?M¨¢s innovaci¨®n?
Ante el panorama actual en los mercados financieros internacionales y ante la perspectiva que se le plantea a un n¨²mero importante de ahorradores o de familias endeudadas, quiz¨¢s hablar de innovaci¨®n financiera genere rechazos. No en vano, a unos les ha llevado a ver reducidos sus ahorros sin esperarlo y a otros a aumentar las cargas de su deuda por encima de lo que habr¨ªan deseado. Ha sido habitual ver opiniones que culpabilizan a la innovaci¨®n financiera de la actual crisis financiera y puede parecer sugerente el hacer propuestas que limiten esta innovaci¨®n para evitar en el futuro episodios como el actual.
Sin embargo, ser¨ªa contraproducente que la conclusi¨®n de que la innovaci¨®n financiera es perversa llevase a definir un marco normativo que la restringiese y eliminase las ventajas positivas que ¨¦sta ha aportado y puede aportar en el futuro. Otro asunto ser¨ªa discutir sobre c¨®mo definir un marco de supervisi¨®n que permitiese garantizar este uso positivo de la innovaci¨®n y c¨®mo crear los incentivos adecuados para el mismo. La experiencia reciente ha mostrado carencias en ambos frentes, con regulaci¨®n que no ha sido capaz de limitar la asunci¨®n de determinados riesgos por algunas entidades o que ha propiciado la b¨²squeda de transferencias de riesgos de modos m¨¢s o menos opacos para reducir las necesidades de capitalizaci¨®n o modificar la imagen de los balances.
Ha sido habitual ver opiniones que culpabilizan a la innovaci¨®n financiera de la actual crisis
No podemos olvidar que la innovaci¨®n financiera, soportada por una adecuada informaci¨®n y en mercados eficientes, podr¨ªa ayudar por ejemplo a garantizar que el valor adquisitivo de nuestras pensiones se mantuviese -gestionando adecuadamente el riesgo de inflaci¨®n-, o para aprovechar el ahorro acumulado en nuestra vivienda como una fuente para generar ingresos -y no s¨®lo de forma peri¨®dica, sino, mejor a¨²n, como una l¨ªnea de cr¨¦dito disponible para cualquier necesidad que pudiese surgir-, tambi¨¦n a facilitar un esquema de pagos de nuestra hipoteca que se ajustase a nuestro ciclo vital y profesional -y que facilitase los pagos cuando hay m¨¢s cargas familiares y los incrementase cuando hubiese mayores ingresos-, e incluso a determinar adecuadamente nuestra capacidad de endeudamiento. Si todos los esfuerzos se hubiesen dirigido a innovar en esa l¨ªnea hoy algunas de esas cuestiones estar¨ªan resueltas.
?ngel Moreno y Enrique Mart¨ªn son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas, Afi.
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