?Se puede expulsar a un terrorista?

Cualquier ciudadano al que se le preguntase si se puede expulsar de Espa?a a un sospechoso de terrorismo responder¨ªa de inmediato que s¨ª. Argumentar¨ªa que la sociedad tiene derecho a defenderse de semejante lacra y que la deportaci¨®n del delincuente a su pa¨ªs es una de las armas previstas en la ley. La afirmaci¨®n ser¨ªa rigurosamente cierta en Estados Unidos, donde bajo la sospecha de peligro para la seguridad nacional, caj¨®n de sastre que lo abarca todo, se han permitido numerosos excesos y vulneraciones de los derechos de los detenidos. Recuerde el lector el limbo jur¨ªdico de Guant¨¢namo o el tr¨¢fico de prisioneros de Afganist¨¢n e Irak en aviones de la CIA.

Europa, sin embargo, "is different". El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), cuyas resoluciones afectan directamente a Espa?a y son de obligado cumplimiento, ha establecido en el caso Saadi contra Italia, que la prohibici¨®n de la tortura y los tratos inhumanos y degradantes, prevista en el art¨ªculo 3 del Convenio para la Protecci¨®n de los Derechos Humanos, es absoluta. Ello supone que no se puede expulsar, deportar o extraditar a nadie a otro pa¨ªs en el que se sospeche que pueda ser torturado, incluso en el caso de que se trate de terroristas y el caso afecte a la seguridad nacional.

El precio de hacer las cosas bien siempre es alto en materia de terrorismo

El asunto tiene su origen en el caso de Nassin Saadi, un tipo nada recomendable. Tunecino de 34 a?os, residente en Mil¨¢n, fue procesado en Italia por ser el cabecilla de una c¨¦lula terrorista yihadista y por conspiraci¨®n para cometer atentados con explosivos. En el juicio, el fiscal solicit¨® 13 a?os de prisi¨®n, pero el tribunal rebaj¨® la condena a cuatro a?os y seis meses por conspiraci¨®n criminal, y como pena accesoria impuso que, tras cumplir la sentencia, fuera expulsado del pa¨ªs. En sus conversaciones telef¨®nicas, el angelito se mostraba orgulloso del "martirio" de su hermano Fadhal, convertido en una bomba humana, y mostraba su intenci¨®n de ir a hacer la "guerra santa".

Tras varios recursos y vicisitudes, Saadi iba a ser expulsado a T¨²nez, pero entonces solicit¨® el asilo en Italia y aleg¨® que en su pa¨ªs hab¨ªa sido condenado en ausencia a 20 a?os de c¨¢rcel por terrorismo y que al llegar iba a ser torturado. Aunque el Gobierno italiano deneg¨® el asilo y estaba dispuesto a entregarlo -incluso exigi¨® garant¨ªas a T¨²nez de que no torturar¨ªa a Saadi y de que volver¨ªa a juzgarlo-, el TEDH entendi¨® que las garant¨ªas eran insuficientes y que aunque lo hubieran sido, como el riesgo de que fuera torturado era real, no se le pod¨ªa deportar. El Reino Unido intent¨® que el Tribunal admitiera como excepci¨®n a esa norma general que la expulsi¨®n fuera posible cuando el detenido fuera sospechoso de terrorismo. Pero los magistrados se mostraron inflexibles: como la prohibici¨®n de la tortura es absoluta, la conducta del afectado resultaba irrelevante.

La resoluci¨®n es de gran importancia, aunque sin duda ser¨¢ esgrimida por muchos abogados para evitar las deportaciones de sus clientes, incluso cuando no corran riesgo alguno. Sin ir m¨¢s lejos, aqu¨ª en Espa?a, el sirio Basel Ghalyoun fue juzgado por su presunta participaci¨®n en el 11-M. La fiscal¨ªa ped¨ªa casi 40.000 a?os de c¨¢rcel para ¨¦l por creer que era uno de los autores materiales de haber colocado las bombas en los trenes. Luego, la Audiencia Nacional le conden¨® a 12 a?os como integrante de la c¨¦lula terrorista y, finalmente, el Supremo le absolvi¨® por falta de pruebas. Argument¨® que, aunque su ideolog¨ªa es radical y que tiene amigos que resultaron ser terroristas, ello no bastaba para inferir que ¨¦l lo fuera. Al haber sido absuelto, Ghalyoun ten¨ªa que haber sido puesto en libertad, pero de inmediato fue detenido de nuevo y deportado a Siria por no tener la documentaci¨®n en regla, pese a que no pod¨ªa haberla renovado por estar en prisi¨®n preventiva, donde hab¨ªa permanecido los ¨²ltimos cuatro a?os. Una operaci¨®n cuando menos peculiar.

El islamista solicit¨® el asilo y su abogado apel¨® al TEDH para paralizar la expulsi¨®n porque, debido a sus creencias religiosas, Ghalyoun corr¨ªa el riesgo de ser torturado en Siria. Las alegaciones no tuvieron ¨¦xito y Ghalyoun fue deportado a finales de julio. Hasta el momento, el trato en Siria ha sido correcto. En caso contrario, a Espa?a se le hubieran exigido responsabilidades.

El precio de hacer las cosas bien, y m¨¢s en materia de terrorismo, siempre es elevado, pero carga de raz¨®n y altura moral a los dem¨®cratas que es lo que les diferencia de los terroristas. Y aunque temporalmente pueda parecer que los atajos lo alivian, a la larga resultan mucho m¨¢s caros. ?Recuerdan los GAL?

Dec¨ªa Benazir Bhutto que "el barco se siente seguro en el puerto, pero los barcos no se han construido para eso". Ten¨ªa raz¨®n, aunque ella fue asesinada. Un alto precio.