No hay cheque en blanco para Paulson
El rescate de 480.000 millones de euros propuesto por el secretario del Tesoro estadounidense, Hank Paulson, se ha topado con dificultades en la Colina del Capitolio. Y con raz¨®n: est¨¢ mal concebido. El Congreso estar¨ªa abdicando de su responsabilidad si diera al secretario del Tesoro un cheque en blanco. El proyecto de ley sometido al Congreso planteaba incluso una cl¨¢usula que exim¨ªa las decisiones del secretario de cualquier revisi¨®n por parte de tribunales u organismos administrativos, el cumplimiento supremo del sue?o del Gobierno de Bush de establecer un ejecutivo unitario.
El historial de Paulson no inspira la confianza necesaria como para concederle discrecionalidad sobre 475.000 millones de euros. Sus medidas de la semana pasada provocaron la crisis que ha hecho necesario el rescate. El lunes permiti¨® que Lehman Brothers quebrase y se neg¨® a aportar fondos p¨²blicos para salvar a AIG. El martes tuvo que desdecirse y conceder a AIG un pr¨¦stamo de 58.000 millones de euros con condiciones punitivas.
El rescate se ha topado con dificultades ante el Capitolio y con raz¨®n: est¨¢ mal concebido
La muerte de Lehman desestabilizaba el mercado de pagar¨¦s de empresa a corto plazo. Un gran fondo com¨²n de inversores se hund¨ªa y los bancos de inversi¨®n que hab¨ªan confiado en el mercado de pagar¨¦s de empresa a corto plazo ten¨ªan dificultades para financiar sus operaciones. El pasado martes, se hab¨ªa puesto en marcha una retirada masiva en los fondos comunes de inversores y est¨¢bamos m¨¢s cerca de un colapso total que en cualquier otro momento desde la d¨¦cada de 1930. El secretario volv¨ªa a dar marcha atr¨¢s y propon¨ªa un rescate sist¨¦mico.
Paulson ya hab¨ªa recibido un cheque en blanco del Congreso en otra ocasi¨®n, para abordar la crisis de Fannie Mae y Freddie Mac. Su soluci¨®n hizo que el mercado de la vivienda aterrizara en el peor de todos los mundos: los directivos de ambas empresas sab¨ªan que si se cubr¨ªan los cheques en blanco perder¨ªan el puesto de trabajo, de modo que optaron por atrincherarse, encareciendo las hipotecas y dificultando su concesi¨®n. A las pocas semanas el mercado oblig¨® a Paulson a absorberlas precipitadamente.
La propuesta de Paulson de comprar activos hipotecarios morosos plantea un problema cl¨¢sico de informaci¨®n asim¨¦trica. Los valores burs¨¢tiles son dif¨ªciles de valorar, pero los vendedores saben m¨¢s de ellos que el comprador: en cualquier procedimiento de subasta, el Tesoro acabar¨ªa qued¨¢ndose con la escoria. La propuesta est¨¢ tambi¨¦n plagada de cuestiones de conflictos de inter¨¦s latentes. A no ser que el Tesoro pague en exceso los valores, el plan no aliviar¨ªa la situaci¨®n. Pero si el plan se usa para financiar a los bancos insolventes, ?qu¨¦ recibir¨¢n los contribuyentes a cambio?
Barack Obama ha planteado cuatro condiciones que deber¨ªan imponerse: una compensaci¨®n para los contribuyentes, adem¨¢s del lado negativo; un consejo compuesto por ambos partidos para supervisar el procedimiento; ayuda para los propietarios de viviendas, as¨ª como para los tenedores hipotecarios; y ciertos l¨ªmites a las remuneraciones de aquellos que se beneficien del dinero de los contribuyentes. Son los principios adecuados. Podr¨ªan aplicarse con m¨¢s eficacia capitalizando directamente las instituciones cargadas de valores t¨®xicos y no libr¨¢ndolas de esos valores t¨®xicos.
La inyecci¨®n de fondos p¨²blicos ser¨ªa mucho menos problem¨¢tica si se aplicase al capital neto y no al estado contable. Setecientos mil millones de d¨®lares en acciones preferentes con garant¨ªas tal vez sean suficientes para tapar el agujero producido por el estallido de la burbuja inmobiliaria. Por contraste, la adici¨®n de 700.000 millones de euros en el lado de la demanda tal vez no baste para frenar la ca¨ªda de los precios de la vivienda. Tambi¨¦n debe hacerse algo en el lado de la oferta. Para evitar que los precios de las viviendas se desplomen, el n¨²mero de ejecuciones debe mantenerse en el m¨ªnimo. Es necesario ajustar las condiciones de las hipotecas a la capacidad de pagar de los propietarios.
El paquete de rescate no aborda esta tarea. El hacer las modificaciones necesarias es una labor delicada que se dificulta por el hecho de que muchas hipotecas se han dividido y repartido de nuevo en forma de obligaciones de deuda con garant¨ªa multilateral. Los tenedores de los diversos trozos tienen intereses opuestos. Har¨ªa falta demasiado tiempo para solucionar los conflictos e incluir un plan de modificaci¨®n de las hipotecas en el paquete de rescate. Sin embargo, el paquete puede allanar el camino mediante una modificaci¨®n de la ley de quiebra en lo relativo a las residencias principales.
Ahora que la crisis se ha desatado, probablemente sea indispensable un paquete de rescate a gran escala para poder controlarla. Restablecer los balances contables vac¨ªos del sistema bancario es la forma adecuada de proceder. No todos los bancos merecen ser salvados, pero podemos confiar en que los expertos de la Reserva Federal, con la supervisi¨®n adecuada, tomar¨¢n las decisiones correctas.
Podr¨ªa sancionarse a las directivas reacias a aceptar las consecuencias de los errores pasados priv¨¢ndolas de las l¨ªneas de cr¨¦dito federales. La aportaci¨®n de fondos p¨²blicos deber¨ªa tambi¨¦n animar al sector privado a participar en la recapitalizaci¨®n del sector bancario y poner fin a la crisis financiera.
George Soros es presidente de Soros Fund Management. ? Project Syndicate, 2008.
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