McCain choca contra el l¨ªder de una nueva generaci¨®n
Obama acusa al candidato republicano de defender las pol¨ªticas econ¨®mica e internacional del presidente Bush
Ninguno de los dos candidatos a la presidencia de Estados Unidos consigui¨® una victoria determinante en el primer debate electoral de esta campa?a, pero Barack Obama surgi¨® claramente en las pantallas de la televisi¨®n como el hombre que representa las ideas nuevas para reconducir la econom¨ªa y el cambio hacia una pol¨ªtica exterior distinta. S¨®lo con eso, el candidato dem¨®crata salv¨® uno de los obst¨¢culos m¨¢s dif¨ªciles de toda carrera electoral y dio un paso m¨¢s hacia la Casa Blanca.
Obama se mostr¨® agresivo y confiado durante los primeros 40 minutos del debate, dedicados a analizar las consecuencias de la crisis financiera que vive el pa¨ªs, un asunto en el que su rival, John McCain, se vio casi todo el tiempo inseguro y a la defensiva. Las primeras encuestas dan una ligera ventaja al aspirante dem¨®crata.
McCain: "Estoy listo para ser presidente; no voy a aprender a la Casa Blanca"
"Tengo muchas diferencias con Bush: sobre torturas, sobre Guant¨¢namo"
Obama: "Llega el veredicto de a?os de pol¨ªtica econ¨®mica fracasada"
"John, ha sido tu presidente el que ha dirigido esta org¨ªa de gastos"
"Dijiste que ser¨ªamos recibidos como libertadores en Irak; estabas equivocado"
McCain intent¨® recuperar terreno en la segunda parte del encuentro, en la que se trataron asuntos relacionados con la pol¨ªtica exterior, demostrando su amplia experiencia en esa materia e intentando subrayar la inmadurez de su rival y la inconsistencia de sus ideas.
McCain s¨®lo cumpli¨® a medias su objetivo. En efecto, son¨® como el veterano que es, amigo de l¨ªderes mundiales y de viejas eminencias de la pol¨ªtica internacional.
Pero, en contraste, Obama no son¨® como un novato sino como el representante de una nueva generaci¨®n, de una nueva pol¨ªtica que vuelve a confiar en el poder de la negociaci¨®n sin renunciar al uso de la fuerza cuando sea necesario.
En general, toda la noche fue un emocionante contraste entre dos visiones del mundo; la de un hombre de 72 a?os que cree en los viejos principios y desconf¨ªa de los enemigos tradicionales, y la de un hombre de 47, casi reci¨¦n llegado a la gran pol¨ªtica, que se siente impulsado a intentar cosas nuevas.
Fue la primera parte del debate, la dedicada a la econom¨ªa, la que, en todo caso, podr¨ªa haberle dado la victoria a Obama. No hay encuestas elaboradas a¨²n sobre el resultado del cara a cara -s¨®lo unos sondeos de los canales de televisi¨®n CNN y NBC entre quienes lo vieron por televisi¨®n que dan ganador al candidato dem¨®crata por un 51% contra 37%, y un 52% frente a un 33%-, pero pareci¨® claro el ¨¦xito de Obama al presentar la actual crisis en Wall Street como el resultado de la gesti¨®n de Bush, con el respaldo de McCain.
"?ste es el veredicto", dijo, "de ocho a?os de una pol¨ªtica econ¨®mica fracasada promovida por George Bush y apoyada por el senador McCain, una pol¨ªtica que b¨¢sicamente dice que tenemos que eliminar regulaciones y protecciones al consumidor y dar m¨¢s y m¨¢s a los que m¨¢s tienen, con la idea de que algo de eso quedar¨¢ para los que est¨¢n abajo".
Obama manifest¨® m¨¢s simpat¨ªa con las preocupaciones del ciudadano medio y se mostr¨® m¨¢s en¨¦rgico en la defensa de la necesidad de una nueva pol¨ªtica. "Esa pol¨ªtica no ha funcionado", insisti¨® el candidato dem¨®crata, "y creo que los fundamentos de nuestra econom¨ªa deben de ser medidos por el grado de bienestar de la clase media".
McCain contraatac¨® con una persistente pero vaga alusi¨®n a "cambiar el sistema en Washington". "Lo primero que hay que hacer", afirm¨®, "es poner el gasto bajo control en Washington". Pero no consigui¨® poner clara distancia entre lo que ¨¦l ofrece y lo que Bush ha hecho durante sus dos mandatos.
