Educaci¨®n superior y modelo econ¨®mico
La universidad no es una f¨¢brica de parados. En realidad, nuestro sistema educativo responde perfectamente a las caracter¨ªsticas de nuestro sistema productivo: baja productividad, econom¨ªa especulativa basada en el ladrillo y el turismo, sistema de valores centrado en el pelotazo y los concursos televisivos... La universidad produce lo que la sociedad le pide, y por ello es un fiel reflejo de ¨¦sta: burocr¨¢tica en exceso, con un sistema de gobierno poco eficiente, mal financiada, con resultados dif¨ªciles de evaluar de modo transparente, sometida a vaivenes de grupos de presi¨®n acad¨¦mica diversos. En fin, las mismas caracter¨ªsticas de muchas de nuestras estructuras sociales y econ¨®micas. A pesar de ello, afortunadamente y en condiciones dif¨ªciles, nuestras universidades progresan y contribuyen a producir y transmitir conocimiento y valores.
Recientemente, la OCDE en su informe anual nos ha recordado que Espa?a bate el r¨¦cord de titulados sin trabajo acorde con su nivel y que nuestro mercado laboral ya no puede absorberlos. A ra¨ªz de esto deber¨ªamos caer en la cuenta de que nuestro modelo econ¨®mico no es coherente con la actividad de nuestra educaci¨®n superior: de un lado, demasiados titulados para una econom¨ªa a¨²n muy lejos de una sociedad del conocimiento que pueda demandarlos; y, del otro, una escasa relevancia de la Formaci¨®n Profesional, que debiera constituir el n¨²cleo duro formativo en un mercado laboral como el nuestro. En resumen: carrocer¨ªa de lujo y motor de utilitario.
M¨¢s all¨¢ de los desajustes de la secundaria obligatoria y la FP, cabr¨ªa preguntarse si nuestras empresas en general son demandantes de mano de obra propia de una sociedad del conocimiento o, por el contrario, demandan mano de obra para una econom¨ªa desajustada y simplemente posindustrial. Parece obvio que se trata de lo segundo: el bajo nivel de innovaci¨®n empresarial, de creatividad o de patentes lo confirman. Este pa¨ªs precisa empresas para una sociedad del conocimiento, empresas que inviertan en la universidad como la mejor estrategia para mejorar. Por el contrario, nuestras empresas est¨¢n contratando universitarios para tareas que no requieren este nivel, generando tanto frustraci¨®n profesional para estos titulados como un brutal despilfarro de recursos invertidos en formar universitarios que no podr¨¢n ejercer. Para transformar nuestra econom¨ªa precisamos hacer lo que hacen los mejores: mejores universidades, mejores empresas y, ante todo, empresas que mimen a nuestras universidades para disponer de mejores sociedades.
Ramon-Jordi Moles i Plaza es director del Centre de Recerca en Governan?a del Risc (UAB-UOC).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.