A contrapi¨¦

La crisis econ¨®mica nos ha cogido a todos a contrapi¨¦. Es verdad que el modelo de crecimiento basado en dinero f¨¢cil y barato, consumo y construcci¨®n era insostenible. El desequilibrio en la balanza comercial espa?ola, el segundo m¨¢s alto del Mundo tras el de Grecia, era (y es) el s¨ªntoma m¨¢s claro de las deficiencias de la econom¨ªa espa?ola. Pero una vez m¨¢s, la euforia se apoder¨® de la gente, empezando por los miembros del gobierno de Madrid. Algunos comenzaron a creer que hab¨ªamos logrado desafiar y vencer a los mecanismos que rigen la macroeconom¨ªa. No ha sido as¨ª y la crisis se nos ha venido encima a una velocidad inusitada; lo que s¨®lo en parte se explica por los graves problemas que atenazan los mercados financieros internacionales.

Los conselleiros de la Xunta deber¨¢n reconducir sus ambiciones presupuestarias para 2009

De hecho, creo que no somos todav¨ªa conscientes de d¨®nde nos hallamos. Una buena muestra de ello lo ofrecen los ayuntamientos, las universidades gallegas y el conjunto de gobiernos auton¨®micos. Todos ellos se hallaban a principios de a?o en pleno proceso de revisi¨®n de sus modelos de financiaci¨®n, con la esperanza de cubrir carencias financieras y aumentar sus recursos ya en 2009. En contraste, se han encontrado con que no s¨®lo se aplaza la aplicaci¨®n de las reformas, sino que los recursos que finalmente percibir¨¢n en 2008 y 2009 se van a encontrar por debajo de lo planificado.

Tanto los ayuntamientos como las universidades de Galicia tienen raz¨®n en su reivindicaci¨®n de m¨¢s recursos. Pero necesariamente van a tener que repensar algunos de sus planteamientos. En el caso de los primeros, la Fegamp debe asumir la necesidad de (co)responsabilizarse fiscalmente. No es leg¨ªtimo pedir m¨¢s transferencias al tiempo que se renuncia a fijar tipos impositivos similares al resto de Espa?a. Las segundas deben poner en el frontispicio de sus reivindicaciones el que la mejora de la financiaci¨®n vaya de la mano de contratos-programa que fijen objetivos e indicadores. La mala imagen que tiene la universidad en algunos foros es en buena medida injusta, pero real. Hablar de financiaci¨®n condicionada al cumplimiento de metas es la mejor campa?a de imagen posible; y la mejor manera de agitar a los dormidos.

En lo que respecta a la Xunta de Galicia, los conselleiros y el vicepresidente deber¨¢n reconducir sus ambiciones presupuestarias para 2009. Porque no va a ser posible contar con incrementos de recursos como los de los ¨²ltimos a?os. Y porque vamos a cerrar 2008 con m¨¢s d¨¦ficit del previsto. Entre otras cosas, porque es muy probable que las reclamaciones de anticipos que Galicia y otras comunidades aut¨®nomas (CCAA) han realizado al Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda, al abrigo del acuerdo en materia sanitaria de 2005, no van a tener ¨¦xito. Esos anticipos estaban condicionados a que la recaudaci¨®n real fuese al menos al mismo ritmo que la prevista en el a?o en curso, lo que no est¨¢ ocurriendo para el conjunto de las CCAA. Aunque es verdad que la econom¨ªa gallega marcha mejor que la media, no es t¨¦cnicamente posible individualizar las comparaciones entre recaudaci¨®n e ingresos previstos.

En el ¨¢mbito ya del sistema financiero, tampoco creo que sea muy acertado el haber abierto una discusi¨®n sobre el incremento en el importe garantizado de los dep¨®sitos bancarios. Sobre todo, porque estamos muy lejos de que ese mecanismo tenga que actuar. Los bancos y cajas espa?olas, en general, y gallegas, en particular, pueden estar sufriendo tensiones de liquidez, pero desde luego no los problemas de solvencia que vayan a provocar, a corto o medio plazo, problemas en la devoluci¨®n de los dep¨®sitos. Sin embargo, esa reclamaci¨®n de potenciaci¨®n del Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos (FGD) genera dos tipos de efectos perversos. Primero, siembra dudas sobre los ciudadanos con menor formaci¨®n e informaci¨®n econ¨®mica, dando lugar a bulos y temores injustificados que pueden complicar aun m¨¢s la actual coyuntura. Segundo, porque dejan en un segundo plano el verdadero problema que tienen los ciudadanos y las empresas en este momento: la crisis de cr¨¦dito. Sin duda, lo m¨¢s urgente es evitar que se estrangule financieramente a unos y otros. Pero eso no se arregla hablando del FGD.

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