"John", le contest¨® Obama, "ha sido tu presidente, con el que dices que est¨¢s de acuerdo el 90% de las veces, el que ha dirigido esta org¨ªa de gastos y este enorme d¨¦ficit. Y t¨² has votado por casi todos sus presupuestos".
McCain se defendi¨® diciendo que "todo el mundo sabe que tengo muchas diferencias con Bush, diferencias sobre econom¨ªa, sobre torturas, sobre Guant¨¢namo, sobre calentamiento global...".
El mejor McCain apareci¨®, sin embargo, despu¨¦s, cuando el debate, celebrado en la Universidad de Misisipi, en Oxford, gir¨® hacia los asuntos del mundo. Por momentos fue el apasionado soldado y patriota que nunca ha dudado en darlo todo por su pa¨ªs y que lo volver¨ªa a hacer.
Consigui¨® emocionar a la audiencia cuando cont¨® la historia de la pulsera de un soldado muerto en Irak que su madre le hab¨ªa entregado a ¨¦l con la s¨²plica de que su hijo no hubiera desaparecido en balde.
Fue, en esos momentos, el McCain que encarna grandes valores de compasi¨®n y hero¨ªsmo que este pa¨ªs admira y respeta. Pero, enfrente, ten¨ªa a un hombre que tambi¨¦n llevaba la pulsera de un soldado muerto en Irak, aunque la misi¨®n que a Obama le hab¨ªa encomendado la desgraciada madre era la de que ning¨²n joven m¨¢s muriera en esa guerra.
McCain ten¨ªa enfrente a un rival de cuyo patriotismo es dif¨ªcil dudar, con una historia personal diferente pero igual de heroica y de "americana", pero que aporta, adem¨¢s, una fuerza regeneradora a ese patriotismo.
"Yo no creo que la presidencia sea un lugar al que se va a aprender. Yo estoy listo desde ahora", advirti¨® McCain para subrayar la inexperiencia de su rival.
Pero Obama no perdi¨® en ning¨²n momento la calma y, sin negar la m¨¢s larga trayectoria de McCain, destac¨® que la presidencia requiere, sobre todo, buen juicio y que, en ese aspecto, el candidato republicano no presenta tan gran expediente. Obama puso como ejemplo Irak, sobre el que McCain destac¨® el ¨¦xito de la estrategia conducida por el general David Petraeus en el ¨²ltimo a?o y medio.
"Hablas siempre como si la guerra hubiera empezado en 2007. Pero la guerra empez¨® en 2003, y en ese momento, cuando la guerra empez¨®, t¨² dijiste que iba a ser r¨¢pida y f¨¢cil, y estabas equivocado. Dijiste que sab¨ªamos d¨®nde estaban las armas de destrucci¨®n masiva, y estabas equivocado. Dijiste que ¨ªbamos a ser recibidos como libertadores, y estabas equivocado".
Fue, quiz¨¢, la mejor frase de Obama en todo el debate. Pero el candidato dem¨®crata, que por momentos se vio en dificultades a la hora de defender su propuesta de sentarse a negociar con los enemigos de Estados Unidos -McCain cit¨® al iran¨ª Mahmud Ahmadineyad; al venezolano Hugo Ch¨¢vez, y al cubano Fidel Castro-, consigui¨® poner esa iniciativa en contraste con la supuesta falta de voluntad negociadora y el excesivo belicismo de su contrincante.
Utiliz¨® para eso antiguas bromas de McCain sobre la conveniencia de bombardear Ir¨¢n, as¨ª como la confusi¨®n creada por unas recientes declaraciones del candidato republicano en las que no quiso comprometerse a recibir al presidente del Gobierno espa?ol, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. "Ni siquiera est¨¢ dispuesto a reunirse con el primer ministro de Espa?a, que es un pa¨ªs aliado, miembro de la OTAN", dijo Obama. "No voy a adelantar mi agenda en la Casa Blanca", se limit¨® a replicar McCain.
El debate, precedido de las horas m¨¢s dram¨¢ticas que se recuerdan en Washington desde el 11-S, estuvo rodeado de una enorme expectaci¨®n y fue seguido por m¨¢s de 80 millones de espectadores.
Es pronto para saber a qui¨¦n ha beneficiado m¨¢s. No sali¨® de Misisipi ninguna de esas frases hist¨®ricas que los medios de comunicaci¨®n repiten durante d¨ªas y pueden encumbrar o destruir a un candidato.
Pero, mientras Obama lleg¨® al encuentro con el viento de las encuestas a favor y solamente presionado por no cometer un error fatal, McCain estaba urgido a conseguir un revulsivo que no se produjo.
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