Al presidente de la CEOE
Influyente caballero: imaginemos por un momento que el Gobierno accede a la ¨²ltima de sus peticiones y decide abaratar el despido. Como efecto inmediato, muchos m¨¢s trabajadores pasar¨ªan a cobrar el desempleo.
Y ?c¨®mo conseguir¨ªa el Estado los fondos adicionales necesarios para pagarlo si la crisis se prolonga? Subiendo los impuestos. S¨ª, pero, ?a qui¨¦nes? A los de mayores haciendas no, porque el impuesto sobre el patrimonio ha pasado a mejor vida. A ustedes, los empresarios, tampoco, porque les dar¨ªa motivo para despedir a m¨¢s trabajadores, con el consiguiente nuevo aumento del gasto p¨²blico. En consecuencia, la soluci¨®n pasar¨ªa por subir la presi¨®n fiscal a los trabajadores que a¨²n conservamos el empleo.
Se?or D¨ªaz Ferr¨¢n: cuando las vacas empresariales luc¨ªan hermosura, nosotros se las orde?amos a cambio de salarios bajos en general y ustedes hac¨ªan negocios millonarios con la leche; y ahora que las pobres est¨¢n fam¨¦licas, nos piden que las demos de comer.
?Le parece razonable.
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