El fallido rescate mexicano
La compra por el Estado mexicano de los activos fallidos de los bancos no s¨®lo no remedi¨® la contracci¨®n del cr¨¦dito, sino que contribuy¨® a acentuarla y prolongarla
Los legisladores estadounidenses, sometidos a presi¨®n para aprobar un plan de rescate de 700.000 millones de d¨®lares para su sistema financiero, deber¨ªan evitar los errores que cometi¨® M¨¦xico hace m¨¢s de una d¨¦cada, cuando sus bancos se derrumbaron.
El rescate mexicano, que el Gobierno argument¨® que era necesario para proteger a ahorradores y propietarios, acab¨® costando a los contribuyentes, aproximadamente, un 20% del producto interior bruto y fren¨® el crecimiento, pues fren¨® el cr¨¦dito a los consumidores y las peque?as y medianas empresas en lugar de reactivarlo. Muchos de los errores tuvieron su ra¨ªz en la falta de supervisi¨®n, seg¨²n Bernardo Gonz¨¢lez-Arechiga, que fue comisionado de la agencia de rescate.
Los cuatro mayores bancos acabaron en manos extranjeras tras la crisis
"Hay una similitud b¨¢sica con lo que ocurri¨® en M¨¦xico, en el sentido de que el Gobierno federal trata de tener un amplio margen de maniobra con un d¨¦bil control del Congreso", se?ala Gonz¨¢lez-Arechiga.
M¨¦xico todav¨ªa est¨¢ pagando los bonos que us¨® para comprar la deuda morosa de los bancos que se enfrentaban a la quiebra despu¨¦s de que la moneda se devaluase hasta un 65% en diciembre de 1994 y los tipos a corto se disparasen a m¨¢s del 80% en lo que se conoci¨® como el tequilazo. El Gobierno no fue capaz de suavizar la contracci¨®n del cr¨¦dito y el rescate alter¨® el sistema financiero mexicano, dejando los cuatro principales bancos del pa¨ªs en manos extranjeras.
El Tesoro y la Reserva Federal deber¨ªan buscar un asesoramiento externo sobre la profundidad de la crisis para evitar tener que volver al Congreso a pedir m¨¢s dinero, seg¨²n Gonz¨¢lez-Arechiga. M¨¦xico err¨® al evaluar la magnitud de su crisis financiera y se vio obligado a aprobar cuatro programas de auxilio a los deudores que acabaron tratando de forma injustamente diferente a los individuos. "Con frecuencia, los pol¨ªticos y funcionarios tienen un incentivo para tratar de subestimar el alcance del problema", explica.
De acuerdo con un informe parlamentario de auditor¨ªa, el rescate bancario cost¨® al Gobierno mexicano 1,25 billones de pesos (cerca de 70.000 millones de euros) entre 1995 y 2004. El Estado s¨®lo recuper¨® 43.600 millones de pesos con los activos que respaldaban los pr¨¦stamos impagados asumidos.
El Gobierno emiti¨® t¨ªtulos del Tesoro para comprar los pr¨¦stamos bancarios impagados a su valor en libros y luego s¨®lo obtuvo migajas cuando trat¨® de revenderlos, explica Rogelio Ram¨ªrez de la O, el fundador y presidente de Ecanal, una firma de consultor¨ªa con sede en M¨¦xico.
Mientras tanto, los bancos mexicanos sacaron provecho a los t¨ªtulos del Tesoro que recibieron a cambio de sus pr¨¦stamos fallidos, lo que les proporcion¨® una fuente estable y segura de beneficio y les rest¨® incentivo para dar pr¨¦stamos a los consumidores y a las peque?as y medianas empresas.
La consecuencia de ello es que el cr¨¦dito se desplom¨® durante m¨¢s de una d¨¦cada, retrasando en ¨²ltima instancia la recuperaci¨®n de los salarios y del empleo. El cr¨¦dito vivo de los bancos cay¨® a menos de la mitad desde los 2,22 billones de pesos de 1994 hasta los 1,08 billones de una d¨¦cada despu¨¦s.
"Fue un gran negocio para los bancos. Durante alg¨²n tiempo, el principal activo de su balance fueron los t¨ªtulos del Estado", se?ala Alonso Cervera, economista de Credit Suisse en Nueva York, que ha seguido la evoluci¨®n de la econom¨ªa mexicana desde 1995. "Ganaron mucho dinero con esos t¨ªtulos".
Adem¨¢s de esas lecciones, Estados Unidos tambi¨¦n necesita protegerse contra la actitud que adoptaron en M¨¦xico muchos consumidores y empresas, la de que el rescate bancario les exim¨ªa de alg¨²n modo de cumplir sus obligaciones crediticias, seg¨²n explica Cristopher Palmer, jefe de la divisi¨®n de mercados emergentes de Gartmore Investment Management en Londres. Muchos mexicanos dejaron de pagar su casa, su coche u otros pr¨¦stamos despu¨¦s de que el Gobierno anunci¨® el rescate de los bancos, creando un fen¨®meno que los banqueros mexicanos del momento bautizaron como la cultura de no pagar.
"La ¨²ltima lecci¨®n de la crisis mexicana es que el cr¨¦dito se sec¨® a causa de esta cultura de no pagar", dice Palmer. "Eso es lo que Washington necesita vigilar m¨¢s".
La falta de capital del sistema financiero mexicano se resolvi¨® finalmente cuando los bancos extranjeros, como el estadounidense Citigroup, los espa?oles BBVA y Santander y el brit¨¢nico HSBC compraron los cuatro mayores bancos del pa¨ªs.
"La principal lecci¨®n es no seguir el ejemplo mexicano", dice Ram¨ªrez de la O, que asesor¨® al candidato presidencial Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador durante la campa?a electoral de 2006. "El rescate mexicano fue salvaje y desordenado. Dio lugar a mucha corrupci¨®n, en parte por su final abierto".
Aunque el coste del rescate super¨® las previsiones iniciales, el pa¨ªs acab¨® imponiendo regulaciones m¨¢s estrictas que dieron mayor solidez al sistema, seg¨²n Cervera. "Los bancos est¨¢n ahora en muy buena forma", concluye.
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