Shreeya ya es diosa con seis a?os
El poder mao¨ªsta nombra a una ni?a como "reencarnaci¨®n de Durga" y rompe toda atadura con el rey destronado
Bhaktapur, una peque?a ciudad de ensue?o al pie del Himalaya nepal¨ª, cuenta con una nueva diosa viviente: una ni?a de seis a?os, que es la primera "reencarnaci¨®n de Durga" que no ha sido elegida por el sacerdote allegado a la Monarqu¨ªa de Nepal. Ha sido designada por el actual Gobierno mao¨ªsta, de ideolog¨ªa atea, dando as¨ª el ¨²ltimo puntapi¨¦ a los resquicios de poder que le quedaban a Gyanendra, el rey destronado en mayo de este a?o.
Shreeya Bajracharya fue consagrada el domingo pasado, vestida de dorado y rojo, y rodeada por sacerdotes, incienso y l¨¢mparas de aceite. Miles de devotos que profesan una mezcla de hinduismo y budismo pudieron admirar a la nueva divinidad.
La peque?a es la cuarta de cinco hijos de una pareja de campesinos. Y ha sido separada de su familia y su choza frente al sembrado de patatas, para vivir atendida por varios sirvientes en el templo de la ciudad. De ah¨ª s¨®lo saldr¨¢ tres o cuatro veces al a?o, con ocasi¨®n de ceremonias religiosas. As¨ª, hasta que le llegue la menstruaci¨®n y deje de ser considerada un ser divino. Entonces ser¨¢ elegida otra diosa viviente o kumari.
"Tiene muchas virtudes, como sus grandes ojos y sus pesta?as rizadas: como las vacas", dice el l¨ªder de una fundaci¨®n
Las kumaris son el centro de la vida de la comunidad y suponen una gran atracci¨®n tur¨ªstica. No hay una explicaci¨®n sobre la tradici¨®n de adorar a ni?as como diosas, pero entre las leyendas se cuenta que la diosa Durga constantemente se reencarnaba en una ni?a. Se cree que surgi¨® durante el reinado de Jaya Prakash, miembro de la dinast¨ªa Malla, que rein¨® entre los siglos XII y XVIII.
"Quiero ser enfermera", atin¨® Shreeya a decir t¨ªmidamente, pero con encanto infantil, tras su santificaci¨®n. Fue su respuesta a la pregunta de qu¨¦ quiere ser en el futuro, cuando vuelva a sus or¨ªgenes terrenales. Los encargados de cuidarla s¨®lo dicen que a la peque?a deidad le gusta comer galletas y arroz inflado, un lujo dif¨ªcil en sus d¨ªas en el campo.
"Tiene muchas virtudes, como sus grandes ojos y sus pesta?as rizadas: justo como las vacas", explica telef¨®nicamente Keshab Shrestha, que encabeza la fundaci¨®n elegida por el Gobierno para designar a esta kumari. Un periodista local, Metrika Poudel, explica que la ni?a no es de una familia especial ni tiene relaci¨®n alguna con el Gobierno: "S¨®lo quer¨ªan marcar una diferencia al elegirla".
Y lo curioso est¨¢ justamente ah¨ª. Que tras la conversi¨®n de Nepal en un pa¨ªs secular -era una monarqu¨ªa hinduista-, sean los ateos mao¨ªstas los que siguen perpetuando las tradiciones religiosas ¨ªntimamente ligadas a la monarqu¨ªa que rein¨® durante 239 a?os en el pa¨ªs.
Los ex guerrilleros mao¨ªstas y su Partido Comunista de Nepal, vencedores de las elecciones celebradas en abril pasado, hab¨ªan conducido una sangrienta guerra civil para destronar al rey. Y ahora no quieren -o no les conviene- arrancar de ra¨ªz las tradiciones a las que la dinast¨ªa estaba ¨ªntimamente ligada: el mismo rey veneraba a las kumaris y el sacerdote real era quien las escog¨ªa. El giro de los mao¨ªstas ha sido peque?o pero estrat¨¦gico: aceptan a las diosas vivientes, pero las van a elegir ellos.
