Mariachis, tequila e inquietud ante el futuro del cine
El I Congreso de Cultura Iberoamericana busca nuevos caminos para el sector
Los alegres cantos de los mariachis no ocultan la preocupaci¨®n por el peligro y la incertidumbre que atenazan al cine, un arte que requiere no s¨®lo de la creatividad, sino tambi¨¦n de un tejido industrial s¨®lido. Las nuevas tecnolog¨ªas, la presencia abrumadora de Internet y la pirater¨ªa parecen unirse, en un encuentro casi diab¨®lico, en contra del futuro del cine, a lo que se une la crisis mundial que azota las industrias de todo tipo.
Excepto Argentina, Brasil y M¨¦xico, el cine iberoamericano carece de industria
M¨¦xico DF ha querido plantar cara a la adversidad y, desde ayer, representantes de todos los sectores del cine iberoamericano, con un mercado que llega a 700 millones de personas, est¨¢n reunidos en la capital federal, en el I Congreso de la Cultura Iberoamericana, dedicado en esta primera edici¨®n al cine y el audiovisual, para unir fuerzas y reflexionar.
No hay f¨®rmulas m¨¢gicas, pero cada uno de los que intervinieron ayer, en la inauguraci¨®n del Congreso, que cont¨® con la presencia, entre otras autoridades de los pr¨ªncipes de Asturias y del presidente mexicano, Felipe Calder¨®n, dieron claves o quisieron so?ar en voz alta con un futuro mejor.
Los mariachis y los tequilas quedaron en el recuerdo de la noche anterior, en la recepci¨®n que se ofreci¨® en la residencia del embajador espa?ol, con Antonio Banderas como estrella absoluta. El actor, que se fotografi¨®, siempre sonriente, con al menos el 80% de las mujeres asistentes al encuentro, propuso que este congreso sirva de verdad para sentar unas bases de futuro: "Tenemos la sensaci¨®n de que nunca se llega a concretar nada y debemos trabajar para que todo eso cambie. El cine iberoamericano debe buscar unas redes de distribuci¨®n para que las pel¨ªculas viajen de verdad de un pa¨ªs a otro", clam¨® Banderas durante un encuentro con otros actores, como la mexicana Silvia Pinal, los espa?oles Mercedes Sampietro y Juan Diego o el cubano Jorge Perugorr¨ªa.
"?Se puede plantear la creaci¨®n de un gran estudio o corporaci¨®n cinematogr¨¢fica iberoamericana al estilo Hollywood?", se pregunt¨® Banderas, quien s¨ª cree que el cine vive momentos de peligro por los formatos "tan confortables" que alejan al p¨²blico de las salas. Pidi¨® un cine com¨²n, financiado por todos los pa¨ªses iberoamericanos y un marco de discusi¨®n para buscar f¨®rmulas nuevas, en las que el mecenazgo juegue un papel importante.
Quien no estaba ayer para tequilas era el realizador mexicano Arturo Ripstein, quien hizo una encendida defensa del cine, profesi¨®n a la que se dedica desde hace a?os "con tes¨®n y terquedad, pero sin esperanza". El realizador mexicano pidi¨® que los Estados se conviertan en mecenas de la cultura sin verg¨¹enza.
No s¨®lo Banderas, tambi¨¦n directores como Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n, Imanol Uribe, Jos¨¦ Luis Garc¨ªa S¨¢nchez, Ic¨ªar Bolla¨ªn o ?ngeles Gonz¨¢lez Sinde, productores, distribuidores y exhibidores aplaudieron a rabiar la intervenci¨®n de Ripstein.
Pero fue sin duda la intervenci¨®n, c¨¢lida y amable, de Manoel de Oliveira, que el pr¨®ximo mes de diciembre cumplir¨¢ 100 a?os, la que despert¨® mayores entusiasmos. Oliveira fue el primero que puso sobre la mesa el nombre del cineasta que ronda alrededor de todo el congreso: Luis Bu?uel. Oliveira defendi¨® el cristianismo de Bu?uel: "Daba la impresi¨®n de que no cre¨ªa en Dios, pero no es verdad, s¨®lo le molestaban las cosas malas que suceden en nuestra humanidad". "La rebeld¨ªa de Bu?uel contra Dios era s¨®lo aparente", continu¨® el cineasta portugu¨¦s, quien se despidi¨® del p¨²blico con estas palabras: "No s¨¦ c¨®mo he llegado hasta aqu¨ª. Ya no me siento capaz de hablar m¨¢s".
Por su parte, Carlos Saura record¨® el rodaje en M¨¦xico de su pel¨ªcula Antonieta, resalt¨® la aportaci¨®n de la imaginaci¨®n del cine iberoamericano a la cinematograf¨ªa mundial y, como si en las calles adoquinadas del mayo parisiense estuviera, lanz¨® una advertencia creativa: "Nos hace falta potenciar el poder de la imaginaci¨®n".
No es f¨¢cil la tarea que tiene este congreso. Los datos lo dicen todo. Excepto Espa?a, con 176 pel¨ªculas producidas en 2007; Argentina, con 101; Brasil (84) y M¨¦xico (70), el resto de los pa¨ªses iberoamericanos tienen cinematograf¨ªas casi inexistentes. La uni¨®n de esfuerzos, como dijo el ministro espa?ol C¨¦sar Antonio Molina, es la clave. "S¨®lo juntos podemos hacer frente al desaf¨ªo simult¨¢neo que representa la globalizaci¨®n de los mercados y ese ser¨¢ la manera de cumplir nuestro compromiso con la historia y el futuro".
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