.

El Gobierno trabaja ahora en un escenario en el que la guerra total contra ETA, incluido su entorno, tiene como objetivo que la banda anuncie el cese definitivo del terrorismo. Cree que este nuevo escenario, que no tiene plazos, empujar¨¢ a la banda a la grapizaci¨®n e incluso a su fragmentaci¨®n. Su objetivo no es s¨®lo desarticular comandos de ETA, sino debilitar su entorno, de modo que ¨¦ste valore lo caro que le resulta su instrumentalizaci¨®n por una banda terrorista, sobre todo por su eliminaci¨®n de la vida pol¨ªtica.

Adem¨¢s, con la convicci¨®n, confirmada por la experiencia del proceso, de que Batasuna es incapaz de reconvertir a ETA en un partido. El Gobierno, incluso, contempla con escepticismo que un sector de la izquierda abertzale sea capaz de desvincularse de ETA y de presentarse por su cuenta en las elecciones vascas del pr¨®ximo marzo. Lo que de materializarse ser¨ªa una trascendental expresi¨®n de la p¨¦rdida de autoridad de la banda.

La prueba mayor de la debilidad del entorno de ETA la percibe el Ejecutivo en su gran p¨¦rdida de capacidad movilizadora, fruto a su vez del desconcierto. A lo cual contribuye la clandestinidad del brazo pol¨ªtico de ETA, que acusa, adem¨¢s, una notable y clara ausencia de liderazgo.

El Ejecutivo afronta esta nueva etapa con un mayor conocimiento del funcionamiento de ETA, tras la detenci¨®n, en primavera, de uno de sus principales dirigentes, Javier L¨®pez, Thierry. Y cuenta con el creciente compromiso de Francia, que ha dado su primer paso en el acoso a la c¨²pula de Batasuna en su territorio.

La unidad de los partidos, el entierro del uso del terrorismo como arma de confrontaci¨®n por parte del PP y el compromiso del Gobierno de que no habr¨¢ precio pol¨ªtico por el final de ETA es otra clave muy importante para acelerar el desestimiento de su entorno. Mucho m¨¢s que nuevas reformas del C¨®digo Penal. La unidad se resiente por el flanco del nacionalismo vasco. Sobre todo por la posici¨®n del lehendakari Ibarretxe, pues en el PNV se est¨¢ abriendo paso una reflexi¨®n autocr¨ªtica por su actitud ante el terrorismo, de la que es part¨ªcipe, incluso, su l¨ªder guipuzcoano, Joseba Egibar.