"Vamos a continuar con esta tradici¨®n por respetar los sentimientos de la gente. Queremos mejorar la sociedad y que se vuelva moderna y cient¨ªfica, donde la religi¨®n desempe?e un papel mucho menos importante. Pero romper con la tradici¨®n es imposible, debe hacerse gradualmente". As¨ª lo explica, con diplomacia, el ministro nepal¨ª de Cultura, Gopal Chiranti, al tel¨¦fono desde Katmand¨². De su cartera depende la fundaci¨®n que en adelante escoger¨¢ a las deidades vivientes.
Y es que los pocos meses que llevan los mao¨ªstas en el poder parecen haber sido suficientes para aprender que tocar la vena religiosa puede tener graves consecuencias. S¨®lo una semana antes de la elecci¨®n de la nueva kumari, los nepal¨ªes se amotinaron durante d¨ªas contra el Gobierno cuando ¨¦ste dej¨® de dar dinero a los templos para que compraran animales destinados al sacrificio en el Festival del Indrajatra. La polic¨ªa dispers¨® a los manifestantes, que lo quemaron todo a su paso.
"El Gobierno sabe que ahora no le conviene perder popularidad: tiene la obligaci¨®n de cumplir con la recuperaci¨®n de Nepal y con todas las promesas que hizo tras mantener una d¨¦cada al pa¨ªs en jaque con la guerra", comenta el analista pol¨ªtico Yogruach Gimire.
Sin embargo, hay otro importante sector liberal de la comunidad en contra del sistema de las kumaris, liderado por los activistas de derechos humanos. Incluso han logrado que la Corte Suprema solicite al Gobierno que vele por el cumplimiento de los derechos de las ni?as. "Pero todav¨ªa se ha hecho poco al respecto", explica Subodh Pyakurel, director del Centro de Servicios de los Sectores Informales, una de las ONG para los derechos humanos m¨¢s reconocidas en Nepal y que pide la abolici¨®n de las diosas vivientes.
Las kumaris no llevan una vida com¨²n: est¨¢n aisladas de toda relaci¨®n humana normal, sin acceso a la educaci¨®n. Tampoco viven con su familia. "Justific¨¢ndolo por la veneraci¨®n que se les profesa, se las priva de una infancia normal. Adem¨¢s, cuando termina su reinado, existe la creencia de que trae mala suerte casarse con ellas", explica Pyakurel.
En Nepal hay tres kumaris, una por cada templo de las ciudades m¨¢s importantes del valle de Katmand¨² (la del mismo nombre, Bhaktapur y Pat¨¢n). Para ser diosas, las ni?as tienen que ser mayores de cuatro a?os y cumplir con 32 requerimientos f¨ªsicos. "Deben tener una buena postura, un bonito color de ojos, una dentadura correcta y una voz mel¨®dica", cuenta Chunda Bayara, profesora de la Universidad de Nepal. Adem¨¢s, su hor¨®scopo debe ser considerado favorable para el bienestar de la comunidad.
El grupo de ni?as que ha pasado esta selecci¨®n de pruebas f¨ªsicas es llevado a una habitaci¨®n oscura en la que cuelgan cabezas de animales muertos y hombres con m¨¢scaras terror¨ªficas bailan a su alrededor haciendo ruidos estremecedores. La que ser¨¢ diosa viviente superar¨¢ esa prueba sin el menor susto.
La elecci¨®n de la primera diosa de los mao¨ªstas no vino, como tradicionalmente ocurr¨ªa, con la menstruaci¨®n y pubertad de su antecesora. En este caso, Sajani Shakya fue despojada de la condici¨®n de deidad tras una gran pol¨¦mica. La kumari desat¨® la ira del sacerdote local y de los conservadores cuando visit¨® Estados Unidos para promocionar una pel¨ªcula sobre el sistema de las diosas vivientes. Lo cual fue considerado un grave insulto a las tradiciones... y tuvo que dejar el reinado que hab¨ªa ejercido durante nueve a?os.
El ¨²ltimo rey de Nepal, el destronado Gyanendra Bir Bikram Shah Dev, hizo su primera aparici¨®n p¨²blica el mi¨¦rcoles pasado, justo en un templo de Bhaktapur. Es la primera vez que se le ve tras exiliarse en una casa en lo alto de una monta?a que le dio el Gobierno. Dese¨® lo equivalente a "feliz Navidad" y expres¨® un ¨²nico anhelo: "Que todos los nepal¨ªes tengan paz y prosperidad".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.